Capítulo 4: entre ambos mundos

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Ekaitza

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Ekaitza.

Aquello que comenzó en forma de tormenta, terminó por volverse ante las miradas de lo ajeno, un producto de su imaginación. Nacida como una de las hijas del océano se le fue obsequiada como un acto de generosidad y buena ventura a los humanos, esto de acuerdo al relato de uno de los sobrevivientes del desastre que habría acabado con un gran porcentaje de la población mercante. No obstante, el solo hecho de haber la especie mágica ofrecido en sacrificio a uno de los suyos, conllevaba inimaginables consecuencias. Como lo era el mantener una extrema discreción respecto al tema, así también en caso de no poder resistir ante la presión, no revelar a cualquiera la naturaleza de este espectacular ser. Lo que no habría sido complejo durante los primeros años, ya que, de algún modo se esparció la noticia de que el viejo Guren y su esposa habrían dado fin a su solitaria vida para adoptar a una de los muchos huérfanos que cada año llegaban al puerto desde tierras lejanas.

Con el paso del tiempo, la idea que en un principio resultó descabellada para el matrimonio de mercantes, terminó por convencerles de que encontrarían la alegría que le hacía falta a la grisácea normalidad en Dern.

Y no se equivocaban.

Por desgracia, las aguas de la zona eran reconocidas por todo el mapa por su naturaleza traicionera. Por su capacidad de trasladar mensajes a quienes precisamente deberían mantener al margen, a menos que el problema quisiera involucrar intencionalmente a más y más personas. Es por ello que una fracción de su origen habría decidido pronunciarse a la cercanía, durante la noche de su octavo cumpleaños. Una muy fugaz neblina cegó su dormitar al punto de hacerla creer que todo lo que viera por medio de los próximos sueños, lograrían teñir el manto de la realidad. Fue capaz de oír en la oscuridad los incesantes jadeos, que en un principio creyó eran de su pertenencia, y al cabo de unos segundos, la oscuridad de la noche de vio reemplazada por el abrir y cerrar de ojos de una perspectiva ajena. Quien quiera que fuese, se hallaba oculto entre el ramaje del bosque, mientras a la distancia audibles eran los gritos que clamaban por su captura, siendo anunciados previamente por el resonar de un cuerno. 

La lejanía se habría teñido de un intenso rojizo producto de la pirotecnia que segundos antes iluminó el cielo. Una captura se hacía próxima y nadie más apropiado que Ekaitza podía encarnar a la victima de aquel encuentro. Pero, lo que más desconcierto causó en la joven fue el encarnar a un desconocido, que por lo poco y nada que pudo observar en cuanto a la contextura de su cuerpo, se trataba de un adolescente. Jadeantes sus respiraciones advertían una persecución previa, no obstante, la limitada observación del perímetro llevo a creer a la joven Ness que las posibles salidas eran limitadas y el tiempo, reducido. A los adversarios se habría sumado el rastreo incesante de los sabuesos, quienes en solo una cifra de segundo llegaron a percibir a quien yacía oculto entre los arbustos. Ekaitza forzó a los pies del desconocido a moverse de su actual posición, arrastrándolo a través del bosque hasta donde pudiese perder a los que se prometieron darle muerte.

Dern: whispers of the hidden treeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora