TÚ EN SU LUGAR

CAP. 2-- SERENDIPIA

Serendipia: Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. ✨

En el capítulo anterior…

Con su niña cargada se dirige a la puerta del auto, para ver quien era esa doctora que tanto se estaba resistiendo, ya que desde afuera no la podía ver, porque el auto tenía los vidrios polarizados, y al abrir, puede ser que se lleve la sorpresa o disgusto de su vida…

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V: ¿Federico? (Con cara de satisfacción y una sonrisa plasmada en su rostro al verlo después de tantos años. De cierta forma guardaba un cariño especial por él).

Federico se quedó en shock. Tantos años sin verla y ella seguía igual de guapa.

F: Si Victoria, soy yo.

V: Si, ya te veo. Sigues siendo el mismo de siempre.

F: Para que veas, en eso te equivocas, el Federico que tu conociste murió en esa fiesta de 1997. (Su mirada reflejaba un sinfín de emociones, no se creía esta sorpresa que le deparaba el destino).

Victoria en ese momento le miró sin entender la situación. No sabía ni qué decir ni qué pensar. Se encontraba confusa por el trato que él le estaba dando, ella esperaba que después de 25 años sin verla que mínimo que mostrara un poco de emoción, la misma que ella sentía al verlo.

En ese instante no le queda de otra que bajar del carro mostrándose a la defensiva, pues la hizo sentir mal con sus palabras.

V: Bueno, a pesar de todo, ¿Cuál era la urgencia de que yo viniera aquí? (Un tanto alterada).

F:  No tenía ni la más mínima idea de que eras tú la veterinaria del pueblo, solamente necesito de alguien que atienda a la yegua de mi hija. (Siguiendo con su actitud y de alguna manera justificándose).

En ese instante, la niña que todavía se encontraba en los brazos de su padre, rompe a llorar acordándose de nuevo de su yegua.

C: Papito, yo no quiero que Luz de Luna se me muera.

Después de varios segundos en los cuales no pudieron despegar la vista uno del otro, Victoria lo logra aún sintiéndose muy impactada, para así centrarse en esa pequeña tan linda de cabellos largos y ojos que para ella reflejaban la más grande de las tristezas y así cautivándose al instante.

V: Pequeña no llores, te prometo que haré todo lo posible por curarla.

En ese momento, la niña voltea a verla y se siente segura con sus palabras, Victoria siente la necesidad de acercarse y a modo de consuelo le limpia sus ojitos llorosos. Después de esto voltea la vista para el Rubio.

V: Bueno, ya que me has traído a la fuerza, ¿Te podrías dignar a mostrarme dónde está ese animal?

El peón mira a Federico como buscando su aprobación, pero se ven interrumpidos por el timbre de un celular. Resultó ser de ella, la estaba llamando su amiga que se sentía muy mal y la necesitaba para poder llegar al hospital. Al colgar se voltea, dice que tiene una urgencia que se tiene que ir pero antes de partir le promete a la niña que ella en la mañana del otro día irá a ver a la yegua.

Federico no le quitaba la vista a la morena mirándola fijamente a esos ojos verdes.

F: Hazme el favor de llevar a esta señora al pueblo.