09.

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La pelea entre Dazai y Nikolai cada vez duraba más, la tensión era increíble, el castaño tenia graves golpes pero nada le detenía. En un golpe directo de Nikolai, Dazai logró esquivarlo y tocar levemente su hombro, saliendo de él su sonrisa de satisfacción.

Todo es parte del plan.

Sigma había arrebatado los guantes de las dulces manos de Chuuya, ¿cómo unas manos tan suaves y frágiles podrían ser un arma de matar?

Segundos antes de despertar a Chuuya, Dazai dio un golpe inmovilizador, dejando a Sigma desmayado en ese blanco y duro piso.

— ¿Me echaste de menos Chibi? —

— Bastardo... no volveré a seguir tus planes, apenas puedo moverme, ¿qué droga es esta? — dijo el pelirrojo en el intento de abrir sus párpados por completo.

Dazai solo rió y dirigió su mirada hacia una cámara de vigilancia, con su maliciosa sonrisa y mirada penetradora. Fyodor veía aquellas escenas, rozando su uña entre sus dientes sin llegar a morderla, Dazai le había ganado, pero, ¿cómo?

Resulta que Dazai sabia del plan de Fyodor gracias a que sus sospechas comenzaran aquella noche después de salir de la elegante casa de Chuuya, y también, gracias al inocente Sigma que le confirmó todo. Claro que Dazai no dejaría allí a la "única persona normal", Fyodor lo mataría, asi que obligó a Chuuya a cargarlo con su habilidad mientras él cargaba a el pelirrojo en su espalda.

— ¿¡HAH!? ¿DAZAI INSINUAS QUE ADMITAMOS EN LA AGENCIA A UN CÓMPLICE DE INTENTO DE ASESINATO? Alguien sujeteme me va a dar algo. — Kunikida no se creía aquella escena, pero sin embargo, Dazai solo tenia una sonrisa tranquila y Sigma detrás de él tenia una cara de impresión, ¿de verdad es el único normal aquí? Alguien salvelo.

— Tranquilo Ku-ni-ki-da-kun, Sigma es un buen chico, ¿verdad que sí? — dijo el castaño con su tono carismático de siempre.

Sigma raspó su garganta y se preparó para defenderse, poniendo su cara seria contagiando la seriedad del momento a Kunikida y el pequeño Atsushi que observaba detrás.

— En mi defensa, querido Kunikida, fui retenido, obligado y amenazado a hacer todas estas cosas, y le recuerdo que sin mi confirmación Dazai-kun no podría haber diseñado un plan tan perfecto como el que hizo. —

— Me sonrojas Sigma —

¿Un ambiente serio en la Agencia con Dazai presente? Imposible.
Kunikida golpeó con sus ideales la cabeza del castaño.

— Razón tienes, pero en vez de contactar con alguien seguiste sus órdenes. Igualmente la decision de aceptarte no es mía. Ranpo-kun, ¿qué opinas? — dijo esto último levantando un poco más su voz.

— ¿Mh? Oh, di di aweptale, ed wuen shico. — dijo apenas vocalizando debido a su boca llena de dulces.

— ¡Dice "sí sí aceptale, es buen chico" Kunikida-san! — dijo Kenji interviniendo en aquella conversación.

Atsushi y Kunikida soltaron una leve sonrisa por el ánimo de Kenji.

— Gracias Kenji-kun — carraspeó su garganta y continuó — Hablaré con el jefe sobre esto, mientras tanto alójate en un piso de este edificio, si ese tal Nikolai viene a por ti iremos en tu ayuda enseguida. —

— ¡Felicidades Sigma! — dijo Dazai dando por admitido al normal.

— ¡¡Yeyyy!! — dijeron Kenji y Ranpo al unísono.

— Felicidades Sigma-san — dijo el tierno Atsushi, no quiere ser grosero y no vendría mal felicitar por adelantado.

[ ... ]

— Shinju wa Hitori de wa dekinai~~ — Dazai tan tranquilo como siempre iba caminando en dirección a casa de su querido Chuuya, enano, Chibi y perchero.

— ¡¡Chuuuyaaaaaa!! ¡Abrele la puerta al emor de tu vida! —

Al oír estas palabras Chuuya salió rápidamente de su casa para golpear al castaño en su nuca y seguido agarrar su brazo adentrandolo en su casa.

— Eso dolió Chuuya. —

— ¡Tu sí que dueles imbécil! Ahora Fyodor sabe que me intentas cortejar, si no me hubieras avisado que eso pasaría, ¡¿qué te crees que hubiera pasado!? ¡¿EH!? —

Chuuya estaba hablando en serio, ya no le gustaba esta idea, era loca y seria mejor dejarlo todo ahí, solo serian el soukoku en las misiones, nada más.

Dazai reflejó una mirada seria pero no seca, solo pensativa.

— Encontraré una manera de que no te hagan nada Chu- —

Chuuya cortó la frase.

— Ya basta Dazai. — suspiró y continuó — Esto no va a funcionar, y lo sabes bien, no sé por qué lo intentas. Se acabó, hasta aquí llegastes, felicidades y adiós. — seguido de esto señaló la puerta en señal de que Dazai se retirara.

— Mierda Chuuya no, no solo hago esto por amor, no sabes lo que odio y me duele ver cómo te martillas solo, manteniendo la cabeza en alto, fingiendo tener un orgullo enorme, lo tienes pero, en el fondo solo quieres ser temido para que no te hagan daño. —

— Dazai para.

— ¿Por qué deberia? ¿Acaso estoy yendo más allá de tu faceta intimidante y fuerte? —

— ¡MIERDA DAZAI CÁLLATE! Vete, ¡YA!. —

La cara de Chuuya se llenó de ira.

— Convirtiendo tu tristeza en enfado. No lograrás nada. —

— ¿Y me lo dices tú? —

— Por algo te lo diré, Chuuya — sin más que decir se dirigió a la puerta, alejándose lentamente.

El pelirrojo quería ir detrás de él, no quería ser abandonado, no otra vez. Sin saber que más hacer, empezó a soltar lágrimas, cada vez, llenado su cara, ahora roja, por suaves gotas de tristeza retenidas desde hace años. Pequeños sollozos salían de él, pero justo antes de dejarse caer en el suelo, unos brazos le sostenieron por detrás.

— Si de verdad quieres que te corteje, empieza confiando por mí. —

Chuuya dio vuelta y miró al castaño aún llorando, soltando aún más lágrimas, escondió su rostro en el pecho del más alto, apretando a la vez el abrigo que llevaba.

— Confía tu en mí. —

— Sabes que cuesta Chuuya, los dos lo sabemos. —

Abrazó al pelirrojo, dándose calor corporal uno a uno.

— Dazai. -— dijo el pelirrojo una vez más calmado.

— Diga —

— No sigas con esto, si quieres podemos pasar más tiempo juntos pero, ya basta, va a salir mal. —

— Mierda Chuuya. —

— Paremos. —

— Bien, como quieras, si te amo debería hacerte caso, ¿no? —

Se separaron, pero antes de que Dazai se fuera, depositó su último beso en la frente del pelirrojo.

— Un pequeño recuerdo, y recuerda, nada es tu culpa. —

Sin más que hacer ni decir, se fue, desapareciendo de la vista del pequeño pelirrojo, una vez más.

Pero después de todo, ¿a qué se refería con que nada era su culpa?

Decidió no dar mucha importancia aunque quedó con la duda vagando por su mente los siguientes días.

Bonne Nuit, ChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora