Capítulo II.

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Cuando Jeno le dijo “trabajo duro” no era ninguna broma, no tenía descansos a excepción de las tres comidas.

Su trabajo consistía en cuidar los jardines de la Reina Omega, Joohyun, también conocida como Irene por su gran belleza. Esta a pesar de ser estricta le gustaba ayudar a cuidar el jardín que había visto crecer con tanto cariño.

Daegal era cuidada por los cuidadores de animales, claro, la visitaba cada vez que podía y la llevaba a dar un paseo en la noche. Debía aprovechar ese tiempo para dormir, pero su pequeña compañera, al ser lo único conocido lo hizo más cercano a ella.

Después de un largo día salió al paseo que se hizo habitual en el poco tiempo que llevaba ahí, sujetándola de un chaleco con correa caminó costa abajo por la gran montaña.

—Iremos a ver si de alguna manera ese estúpido armario con magia, marihuana, que sé yo, abre hoy. Debe haber una manera.

Caminaron hasta entrar en el frondoso bosque, que al estar oscuro, era mucho más atemorizante que en la mañana, y era más fácil perderse.

Iba cantando para aliviar el tenebroso ambiente.

—I don't wanna up no more, not again, no, no; not again. Canta conmigo: I don't wanna, I don't wanna waist my time...

Daegal solo seguía el paso del humano-lobo sin darle importancia.

—Aguafiestas... —Le dijo Chenle.

Llegaron al sitio donde estaban cuando atravesaron el armario, estaba vacío en su totalidad: Sin portal mágico que lo lleve de vuelta a la dimensión de la que llegó.

Tocó la fría y dura piedra, no había nada, su mano no la traspasaba.

Suspiró apoyándose contra esta.

—¿Qué vamos a hacer? Sé que disfrutas estar aquí pero tengo miedo de preocupar a los demás...

La cachorra se acostó a su lado, apoyando la cabeza en el muslo del humano-lobo.

—Ni siquiera sé lo que soy, ni siquiera tengo aroma... ¿Crees que ellos sepan alguna manera de volver? Son de la realeza, deben saber todos los secretos de este Reino. Y por la reacción de Jeno puedo decir que esto no lo sabía...

Después de pensar un rato, se levantó para volver al castillo.

Miró por última vez la pared, como última esperanza, en cambio no sucedió nada.

Resignado, giró sobre sus talones y siguió con el camino.

El camino era largo, pero encontró un camino que lo conducía más rápido hacía ese lugar. No obstante, prefirió caminar más por ese día.

Daegal repentinamente comenzó a ladrar.

—Son las once de la noche, ¿No deberías estar durmiendo, dulce Omega?

Con los latidos acelerados repentinamente, Chenle miró con retenido suspiro en la garganta al príncipe Jisung.

Había descubierto que era un alfa y a penas estaba cumpliendo veintiún años.

—No me llame así.

—¿Por qué no? Tienes un aroma dulce como una rosa.

—No me gustan las rosas —Dijo Chenle haciendo una mueca.

—A mí sí, son mis flores favoritas. Siempre me las regalan cuando visito el pueblo.

«Niño rico» Pensó hasta que recordó que él también “era uno”... En casa. Aunque solo tenía un armario lleno de ropa Balenciaga, Gucci, Dior, Prada... Cosas básicas que tiene cualquier persona.

Wax Masks | JiChen [cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora