Capítulo 7.- Protección
Pov Jungwon:
— Si, ¿porqué no?— me respondió sonriente.
— Y ¿qué opinas? — pregunté temeroso.
—¿Qué opinó acerca de los vampiros? — asentí ante su respuesta — bueno, son seres que se alimentan de la vitalidad de los humanos, la sangre, son "inmortales" y viven entre las sombras, contando que son sumamente hermosos y pálidos, bueno algunos, quiero creer yo, ¿pero en específico qué quieres que te diga?... ¿si me dan miedo o los aborrezco?
— Tal vez — respondí...
— Pues no, no creo que me den miedo, claro si aún existieran — me sonrió — o ¿tratas de decirme que eres uno? — preguntó ¿pícaramente?
— y ¿qué si lo fuera?, ¿yo te causaría miedo? —
— No — respondió serenamente — ni un poco.
— ¿Tan segura? — asintió mientras se levantaba de la cama hasta donde estaba yo y así colocar su oído sobre mi pecho, tal acto hizo acelerar la palpitación de moribundo corazón.
— Esté latir significa lo tan vivo que estás — me dijo luego de alejarse — tú no eres ese tipo de ser y aunque lo fueras no me importaría, porque sería yo quien te protegería hasta el resto de mi vida.
Sorprendido ante su respuesta mis mejillas tornaron un rojo carmesí así dando paso proveniente a un cálido beso en dicho lugar y terminar con un suave empujón dejándome allí aturdido.
Instintivamente una tonta sonrisa se había formado en mis labios y también la llegada de muchos problemas si aquellos "seres" se enteraban de mi nueva relación con una humana.
Esto diaria una vuelta de ciento ochenta grados al terreno vampirezco pues podría desatar diversidad de catástrofes ante la amenaza de una nueva era donde los seres mágicos, humanos y vampiros podrían volver a resurgir.
Tal vez ya era hora de acelerar el puesto en el trono y desterrar a los ancianos, también por supuesto buscar a esa bebé que había ocasionado tantos conflictos y hacerle frente a sus cargos de destrucción, de esa forma cobraría venganza ante la muerte de mi madre.
[...]
Pov ___:
Una vez más volvía al lugar llenó de paz junto con un pequeño y tierno Jungwon.
Y con tranquilidad dormía plácidamente entre mis brazos, que con sinceridad, se veía tan lindo e inocente, es por eso que debía de disculparme, principalmente con la persona de dichos "recuerdos" o creaciones hechas por ella.
— Desearía que todos los problemas que ocasionó mi nacimiento pudieran ser recapacitados, dónde yo pudiera ser capaz de mostrarles que mis poderes son sanadores y no usados hacía la maldad, de verdad, jamás quise arrebatarles la vida a ninguno de estos pobres inocentes — le dije a la mujer que ahora nos miraba de frente.
— Lo sé cariño, no fue tu culpa — respondió dulcemente — tu no fuiste la culpable de la muerte de tu abuelo.
Un momento... ¿qué?.
— ¿A... abuelo? — pregunté asombrada esperando una respuesta inmediata sin esperar que una poderosa aura negra nos interrumpiera y tratará de invadir este puro lugar haciéndonos preocupar por tan mala vibra que conllevaba — ¿qué es eso? — cuestioné asustada y ante aún arrebato de Jungwon de mis brazos, me miró con miedo.
— ¡Debes despertar! — exclamó con mucha preocupación — ¡Despierta!, ¡Despierta!, ¡DESPIERTA!
Agitada salté de de la cama tratando de estabilizarme pero un estruendoso rayo iluminó mi habitación dejando a la vista a un sujeto parado en una esquina de mi habitación, provocando un miedo inaudito en el que solo pude pensar en alguien... “Jungwon” es por eso que en ese mismo instante lancé un hechizo de protección pero a ¿qué?, si aquel hombre había desaparecido.