Para una sociedad donde contraer matrimonio es lo transcendental y el pan de cada día para los aristócratas y aldeanos, para Jack y Eloise el matrimonio es una pesadilla. De estilos de vidas tan distintos, un día de lluvia e incertidumbre el destino...
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𝓔𝓵𝓸𝓲𝓼𝓮
Estoy realmente muy nerviosa, hoy le dije a mi mamá que me quedaba en casa de Jack porque necesitaba ayudar en una cena familiar, cosa que es mentira. Rose termino de arreglar a Jack, él se fue a la fiesta y ahora está arreglándome. Él se fue primero para hacer tiempo.
El baile de disfraces.
Rose me está haciendo un peinado, yo estoy temblando, la familia de Jack estará ahí, mucha gente estará ahí, yo nunca he ido a un baile, y tampoco le he mentido a tanta gente a la vez, Hace dos días Jack y Rose me estuvieron enseñando las reglas básicas de etiqueta y los pasos que tengo que hacer. Ay dios mío, si existe el infierno, crearon uno específicamente para Jack y para mí, por ser unos malditos mentirosos.
Estoy sudando como un pavo en una cacerola de los nervios, intento mantener la cordura, pero mi conciencia grita "¡Huye, huye desgraciada!", pero después recuerdo el dinero que estoy ganando por fingir ser su cortejo falso y se me pasa.
¿Si nos descubren?, ¿Y si alguien se da cuenta que soy muy sospechosa?, Jack es bueno mintiendo y manipulando a las personas, he compartido con él lo suficiente para darme cuenta que tiene talento es persuadir a las masas. Es que le queda perfecto el papel de Duque al muy idiota.
-Listo, Eloise estas preciosa- dice Rose, ella me pasa el espejo, y me impresiona el reflejo que veo, me veo tan distinta, tan...hermosa. Tengo una peinado semi recogido que hace que mi largo cabello negro caiga como una cascada y se enroque en rizos al final. Eso me hace sonreír, porque estoy en uno de esos días donde me siento preciosa. Y es que lo estoy, mi vestido es de color rojo con bordados en dorado (Rose insistió que lo usará, ya que contrasta con mi piel y muchas chicas no suelen usar color por lo llamativo que es), los zapatos que me pondré son dorados con detalles en rojo. Mi mascará es dorado con plumas rojas.
- Gracias, Rose. Tienes manos mágicas, todo lo que tocas lo haces hermoso o delicioso- honestamente Rose es una mujer mágica, aparte de hacer deliciosos manjares (cualidad que ha hecho que aumente de peso), también hace manualidades, peinados, arregla vestidos y ella le hizo unos arreglos a mi mascara.
-No tienes que agradecer. Más bien te agradezco a ti-
-¿A mí?- digo poniéndome de pie, para colocarme los zapatos y la mascará- ¿Por qué a mí?
Se encoge de hombros y me observa con complicidad – Tu haces reír a mi Jack-
Eso me deja en silencioso. Recuerdo que ya llevo dos semanas trabajando para él, realmente cada cosa que digo él se ríe. Su risa es muy hermosa, ronca, aterciopelada y sexy, su risa genera tanta emoción que me eriza tan solo escucharla.
-Bueno andando niña, se te hará tardísimo- dice Rose sacándome de mis pensamientos-
Ella me acompaña hasta la entrada, y me desea mucha suerte. Ya el chico del carruaje está ahí, el abre la puerta, y yo entro como una bala. En el camino noto que me sudan las manos, las soplo para no pasarlas por mi vestido. El recorrido es eterno, pero al bajarme del carrueje, mis piernas tiemblan. Mis ojos se desorbitan al ver la casa tan enorme y elegante que tengo al frente de mí. Respiro profundamente, para comenzar a caminar entre la multitud de personas que están en la puerta.
