Segunda Parte: Juegos.

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Capítulo X.

Vistió de un cardigan color gris sin camisa y unos pantalones sueltos color crema con zapatillas blancas, agarró el celular y lo metió en el bolsillo del cardigan.

—Así está bien, ya no huelo su aroma —Se dijo a sí mismo tomando las pastillas que le entregaron Hyoyeon y Yeri.

Al llegar a la cocina vió a Renjun preparando el desayuno.

—¿No haces solo repostería?

—Cuando el chef no puede venir yo me encargo, tengo manos mágicas, ¿Qué puedo decir?

El pelinegro lo miró de arriba a abajo.

—¿No te pondrás una camisa debajo de ese suéter? —Cuestionó con una ceja alzada.

—No es un suéter, es un cardigan, amigo, aprende de moda. De donde vengo es normal vestir así.

Renjun ladeó la cabeza y siguió con la comida.

—Para ser acompañante del príncipe tampoco es la mejor elección.

—Quien no sea estúpido sabrá que entre el príncipe Jisung y un simple empleado no hay nada.

—Es cuestionable, “Las personas que están desesperadas por una respuesta no observan con claridad, lo más cercano a ellas lo toman directamente como tal” mi abuelo decía eso, el pueblo está curioso por saber si el príncipe ya tiene a alguien en su vida desde que te vieron a tí acompañándolo a todos lados.

Chenle se encogió de hombros.

—No me importa lo que opinen.

—¡LeLe! —Exclamó Jaemin alargando la palabra.

Chenle hizo una mueca sin mucho desagrado, de hecho.

—Hay apodos mejores que ese.

—Pero te queda bien.

Entrecerró los ojos.

—Chenle, el príncipe lo espera.

—Oh, se me había olvidado decírtelo —Dijo Renjun apenado cuando la sirvienta entró— ¿No desayunarás?

Su estómago se revolvió de pensar en comida.

—No.

Se despidió rápidamente de los presentes, se dirigió a la entrada del castillo y se subió en la limosina.

El leve aroma del alfa fue suficiente para hacerlo suspirar.

—¿Te sientes bien? —Preguntó Jisung tocando su cuello.

—Si.

El viaje fue rápido; tal y como lo habló con Renjun, no escapó de las miradas ajenas, cosa que lo hizo sentir algo inhibido.

Era relativamente extrovertido, claro, eso no significaba que le agradara sentir miradas incluso asesinas sobre él.

—Es lindo, Doyoung me sorprendió.

Estaban en un apartamento de concepto abierto, tan alto que podía ver todos los edificios y tiendas, con buena iluminación, techos altos y grande.

—¿Te gusta? —Preguntó Jisung.

—Sí, es muy lindo.

Se apoyó contra una pared y cruzó las piernas, el príncipe le extendió un par de llaves.

—Es tuyo.

Chenle parpadeó un par de veces.

¿Acaso le estaba regalando un apartamento que no se veía para nada barato? ¿A él? Se había ganado la puta lotería... Lo presumiría con Daegal.

Wax Masks | JiChen [cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora