Corre y corre dejándonos atrás, dejándonos sin aire, sin ganas de que siga corriendo, tratamos de correr con el pero nunca somos lo suficientemente rápidos, nunca llegamos a igualarlo e igual si lo hacemos el lleva el doble de vueltas.
Pasa por nuestro lado llevándose todo con el, permitiéndonos solo unos segundos que nunca terminan de ser suficientes, nos lleva en esta carrera interminable a la que decidimos nombrar vida, pero no hay reglas justas contra el, ya muchos se han rendido, otros siguen corriendo pensando que hay una meta pero la pista es un circulo cambiante que nos crea una ilusión.
Ahí está el, burlándose cada que nos rebasa, quitándonos un poco de aliento con cada mirada y haciendo que nos concentremos tanto en el que no vemos por donde vamos, logrando que paremos y nos rindamos, solo porque nos damos cuenta que nunca lo lograremos.