Doce

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—¿Te gusta el helado de cerezas?— pregunta animado Ohm mientras mira como Nanon recibía su helado

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—¿Te gusta el helado de cerezas?— pregunta animado Ohm mientras mira como Nanon recibía su helado.

Pawat había arrastrado a Korapat hasta el centro comercial con la escusa de que quería comprar nuevos juguetes para los gatos de la vecina.

Y no era como que Nanon hubiese puesto mucha resistencia ante aquella propuesta.

—Es muy rico, aunque detesto las nueces— responde Nanon —¡Oye!

El castaño se exalta cuando ve como la cucharita de Ohm se dirige hasta su helado, sin embargo, se tranquiliza un poco cuando ve que el más alto solo toma las nueces de encima.

A mí tampoco me gustan las nueces, especialmente en los postres, pero por él, comería hasta crema de lentejas.

—Si no te gustan las nueces no deberías comerlas— dice el azabache antes de comerse las nueces —Solo dámelas, no tengo problema en comerlas si es por tí.

Ohm concluye su frase mostrando una enorme sonrisa brillante, en dicha acción, sus ojos se cerraron haciendo que luciera adorable.

Sin embargo, Nanon solo puede mirarle con una expresión cómica pero tierna, hace que el corazón del más alto no pueda ir más anormalmente rápido.

—De acuerdo— articula Korapat en apenas un murmullo y con un pequeño sonrojo apenas perceptible.

Sí ambos lo pensaban detenidamente, su relación definitivamente había cambiado.

Había evolucionado de buena manera.

Desde el punto de vista de Pawat, Nanon había dejado de ser tan arisco, era mucho más fácil hablar con él y ante su imaginación, el castaño le estaba dejando entrar cada vez más a su vida.

Poco a poco, a pasitos de gatito bebé.

Por otra parte, Korapat trataba de adivinar cuando había cambiado tanto al grado de dejar que Ohm lo arrastrará consigo de un lugar a otro.

Era tan extraño.

Es decir, de un momento a otro, aquel molesto chico se había abierto paso en su vida y se había ganado de alguna forma su confianza.

Además, Nanon era conciente de lo mucho que le gustaba a Ohm, lo sabía, sin embargo, no sabía porque le gustaba y eso le ponía de los nervios. Pero le ponía mucho más nervioso pensar en sí mismo y en lo que estaba comenzando a sentir.

Porque no quería que una persona tan linda como Pawat se enamorara de él.

"Pero tampoco es como que me pare enfrente de él y le pregunté explícitamente porque le gusto, ¿Verdad?"

Ambos siguieron caminando por el centro comercial, ya habían comprado todo lo que Ohm quiso y podía gastar, así que solo era cuestión de volver a casa, no obstante, un destello amarillo llamo la atención de Nanon.

7 pasos para enamorar a Korapat ; 𝗼𝗵𝗺𝗻𝗮𝗻𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora