Jack y Eloise

CAPÍTULO 21- Serás solo mía.

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𝓙𝓪𝓬𝓴

Una palabra: Duro

Estoy más duro que un tronco.

No paro de besarla y acariciarla como un loco.

Juro que no he podido dormir pensando en lo satisfactorio que sería volver a besarla. Toda ella me vuelve adicto. Creo que nunca he querido besar tanto a una chica como a ella.

Cuando nos separamos, nuestras respiraciones pesadas se mezclan y quiero besarla otra vez. Quiero escucharla gritar mi nombre una y otra vez.

-Reynolds-

-¿Sí?-

-Quiero que me beses abajo. Quiero sentirte ahí, justo en el centro de mi-

Ese es el comentario preciso para levantarlo más, estoy tan duro que duele.

Vuelvo a besarla apasionadamente, chupo y lamo sus labios como si fuese la última vez que lo volvería hacer. Quiero hacer todo lento y sin presiones por ella. Sin embargo, se me hará difícil porque quiero comérmela en todas partes.

Lo único que me separa de su pequeño cuerpo es su camisola. Se la quitó y la tiro en algún lado de la habitación. Me detengo a observar su pequeño y delicado cuerpo. Su piel es cremosa, sus pezones están duros. Creo que me vendré con tan solo mirarla.

Ella se ve suplicante, nunca la había visto así. Ella siempre se ve determinada, valiente y de carácter duro. Supongo que esta vez él que manda soy yo. Esta ansiosa y me quita mi camisa de lino.

El contacto de nuestros labios es ardiente, Eloise me agarra del cabello y me presiona aún más contra ella. Bajo las manos hasta su culo, lo masajeo y le doy una nalgada suave. Elo gime suave. Gruño al escuchar ese sonido tan placentero. Deslizo una de mis manos dentro de su sexo y acaricio en círculos ese punto exacto.

-Ah, Jack. Por favor-

Yo sonrió con arrogancia.

-Eloise, de ahora en adelante serás solo mía-

Deslizo mi mano libre por uno de sus senos, aprieto su pezón lo suficientemente fuerte para que sienta esa mezcla de dolor y placer. Ella se aferra a mi, todo su cuerpo tiembla, sus gemidos son el único sonido en la habitación, amo sus gemidos. Ella no para de estremecerse.

-Por favor, más rápido-

-Como ordene, alteza- obedezco, esta tan mojada y extasiada. Me atrevo a meter un solo dedo en ella. Ella grita y pone los ojos en blanco.

-Dios mío, sí-

Mi solo dedo entra y sale de ella. Este momento me encanta, creo que nunca había tenido tantas ganas. Pero ante todo el placer tengo que ser un caballero con ella, supongo que soy su primera vez en todo, no quiero que se lleve una mala experiencia. –¿Te está doliendo?

-No, no detengas, por favor sigue. Sigue que me encanta-

Le sonrío y le meto la mitad del otro dedo- Ah, Jack-

-Me excita lo mucho que te mojas por mí, mini demonio-

Antes de que llegue a su climax, la llevo a la cama, la acuesto y me arrodillo al frente de ella – Esto es lo que quieres, Elo. ¿Quieres que te bese aquí? – dije masajeando cada punto y pliegue que conforma su vagina.

-Sí, si quiero-

-Me lo tienes que pedir con gentileza, Elo. Los modales ante todo-

Ella parece buscar en su mente la frase correcta, sus ojos negros brillan de deseo –Sr. Reynolds, por favor, quiero que bese justo ahí-