8.- La danza y la fotografía.

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—Es por eso por lo que no sé si me gusta o solo estamos teniendo un momento donde parece que sí. —Renjun le comentó a Jaemin.

Jaemin escuchaba tranquilamente mientras limpiaba los objetivos de su cámara. Jeno, a su lado, jugaba con su celular, estaba buscando información sobre un evento, pero aún así escuchaba lo que Renjun tenía para decir.

—Creo que es fácil saber si te gusta alguien o no. —Jaemin fue claro. —Pero también suena a que solo son buenos compañeros, quizá solo está siendo amable y quiera tu amistad.

—Pero tienen gatos juntos. —Jeno no levantó la vista de su celular y siguió hablando. —No tienes gatos con alguien que acabas de conocer.

—Bueno, pero los gatos son de él, no son míos, yo solo voy a su casa a jugar con ellos. —Renjun se excusó.

—Entonces has lo que todo artista haría. —Jaemin llevó su cámara a sus ojos y observó por el visor.

—¿Qué? —preguntaron Jeno y Renjun al mismo tiempo.

—Los artistas somos amantes del cuerpo humano, de la belleza en los detalles, así que podrías tenderle una trampa, dile que te ofreces a pintarlo desnudo para una tarea. —Jaemin murmuró.

Jeno solo frunció el ceño y Renjun abrió los ojos.

—Oye, no, cuándo estábamos en primer año tú me ofreciste una sesión de fotos desnudo, ¿era una trampa? —preguntó Renjun sonrojado.

Jaemin guardó silencio y miró a Jeno con una ligera risita, era una técnica usada por los chicos de su facultad, cuando te atraía alguien siempre le invitabas a que se tomara una sesión de fotos, que fuera el modelo principal, ya después de que entraran en confianza se soltaba la bomba de la sesión de desnudos a ver hasta dónde llegaba.

—¿A ti también te la propuso? —Jeno preguntó levantando una ceja.

—En mi defensa Renjun no aceptó, y Jeno tampoco hasta el tercer año y lo que pasó estuvo bien, me gustaba el cuerpo de Jeno, era un buen modelo y disfruté. —Jaemin miró a su novio. —Y dijimos que no se repetiría y se repitió, funcionó, sí. Ahora somos novios.

Jeno levantó los hombros e hizo una mueca mientras su vista seguía en el celular. Renjun dudó.

—En ese momento no estaba listo para mostrar mi cuerpo, aunque fueras mi amigo. —Renjun dudó. —Y ahora que lo pienso, yo también le pedí a Jeno alguna vez que fuera mi modelo para pintar un desnudo y me rechazó.

—Las clases de danza aún no hacían efecto, tampoco el gimnasio, era muy inseguro. —Jeno negó con la cabeza. —Y si me lo piden no lo haría. Tómenle fotos o pinten mi arte, pinten mi baile y no solo mi cuerpo. —Se cubrió.

—Por cierto, ¿Cómo vas con tu pintura? ¿Ya tienes el momento más feliz de tu carrera? —preguntó Jaemin mirando a Renjun. —¿Estás seguro de que no es cuando nos conociste?

—No. —Renjun se quedó pensando. —Y sí así fuera, siento que fue demasiado simple.

—¿Y qué tal si pintas a Yangyang? —Jaemin le pegó en el brazo. —Si fuera importante y te gusta quizá tendrías más interés en pintarlo que pintar a tus amigos.

Renjun dudó. Si lo pensaba bien, había aprendido mucho con Yangyang en las últimas semanas, desde la forma en la que ambos se veían a sí mismo y al otro, el bodegón de los gatitos, la composición del fuego y del aire. ¿Cómo debía sentirse un alma gemela? ¿Cómo debía saber qué era lo más especial en su vida? ¿Qué le faltaba?

—¡Dijeron que sí viene! —Jeno gritó con emoción. —Acaban de confirmar que Winwin viene a presentar el recital de baile con los de mi facultad. ¡Oh por dios! Será increíble.

El arte es un camino (YangRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora