Capítulo 11.

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—¿Por qué Shadow está aquí?

Tails se encogió de hombros para después decir:

—Puede ser que algo haya pasado, no sabemos.

—¿Algo cómo qué?

—No lo sé, tal vez algo relacionado con la ley de esta dimensión o algo así.

—¿Cómo sabes tanto de este lugar? —preguntó Sonic.

—Uh, bueno.. Digamos que he estado haciendo algunas investigaciones —murmuró el zorro.

—¿Y por qué no me habías dicho nada?

—No lo sé, tal vez porque aún no tenía nada sólido.

Caminaban por un pasillo recubierto de cristales que dejaban la vista libre a la ciudad. Pese a que había mucho movimiento, no había tanto caos como en su hogar. Era un lugar muy diferente, totalmente. Los edificios se miraban modernos y un tanto avanzados tecnológicamente.

Tails debía ser precavido con lo que decía, ya que podía ocasionar que algo más saliera a la luz. Algo que no debía saberse, ni siquiera por su mejor amigo. Podría causarle muchos problemas tanto para él como para sus amigos, y esos problemas solo empeorarían con el tiempo.

Tras haber atravesado el largo pasillo de cristal estuvieron frente a una puerta metálica. No estaba del todo cerrada puesto que un pequeño espacio entre el marco y la puerta quedaba abierto. Sabía quién estaba ahí; sentía que las manos le sudaban ligeramente. Tendría que explicarse de una manera muy pulida, cuidando a cada momento sus palabras.

Los dos se quedaron parados justo frente a la puerta, ninguno de los dos tomaba la iniciativa de abrir la puerta, sin embargo, él dio un pequeño empujón a su compañero erizo, cosa que hizo que diera un par de pasos al frente y se girara a verle con confusión.

—Abre tú.

Su amigo abrió la puerta empujándola hacia adentro suavemente. Tails se mantenía expectante de lo que sucedería. Se adelantó pocos pasos cortos hasta poder mirar dentro del lugar. Justo como les habían dicho, dentro de la habitación se encontraba el azabache. Un pequeño escalofrío lo recorrió, tenía meses sin verlo y no sabía cuanto enfado podría haber acumulado.

En cuanto la luz potente, a comparación de la que había dentro de la habitación, ingresó por la puerta y se estrelló contra las púas negras del vetado, el susodicho elevó la mirada hasta que chocó con el par de amigos que le observaban. 

Tanto el zorro como el erizo azul asomaban únicamente su cabeza por la pequeña abertura que acababan de abrir. Pese a que la diferencia de luz era notable, no le lastimaba la vista.

—¿Shadow?

A diferencia de veces anteriores, el tono de voz con el que le llamaban por su nombre era diferente; más suave y comprensiva a diferencia de la voz algo arisca del comandante de los Zone Cops. Podía notar la diferencia de manera rápida.

—¿Sonic? —dudó.

—¿Qué haces aquí?, ¿estás bien?

La puerta de metal fue abierta completamente dejando que el erizo cobalto ingresara en la estancia donde estaba. No tenía idea de cómo había llegado ahí ni qué había pasado. Y de cierta manera le preocupaba. Lo último de lo que se había enterado era la fuga del famoso Scourge, más nada.

—¿Qué haces tú aquí? 

Por lo menos Tails notaba la diferencia en las maneras de responder de ambos azabaches. Tanto las palabras que cada uno usaba como el tono de voz con el que lo decía. Sin dudas este erizo de ébano sí era Shadow. Y aquello lo ponía nervioso, no se notaba muy feliz.

Se limitó a mantenerse por la puerta para dejar que ambos erizos entablaran una conversación medianamente normal mientras él se mantenía a raya intentando no ser detectado del todo por el vetado. La plática que mantenían parecía ser ciertamente tranquila, al menos más de lo que esperaba. Sonic llenaba de preguntas al azabache mientras que el susodicho respondía a regañadientes.

Entre sus manos enguantadas identificó rápidamente las llaves que les había entregado su contraparte. Hizo una pequeña mueca sabiendo que tendría que interrumpir. No había nada de malo, simplemente que no quería tener que dar explicaciones. Suspiró y apretó suavemente la llave.

—Chicos.. —musitó para llamar la atención, cosa que funcionó muy bien, ya que ambos dirigieron su mirada hasta él. Los nervios le invadieron más con la mirada pesada que el de ébano le dedicaba—. Ehm.. Tengo las llaves. 

Se aceró cauteloso y utilizó las llaves para abrir las esposas del azabache y dejarle libre.

—Tails, yo también tengo un par de preguntas para ti —indicó rápidamente el azabache.

—Ah, ¿sí? —se lo temía, más prefirió fingir que realmente no tenía idea de lo que sucedía.

—Sí. Tú sabías, ¿no, zorro?

—¿Saber qué cosa?

—No te hagas el listo, zorro. Estaba en tus planes desde el inicio, ¿no? Por eso me llamaste a tu taller con una excusa tan barata que ahora me doy cuenta de lo estúpida que era.

Los reclamos del azabache venían acompañados de un acercamiento que pretendía ser amenazante con él dándole pequeños golpes en su pecho con su dedo índice. Claro que Shadow daba miedo cuando estaba molesto y en dicha situación realmente se sentía muy pequeño. 

—No es el momento ni el lugar para discutir esto, Shadow. Hay cosas más importantes ahora —simplificó apartando con nerviosismo el dedo del erizo.

Agradecía internamente que su amigo azul se mantuviera a raya. Aún no sabía por qué razón era así, pero daba las gracias por ello. Viró su mirada hasta los ojos carmín que lo observaban con severidad para después soltar un bufido. 

Shadow desvió su mirada hasta la puerta, pensando. Le llenaba de paz y tranquilidad saber y comprobar que Sonic estaba bien y que nada malo le había ocurrido. Incluso se atrevería a decir que le agradaba ver a ese pequeño zorro tramposo. Jamás admitiría en voz alta, o al menos frente a ellos, que eso era lo que pensaba en esos momentos.

—¿Alguno de los dos podría explicarme qué sucede? —demandó en un chillido  el cobalto ante el silencio que se situó en el lugar.

—Lamento interrumpir —se apareció Zilver recargándose en el marco de la puerta para respirar tras haber corrido—, pero Zails los requiere en su laboratorio. A los tres.

—¿A nosotros? —dudó Tails.

—Sí, vamos. Es urgente. 

Tras que Zilver insistiera nuevamente, comenzaron su camino hasta el laboratorio del científico que aparentemente les mandaba llamar para quién sabe qué. 

Sólo esperaban que no fuera nada grave.

Don't Touch Me [Shadonic/ZonZadow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora