Capítulo VI.

625 107 14
                                    

Jisung le dió un mordisco a una cereza de gran tamaño, después de tragar, preguntó:

—¿La biblioteca real? Sí, claro. Pero no puedes entrar solo, mis madres no lo aceptarán.

Chenle sintió un inmenso alivio.

—¿Qué debes hacer hoy?

—Entrenar, Jaemin me está esperando.

—¿Sólo entrenar? —Preguntó Chenle.

—Todo el día, sí.

Jisung lo guió a la sala de entrenamientos. Se parecía a aquellas donde practicaba Taikongdo, se sentó en la segunda hilera de las gradas, Jaemin le sonrió cuando lo vió.

—No digas nada —Murmuró Chenle entre dientes.

La sonrisa de Jaemin se extendió, entonces saludó a Jisung.

—Buenos días, príncipe Jisung. La camisa es de seda bastante delicada, ¿Le importaría... Quitársela?

Las orejas de Jisung se voltearon y sus mejillas se sonrojaron.

—Claro.

Chenle se cubrió los ojos.

—Idiota —Murmuró.

—¿Avergonzado? —Le preguntó el mencionado.

—Absolutamente nada —Gruñó el pelinegro con mechas.

—No veo tus orejas.

—Jaemin... —Farfulló entre dientes.

—Como sea. Tome, príncipe —Descubrió los ojos por unos segundos para ver como el alfa le pasó una espada a Jisung. El corazón le latió rápido al ver esa espalda descubierta.

Éste la agarró sin problema.

Sintió temor por ellos, estaban al descubierto, un movimiento en falso y podrían provocarle heridas graves al otro.

Jisung logró arrebatarle la espada a Jaemin, llegó otro soldado y lo amenazó con el cuchillo sobre el cuello. El peliblanco dejó caer las dos espadas, el soldado lo soltó. Jisung retomó los movimientos, lo pateó y clavó la espada a un costado en la espalda del soldado.

Chenle se cubrió con las manos la boca, al ver que efectivamente, había hecho una herida real.

El hombre quejándose cayó al suelo, la sangre salía y salía de la herida.

—Chenle, llama al médico —Dijo Jaemin tranquilo.

—N-no sé donde está. —Respondió avergonzado.

Jisung cargó al hombre entre brazos con ayuda de Jaemin y lo llevaron fuera.

—¡Jeno!

El mencionado rodó los ojos al ver al herido.

—Ya lo llamo.

En pocos minutos un doctor llamado Qian Kun llegó con un enfermero omega y un maletín al castillo.

—Necesito un momento con el paciente. Ten, ayúdame.

El asistente cerró la puerta de la habitación y la escuchó asegurarse.

Chenle fué a la habitación de hospedaje en la que se quedaba —excusando que debía ir al baño—, cerró la puerta, agarró una almohada y soltó un sollozo sobre ella.

Alguien tocó la puerta.

Limpió sus lágrimas y sonrió.

—Adelante.

Jisung apareció con orejas ocultas en su blanco cabello.

Se acercó a él.

—No te sientas asustado o culpable por lo que pasó, viste la reacción de Jeno. Esto pasa todo el tiempo.

Wax Masks | JiChen [cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora