Quince: Un adiós despues de tanto

29 8 96
                                    


La primera ley de Newton:
En su primera ley de movimiento, Newton establece que todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme; en la misma dirección y velocidad a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas netas impresas sobre él.
Si Yoongi seguía con Margo, era nada más y nada menos que por pura inercia. Y había sido capaz de notarlo hasta que una fuerza neta se impregnó en el, o sea, Jamie. Como sea, Min ya no estaba dispuesto a seguir viviendo de esa manera si es que no quería experimentar una tercera ley con Jamie: una acción corresponde una reacción, y es su caso esa reacción no podría ser muy agradable.

—Es una lástima que tu amiga no haya podido quedarse. La lasaña quedó exquisita—fue lo primero que mencionó cuando vio entrar al de pálida tes—Pondré la mesa, siéntense para comenzar a cenar.

—Ella...no es sólo una amiga mamá—susurró tratando de no dejar que lo sucedido le afectara.

—¿Cómo dices?

Entonces observó a la chica saliendo de la cocina secando sus manos con un pequeño trapo.

—Margo, sal de la casa—soltó frotando su rostro en frustración.

—¿Qué?—cuestionó mirándole descreída—Pero tú madre estaba a punto de servir y...

—¡Sal de la casa maldita sea!—grito haciendo sobresaltar a todos los presentes en aquella habitación, arrepintiéndose al instante—Hablemos, por favor—dijo bajando drásticamente el tono de su voz—Por favor.

Todos lo miraron extrañados.

—Ay, de acuerdo—accedió rodando los ojos y sin decir una sola palabra o reclamar algo más, se dedicó a caminar hasta la salida con el peli negro detrás suyo.

—¿Hijo, que sucede? —le detuvo la mujer sin lograr entender todo lo que estaba pasando. Era mucho que procesar—¿Por qué de pronto te comportas así?

Todo era tan confuso.

—Sólo, será un momento— se limitó a decir el chico antes de cerrar la puerta.

Ambos caminaron por el jardín para poder llegar a la parte trasera. La luna era redonda esa noche y podía iluminarles el rostro sin problema, el cantar de los grillos se presenciaba junto con el aire de la dramática velada. A la rubia se le veía molesta, furiosa e indignada, por otra parte, Yoongi tenía la cabeza hecha un completo desastre, no podía pensar claramente así que...se dejaría llevar por lo que el corazón le dictara.

—¿Qué vas a decirme ahora?—espeto la chica cortando el tedioso silencio que envolvía la atmósfera—¿Qué soy una maldita perra? Pues si, Min Yoongi, ¡Soy una maldita perra que acaba de arruinarte tu amorío con esa...esa gilipollas!—vocifero alterándose—¿Te divertiste? Después de dejarme plantada en la noche más importante de mi vida. Sabes que-

De pronto, Min tomó la mano de Margo sorprendiéndola al instante y la llevó hasta el para colocarla sobre su corazón obligándola a callarse.

—¿Lo sientes? —susurró observándola.

—¿Q-que haces?

—Mi corazón, ¿Lo sientes?—volvió a preguntar, pero ella simplemente se quedó callada al no terminar de comprender—No late igual cuando estoy contigo.

—Min...

—Enfrentemos la realidad de una vez—murmuró por lo bajo cristalizando sus ojos—No funcionamos juntos, no somos el uno para el otro como siempre tratamos de aparentar.

—Te amo—musitó con el nudo formándose en su garganta, con la mandíbula temblando y no sabía si era de frió o de llanto.

—No, no lo haces. Tal vez eso sólo ayuda a tu reputación o a tu grandísimo ego, amas que te amen, quizá le temías a quedarte sola...pero no me amas.

I Kissed I Girl? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora