CAPÍTULO XII

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Cuando desperté, lo primero que hice fue preguntar por Adrián. Las enfermeras y el doctor me dijeron que no me preocupará, que estaba estable. Un policía que estaba a su cargo me interrogó, preguntó por mis datos y algún contacto de Adrián para comunicarle del altercado. El policía se comunicó con Iván, quien a su vez les comunicó a sus hermanas. Iván no quería que su Mamá se enterase hasta saber bien el estado de su hermano. Iván salió de su casa con Susana y Gianella. La señora Olga intuyó que algo había pasado con su hijo y le exigió a Mirella que le dijera que es lo que estaba pasando. Mirella con el mayor cuidado posible, le contó a su Mamá lo sucedido con Adrián y Jairo. La señora se quedó muda por unos instantes, después se desesperó, se puso nerviosa y lloró de remordimiento por lo que le había dicho a su hijo horas atrás.

- Yo soy la culpable de lo que les ocurrió a Adrián y a Jairo. Si les pasa algo, no me lo voy a perdonar - dijo muy afectada, y arrepentida por como los había tratado.

- Mamá tú no tienes la culpa de nada, ha sido un asalto. Tú no tienes nada que ver, solo ha sido una desafortunada coincidencia – le calmaba Mirella.

- Si, pero yo les maldije ...

- Ya Mamá tranquila, no pienses en eso. Adrián va a estar bien, hay que rezar nomás para que reaccione.

- Vamos, quiero ir a verlos, quiero estar con ellos – dijo la señora Olga.

- Vamos a ir, pero primero tienes que tranquilizarte – le respondió Mirella.

- No voy a estar tranquila hasta que los vea – le dijo la señora Olga.

- Ellos estarán bien mami, son jóvenes y fuertes – respondió Mirella.

Ya estaba más calmada la señora Olga, cuando tomaron un taxi y se fueron a la clínica para saber bien del estado de Adrián y el mío.

En la clínica, narré lo sucedido. La señora Olga me pidió perdón, y me dijo que me aceptaba como era, que me quería como a un hijo y que me respetaba. Le dije que no tenía nada que perdonarle, que su reacción fue una reacción normal, y que no se sienta culpable por nada, que solo fue un accidente.

A mí me dieron de alta el mismo día. Adrián todavía quedaría en observación para ver su reacción después de la operación. Cuando Adrián despertó después de la operación no se acordaba de nada, ni de nadie. No reconocía a sus familiares, ni a nadie cuando despertó. Recordaba quien era, pero no recordaba nada de su entorno.

- Hijo qué bueno que ya despertaste - le dijo la señora Olga, cuando Adrián abrió los ojos.

- ¿Qué pasó? ¿Quién eres tú? ¿Qué hago acá? – preguntó Adrián un poco alterado, ante el asombro de la señora Olga.

- Adrián ¿Soy tu Mamá, no me recuerdas? sufriste un asalto y estás en la clínica. Pero cálmate no hables mucho. Voy a llamar a una enfermera.

- Yo no te conozco. Sal de aquí.

- Adrián soy yo tu Mamá hijo, mírame.

En ese momento entraron una enfermera y unos doctores. Le dijeron a la señora Olga que saliera, que lo iban a examinar. El diagnóstico de Adrián era un traumatismo encéfalo craneano grave, por el golpe que se había dado al caer. Había perdido la memoria, tenía un cuadro clínico de amnesia. Como Adrián estaba un poco agresivo y quería salir de la cama, lo aplicaron un sedante. La señora Olga pensaba que Adrián estaba así con ella por el incidente de la mañana, pero después los médicos le dijeron el diagnóstico que presentaba.

La señora Olga, sus hermanos, y yo estábamos muy preocupados y pendientes del estado de Adrián. Nos turnábamos para estar con él, aunque sea un momento. Mis padres, que ya se habían enterado y estaban conmigo en la clínica, querían llevarme para mi casa, pero yo no quería despegarme en ningún minuto de Adrián, hasta saberlo fuera de peligro.

TÚ ME CAMBIASTE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora