parte 35

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Está vez nos tomamos el tema del embarazo con precaución solo le contamos a las personas más cercanas, nuestros padres, hermanas y nuestras amigas.

CarmenR y Dana empezaron a trabajar en Barcelona para una empresa de modas de forma casi exclusiva así que también teníamos su apoyo y me alegraba tenerlas cerca de nuevo.

Rubí siempre decía que se sentía bien pero no podía evitar sentir que se me arrugaba el corazon recordar la guagua que perdí y trataba sin mucho éxito ponerme nerviosa pues sentía que con cada malestar podría pasar de nuevo.

Así que me dedique a consentirla de una manera tal que llegaba a incluso soforcarla a veces. Intentaba relajarme un poco con el proceso pero se me hacía imposible de alguna forma debía contener o liberar de una manera más sana toda la ansiedad que este embarazo me estaba generando.

Así que seguí el consejo de Dana y volque todas mis emociones en mis cuadros. Después de todo las tenía cerca apoyándonos y no debía tomar toda la carga y el estress.

Por su parte Rubí cada día se veía increíblemente más linda, a veces nos ponía en aprieto con los antojos como una madrugada que me despertó  porque ella quería comer pizza con piña y salsa de chocolate.

A la pobre Nicole la hizo viajar a Sevilla por una hamburguesa de un restaurante en específico. A CarmenR y a Dana las tenía eligiendo ropa para embarazadas que fueran modernas y hasta empezaron una línea de ropa.

Nos traía a todos de cabeza con sus ideas, antojos y caprichos. Pero la amamos tanto que lo hacíamos con gusto.

Al sexto mes de embarazo le indicaron reposo absoluto por lo que pasaba más tiempo aún en casa. Por suerte había realizado tantas pinturas al comienzo de su embarazo que tenía como para un par de exposiciones más si llegarán a llamarme.

Cómo todo iba bien al mes siguiente nos dieron el sobre con la información del sexo de los bebes. No sabíamos si queríamos abrir el sobre o si esperaríamos a que nazcan.

De alguna forma estos bebés se habían convertido en los hijos de todas. Así que hicimos una cena para ver qué decidíamos. Yo tenía tanta ansiedad con solo el embarazo que saber los sexos de los bebes me permitirían al menos imaginarme cómo sería nuestra vida con esos traviesos corriendo por toda la casa.

Si eran niñas quería que fueran iguales a ella. Con su nariz y su sonrisa. Que les gustara la moda y aún así que les guste pintar y dibujar. Que sean lo mejor de ella y lo mejor de mi.

Si eran niños serían los más regalones. Tal vez que les guste algún deporte y luego me di cuenta que si eran niñas también podrían ser deportistas y que en verdad lo único que deseaba es que estuvieran sanos.

Me parecía increíble la manera en que podía amar a estos seres del tamaño de una fruta en la guata de la mujer más maravillosa del mundo y aún no los había visto. Y me hacía preguntarme qué tanto más los podría amar una vez los tuviera en mis brazos.

Un día en la mañana sentí que algo me golpeó mientras dormía muy aferrada a mi Rubí, abrí los ojos pensando que podía ser mi kila regalona que estaba durmiendo con nosotras en la cama pero me sorprendi al abrir los ojos y ver qué no había nadie. Me vuelvo a acostar y arropar pues hacía algo de frío y pongo por instinto tal vez la mano en la guata de mi esposa y es cuando me doy cuenta...

Lo que me golpeó y me despertó fueron mis bebes hermosos pateando, no se como Rubí no despertó con tanto movimiento. Yo quería gritar de la emoción pero se veía tan linda dormida que solo les puse mi manos en la guata y comencé a hablarles. Les dije lo mucho que ya los amo y amo a su mamá, les hable sobre su hermanito que no pudo llegar pero que fue amado igual. Les prometí cuidarlos y defenderlos del mundo si era necesario.

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