Kosair, no voy a morir!「The Remarried Empress」【재혼 황후 -Jaehon Hwanghu】

CAPITULO IV

—Se ve preciosa—Admiro una criada, alisando el vestido violeta que la joven duquesa traía—Los invitados en la fiesta quedaran muy fascinados con la gracias de Lady Li.

Se vio en el espejo observando el cuerpo de la susodicha Lady Li, una mujer ya adulta, con una bonita figura, alta y delgada, ella era perfecta en muchos aspectos. Si bien toda la gente en esta época traían una hermosa melena rubia, el largo y ondulado cabello negro de Lilliam tampoco se quedó atrás. Lilliam es casi el estereotipo de blanca nieves en la actualidad: un cabello tan negro como la noche, una piel blanca como la nieve y unos labios rojos como la sangre.

—El regalo para Lady Rashta, ya se encuentra en el carruaje mi señora ¿Desea que agreguemos más?—El mayordomo reverencio, observando neutral-mente.

—No, no hay nada más que agregar.

La duquesa de Wembley goza de una posición económica tan alta que se a molestado en encontrar un costoso regalo para el bebé de su amiga. Incluso parecía muy emocionada, según los criados y su misma madre. Lilliam suspira agitando un abanico sobre su nariz, no ha visto que es el regalo que Lady Li ha envuelto para Rashta y mentiría si dijera que no le causaba curiosidad; Aunque el regalo no era demasiado grande, las palabras de las criadas decían que era de las mejores cosas que la duquesa había regalado y ese bebé ni siquiera había nacido.

—Lilliam querida, finalmente—La mujer abajo no se molesto en las típicas etiquetas y simplemente se había acercado, abrazando a la pelinegra—Te he esperado por más de media hora, no pude subir arriba porque tenia que ocuparme del chófer y encargar a los niños en casa.

¿Como pudo olvidarlo? Se trata de Emily Cavendish, una de las amiga de Lilliam Becker, una mujer con más de tres años de casada. Se dice que ambas fueron amigas desde la infancia, por lo cual mantenían una estrecha relación.

—No te preocupes, estaba aburrido arriba.—Murmuro uniendo el abanico y mirando de reojo escaleras arriba, denotando el vestido turquesa de Anee—Pero, creo que debemos partir.

Emily asintió siguiendo a su amiga al interior del carruaje. En poco ambas estuvieron pisando el palacio; Los muchos invitados las observaron, murmurando bajo sus abanicos. Tampoco era como si la mismísima duquesa de Wembley se sintiera muy orgullosa por estar cerca de Rashta, eventualmente ser la amante del emperador y provenir de los lugares más bajos de entre los rangos de jerarquía en la nobleza la hacían poco deseable en muchos aspectos. Sin embargo, que una mujer de alto rango como la duquesa de Wembley se acercara a la amante del emperador, hizo pensar a muchos el porque y que ganaría la duquesa, teniendo como más resaltable argumente aquella característica altanería, Lilliam Becker por ningún motivo en el pasado se fijo en alguien como Rashta.

—¿No te parece algo vergonzoso para su majestad organizar una fiesta para el bebé de la amante de su esposo?—Emily murmuro bajo su propio abanico, acercándose a Lilliam—Realmente casi puedo sentir su pesar en mis hombros, no seria muy descabellado pensar que le arrancaría los ojos a la amante de mi esposo.

—Digo lo mismo.—La mirada de Emily hacia Lilliam se hizo de sospecha a lo cual la duquesa aclaro la garganta—Pero son las ventajas de tener a un hombre comiendo de la mano y su majestad no es precisamente cualquier hombre ¿Debería admirarla por eso?

—Lo dice por el hijo del duque de Trovi ¿Verdad?—Emily inquirió, riendo por el notable sonrojo en el rostro de la duquesa—Aún me pregunto porque no viene corriendo hasta ti, si es que incluso alguien como el duque de occidente, conociendo su fama, ya te hecho un ojo.

—¡No lo sé!—Exclamo extendiendo el abanico morado sobre su rostro, agitando de manera violenta y avergonzada—Espera ¿El duque de Occidente?

Lilliam no pudo continuar, Emily se había adentrado al salón de fiesta dejando atrás a la confundida Lilliam. El lugar fue decorado con las mejores cortinas y los bocadillos más finos; Los ojos castaños de la duquesa brillaron con alegría pura al observar la mesa llena de aperitivos. No obstante, al ver las miradas sobre ella, llevó una mano hacia sus labios, levantando la barbilla y caminando hacia donde se podía observar a Rashta, sobre las escaleras, acompañada por el mismo emperador.

—Su majestad, lo saluda la duquesa de Wembley, le agradezco la invitación a esta dichosa celebración—El emperador asintió con la cabeza—Lady Rashta que alegría me da verla nuevamente.

La amante asintió levantándose y casi abrazando a la duquesa, quien no tuvo más camino que devolverle el acto de afecto. 

—Lady Li, espero que disfrute de la fiesta. También me alegra verla, esta aquí un poco tarde y pensé que no vendría.

—Para nada, tuvimos algunos inconvenientes por lo que tardamos un poco.—Lilliam dio una sonrisa nerviosa, agitando una mano para que un criado trajera el regalo para Rashta—Le traje esto, espero sea de su agrado.

Rashta no espero demasiado para rasgar el papel, revelando una pequeña cajita. Para ese entonces, incluso la duquesa quiso ver que era lo que Lilliam había guardado para el bebé de Rashta—¡Un carrusel!

¿Un carrusel? ¿Era eso lo que Lilliam guardo? Su sorpresa no fue menos cuando vio, que se trataba de un carrusel musical, con incrustaciones de diamante y bañada en oro. Ahora entiende porque su madre dijo que casi mata del cansancio al creador de ese objeto, los detalles son realmente bonitos.

—En ese caso, su majestad, Lady Rashta, iré a vagar por la fiesta ¡Pásala  bonito!

Para cuando el emperador abrió la boca la duquesa de Wembley ya había desaparecido. 

Los guantes blancos de la joven chocaron contra un bocadillo llevándolos rápidamente a su boca. En los últimos días su madre había insistido en una dieta radical, puesto que había estado comiendo mucho y temía que en algún momento su hija dejara de ser la belleza que era alagada por todo el imperio. Casi se atoro cuando vio como la distinguida figura de la emperatriz se acercaba.

—No puedo creerlo—Susurro observando a la rubia subir las escaleras hacia Rashta, ella era más bella en persona—Que bonita.

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