"De un antiguo cuento alemán"
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.La esposa de un granjero deseaba tanto la dicha de ser madre pero su vientre seco y estéril le había negado la bendición de la maternidad, tanto fue el dolor de esta mujer que empezó a odiar el nacimiento de los corderos, los polluelos y el becerro, ella deseaba desesperadamente un bebé, un niño que pudiera criar, tanto fue su deseo que obligó a su esposo a beber brebajes, posimas o lo que fuera necesario para poder concebir.
— Quiero un hijo, no me importa si es una criatura deforme, monstruosa, contra hecha o fea como una bestia, yo quiero un bebé para arroparlo, cantarle y criarlo con todo mi amor — tanto fue su absurdo deseo, que pronunciando aquellas palabras maldijo el nacimiento de su hijo.
Los nueve meses se cumplieron y los dolores de parto se hicieron presentes, el bebé que tanto deseaba llegó al mundo pero con él traía una cruel maldición, peludo como una bestia, una criatura monstruosa, un horrendo ser que tan solo su madre amaba pues desde que su padre lo vio sintió repulsión y asco hacia él.
— Zeke, ese será tu nombre — la rubia mujer abrazo a la pequeña criatura con amor y ternura mientras las parteras y su esposo miraban con desprecio al pequeño que no tuvo ninguna culpa en nacer así.
Dina quería a la criatura tanto que no le importaba su espeluznante aspecto, amaba al pequeño, su pequeño hijo a quien tanto había deseado pero Grisha, su esposo, no pudo sentir el mismo afecto por la criatura, lo único que podía sentir por él era asco, repulsión y rechazo, tanto era su desprecio que llegó a odiar a su hijo.
Así pasaron, los días, las semanas, los meses y los años, la espeluznante bestia creció bajo el amoroso cuidado de su madre pero eso no fue lo suficiente para alejarlo de las crueles personas que lo rodeaban, ni de los constantes insultos y golpes que los niños de la aldea le propinaban, golpes que no sólo lo herian físicamente sino también herian su alma.
A la hora del almuerzo, el granjero se sento a la mesa y observó con asco a su hijo quien comía como un animal hambriento, sin poder soportarlo más, Grisha le arrebato el plato y lo lanzó fuera
— De ahora en adelante comerás con los animales — con un odio indescriptible, tomo a su hijo por los pelos y lo boto de la casa.
La noche fría y lúgubre había llegado y Zeke no regresaba a casa, su madre empezó a buscarlo, gritaba su nombre con fuerza para que la criatura lo oyera pero no hubo respuesta alguna, Grisha con la consciencia pesada, salió de su casa en busca de su hijo, camino y camino durante toda la noche y toda la madrugada pero no lo encontró por ningún lado, cuando el alba llegó, Grisha regresó a casa extenuado y vio a lado de su puerta a la bestia dormido profundamente.
— Te he buscado durante toda la noche!! — con molestia, el pelinegro sacudió con fuerza a su hijo despertandolo abruptamente
— Padre, solo te pediré un favor — Zeke se levantó del piso y sacudió su abundante melena — Dame todos los animales que quedaron bajo la misma maldición que yo —
— Y para que los quieres! — Grisha lo miro con el ceño fruncido intentando entender sus palabras
— Me iré a un lugar donde nadie pueda herirme, ni yo pueda seguir molestando a las personas con mi presencia — la bestia dirigió una triste mirada su padre —Durante toda la noche, traté de entender el porqué no me amas, hasta pensé que lo mejor sería morir pero ahora entiendo el porqué me rechazas así como los demás lo hacen, solo te pido que me dejes irme de aquí —
— No te irás, piensa en tu madre, le partiría el corazón si te vas — el granjero levantó una bara con la intención de golpearlo pero se detuvo al ver el miedo en sus ojos — Si eso es lo único que quieres, te ayudaré a irte — como el primer gesto de cariño hacia su hijo, Grisha cumplió su deseo
Luego de que su padre le entregara todos los animales, la bestia partió de ese lugar, dejando atrás a esa aldea, a su padre y a su madre, ambos lo observaron hasta que se convirtió en una brisa en la distancia, su madre sintió una leve herida abrirse en su corazón, una herida que día a día creció más y más hasta causarle la muerte.
Diez años después, un rey se perdió en un gran bosque, sin saber que hacer, se adentro más al bosque donde quedó totalmente desorientado, en su desesperación oyó una dulce y amarga melodia y sin pensarlo dos veces el rey siguió el sonido de aquella gaita y llegó a un extravagante castillo.
Tocó la puerta, con la intención de pedir ayuda y sin esperarlo una criatura peluda y horrenda salió a atenderlo.
— Disculpe que lo moleste pero me extraviado y estoy padeciendo hambre, en algún lugar ya hace tiempo yo fui un rey — hablo con tranquilidad al notar que lo monstruosa bestia no tenía malas intenciones
— Bienvenido a mi casa y a mi mesa — la bestia respondió con cortesía y amabilidad al rey
Una vez adentro, el rey disfruto de los más deliciosos potajes y del más dulce vino mientras comía y bebía, la criatura tocó la gaita nuevamente, aquella dulce y relajante melodia que emitía hizo dormir al rey como un tronco.
Al día siguiente el rey despertó bajo un árbol donde casi se arranca la oreja, asustado se levantó en el acto para tratar de reconocer el lugar, una sonrisa apareció en su rostro al notar los límites de su reino y su castillo frente a él, tanta fue su felicidad que comenzó a danzar y silbar con emoción.
— Te daré cualquier cosa que me pidas — en muestra de agradecimiento, el rey le ofreció una recompensa
— Dame al primer ser que salga a tu encuentro para darte la bienvenida —
El rey aceptó el pedido de la bestia, pues sabía que el primer ser en recibirlo sería, Kaiser, su fiel can, sin embargo, las cosas no siempre salen como uno lo espera....
— Vendré a buscar mi recompensa, dentro de un año —
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HOLA, BUENAS NOCHES HOY VENGO CON UN NUEVO FIC ❤️ QUE ESPERO LES GUSTE ⭐
ME INSPIRE VIENDO UNA SERIE Y DIJE TENGO QUE HACERLO FIC 🤣
NO OLVIDEN DEJAR SUS COMENTARIOS Y SU ⭐
NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO ✌️
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Corazón De Humano
RomantizmUna maldición, una recompensa, un matrimonio y una promesa rota