Capítulo VII.

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Chenle bostezó estirando la espalda antes de sentarse en el verde pasto.

—Sí, seguro preguntas por qué estoy aquí después de haberte dejado por días. Pues, Jisung no está muy seguido en el castillo, tampoco puedo separarme mucho de él por ser su “acompañante”. Pero quiero que sepas que no te he olvidado, demandaré a Haechan por ese corte tan horrible de pelo.

—¡Está linda!

Daegal le agitaba la cola a Chenle mientras soltaba chillidos, saltando e intentando llamar su atención.

—Sí, bebé. Él es malo.

—Ash... —Farfulló apuntándolo con el peine— ¿No debes acompañar al príncipe?

—Está desayunando.

Haechan dejó de alisar los nudos en el pelo de Pedro.

—Como sea, no está tan —Dijo alargando la palabra— mal... Solo me excedí un poco con las tijeras.

—¡Pero mírala!

—¿Pasa algo? —Preguntó el príncipe Jisung llegando al recinto del oso.

Haechan dió un brinco soltando el cepillo con el que peinaba al oso, hizo una reverencia y lo recogió del pasto.

Chenle imitó las acciones de Haechan.

—¿Está preparado, Príncipe?

Jisung asintió, el Omega salió del recinto de Pedro y caminaron hasta la entrada del castillo.

—¿Qué harás hoy?

—Debo corresponder a los deberes de mis madres en este Reino ya que ellas en este momento están viajando a otro Reino por asuntos pendientes. —Preguntó Chenle con expresión preocupada.

—¿Te preocupa tanto?

—Claro, sé que hago mucho sin su ayuda, pero estarán lejos... Cualquier cosa puede suceder.

Chenle asentía mientras caminaba.

—¿Qué debes hacer?

—Mis deberes, llamaré a los guardias para que estén al pendiente de las fronteras, prohibiré cualquier cosa que pueda alterar el Reino Noroeste... —Park terminó suspirando y se recompuso.

—Quisiera decir que estás exagerando, pero de donde vengo también son demasiado estrictos... Solo podría decirte que tanto estrés no es saludable, ¿Cuántos días estarán en ese viaje?

—Una semana.

Iba a seguir hablando cuando una punzada en el estómago lo hizo encogerse del dolor.

—¡Chenle! —La voz sonaba preocupada y angustiada, casi molesta. Unas manos rodearon los hombros de Chenle, este se presionó sus propias manos en el estómago.

—¡No fue a propósito! ¡Lo siento!

Un gruñido característico de un lobo se escuchó entre las excusas de los culpables.

Alzó la mirada para encontrar a unos adolescentes entre dieciséis y trece años mirándolo asustados a él y al príncipe.

—No me pidan perdón a mí —Exclamó Jisung enojado—, él recibió el daño. La decisión de un castigo próximo será a decisión de él.

—Pero...

Inhaló y exhaló, lo siguió haciendo hasta conseguir calma. Carraspeó y entre dientes dijo:

—¿Pueden explicarme a qué se debe su presencia?

—Su alteza... Solo jugábamos... No teníamos intención de golpear a ese chico.

Wax Masks | JiChen [cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora