«Dioses, soy un desastre.»
Solar se frota los ojos y examina su escritorio. La mesa de madera está llena de papeles, archivos, bolígrafos, resaltadores y su laptop justo en el medio. Tiene calambres en los dedos, le duele la espalda, hace mucho que se le han dormido las piernas y la boca le sabe desagradablemente a aliento viciado y a esa segunda taza de café que se tomó hace una hora.
Básicamente, se siente como una mierda.
«Está bien, me merezco un descanso. He hecho la mitad de las diapositivas que necesito para la próxima reunión.»
Solar se aparta del escritorio, mirando los números en su reloj digital.
Las once cincuenta y cuatro.
Está absorta en el parpadeo: en medio de los números digitalizados, hasta que se da cuenta de que tiene mucha hambre por saltarse la cena. Ella contempla si vale la pena levantarse para comer, pero el siguiente gruñido insistente de su estómago la convence de que sí.
Así que se pone de pie, agarrando la mesa con fuerza para sostenerse mientras la sangre vuelve a sus pies de una manera muy desagradable. Cuenta hasta diez, luego se levanta de la mesa y da unos pasos para comprobar si sus piernas están acostumbradas a moverse de nuevo. Abre la puerta de su habitación, dejando el fresco aire acondicionado mientras camina por el pasillo sin luz hacia la cocina. Enciende el interruptor de la luz y busca un par de barras de granola (con frutas secas, porque Jaehyuk siempre le advierte que coma más sano) y un paquete de té de durazno.
Coge dos barras y el té, y apaga la luz. Regresa a su habitación, con los pies pegados al suelo a cada paso. Cierra la puerta detrás de ella y se vuelve a sentar en la silla de su escritorio, desenvuelve su barra de granola y toma un bocado de avena y arándanos secos.
Solar está en la mitad de su segunda barra cuando suena su teléfono, reproduciendo el tono de llamada inesperado que configuró para solo dos personas, las dos personas a las que probablemente debería llamar mucho más de lo que realmente hace. Ella se muerde el labio inferior.
«¿Por qué me están llamando? ¿Y en este momento? ¿Paso algo?»
Apartando los archivos, encuentra su teléfono debajo de una pila de papeles. Ella lo levanta y presiona el botón verde de recibir llamada.
— ¿Hola?
— Mamá — dice Solar, su voz mucho más tensa de lo que quería que sonara. — Hola. ¿Hay algo mal?
— Lo único que está mal es que no nos has llamado durante meses y solo has dejado un par de mensajes. ¿No crees que nos preocuparíamos un poco por cómo te va, Yongsun?
Solar se pone rígida, sus dedos se tensan tanto alrededor de su teléfono que tiembla en su agarre.
— Es Solar, mamá. Solar — respira profundamente — No me llames Yongsun.
— Ah, cierto. Solar. ¿No encuentras ese nombre un poco tonto, querida? Me siento un poco ofendida de que aún te niegues a usar el nombre que te dimos cuando naciste. ¿Tu nombre original todavía te suena tan mal?
Solar cierra los ojos, pellizcando el puente de su nariz. Se arrepiente de contarle esas mentiras a su madre cuando era joven, pero no le va a decir la verdadera razón por la que cambió su nombre.
— Mira, mamá, no es nada de eso. Solo prefiero que me llamen Solar, ¿de acuerdo? Mi nombre original es... genial, pero llámame Solar.
— Bien, bien, querida. Si te hace feliz. ¿Cómo van las cosas? ¿El trabajo? ¿Jaehyuk? Por favor, infórmame. Sé que es bastante tarde en la noche, pero acabo de recordar que quería llamarte cuando me iba a acostar.
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Save Me From Myself [Moonsun]
FanfictionMoon Byulyi, psicóloga titulada, nunca en toda su carrera se había encontrado con alguien tan confuso como Kim Solar. . . . °• Traducción °• Todos los derechos respectivos a su autora "fluffsaur" «Los nombres de los personajes utilizados son solo pe...