Capítulo 9.

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—¡Eres un tonto! —carcajeó el cobalto llevándose una mano a la cara.

Zhadow no pudo evitar unírsele y algunas risas suyas se dejaron oír mientras se sacudía, intentando eliminar las molestas bolitas que se le pegaron cuando cayó en el arbusto del que acababa de levantarse de su pelaje, pero estas no cedían a soltarse.

—¿Necesitas ayuda? —volvió a hablar el azul finalizando su risa al notar su pequeño problema con las plantas.

—Sí, por favor —rogó jalando una de las bolitas y sintiendo como esta al mismo tiempo jalaba su pelaje, negándose a abandonarlo. Era molesto y le dolía.

—Espera, espera —indicó Sonic retirando las manos del azabache para después tomar con cuidado dicha planta e intentar quitar los minúsculos ganchos del pelaje negro. Tiró con cuidado de no lastimarlo y sacó la bolita—. Ya está.

—Gracias —sonrió un poco apenado y repitió el procedimiento que el azul había realizado con el resto de bolitas.

Sonic tomó su mano sin previo aviso y comenzó a caminar. No tenía un destino fijo, simplemente seguía el curso del viento. Llenó sus pulmones del aire fresco y lo mantuvo ahí unos segundos para después dejarlo salir. Sonrió y llevó su mirada verde hasta el azabache que caminaba a su lado. No hacía falta que nadie dijera nada, el silencio era placentero y sobre todo tal vez un poco necesario. Se sentía en paz en momentos así.

Después de todos esos días jugando y divirtiéndose con Shadow ya no tenía ninguna duda. Incluso había estado considerando declararse de una vez por todas; estaba más que seguro que no sería rechazado. O eso sospechaba y le hacía mucha ilusión, no quería desaprovechar la oportunidad tan grande que tenía.

Comenzaba a hacerse una costumbre mirar el atardecer juntos, se reunían para pasar ese tiempo con la compañía del otro, solamente sentándose y contemplando como los colores cálidos comenzaban a irse y se mezclaban con los fríos, dando como resultado una especie de color rosado que también pintaba las nubes. Algunas estrellas ya se dejaban ver, dando pequeños puntos blancos al cielo que ya estaba teñido de un azul marino.

—¿Ya viste? —llamó la atención del cobalto señalando tres estrellas en el cielo ahora nocturno.

—¿Qué cosa?

—Ahí se puede ver la constelación de Orión.

Hubo un pequeño silencio, se giró a ver a su acompañante y rio suavemente ante las muecas que este hacía mirando el cielo.

—No le veo la forma —se quejó el azul inflando sus mejillas.

—Mira —pasó su brazo por los hombros del oji-esmeralda para acercarlo e intentar que mirara donde le señalaba—, ¿puedes ver las tres estrellas que están ahí? —Sonic asintió— Ese es el cinturón de Orión.

Sonic seguía con la mirada donde Shadow señalaba y tardó un poco en hallar la forma de la constelación, pero finalmente con la ayuda del azabache, logró encontrar la figura que denominaban como Orión. Siendo sincero, necesitó mucha ayuda porque le era muy complicado unir las estrellas únicamente con la imaginación, y más encima hallarles una forma en específico.

—¿Cómo puedes identificarlas? Es muy difícil.

Zhadow se alejó un poco de él, rompiendo su contacto y encogiéndose de hombros mientras sus labios se curvaban un poco hacía arriba en una expresión relajada, buscando alguna otra constelación como podía ser Erídano o Géminis, tal vez también Tauro. Eran constelaciones vecinas, no sería muy complejo localizarlas.

—No lo sé, supongo que es porque me gusta.

—¿Te gustan las constelaciones?

—Sí, ¿no has pensado en lo genial que es que, pese a que están a ciento o tal vez miles de años luz de distancia una de otra, se alinean desde nuestra perspectiva para que podamos ver esas figuras?

Don't Touch Me [Shadonic/ZonZadow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora