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TW: suicidio, autolesión.

Un lindo día crecía en aquel barrio de Yokohama, el aire fresco y la temperatura justa brindaba paz y armonía.

Ya habían pasado 2 meses desde aquella discusión entre el soukoku y desde el incidente al que llamaron "Nidor", en todo ese tiempo Chuuya y Dazai no habían interactuado, si bien se habían encontrado en la calle, solo se dedicaban una corta mirada, y sin decir ninguna palabra seguían sus caminos.

Dazai cumplía la petición de Chuuya, además, se sentía ridículo al haber expuesto así sus sentimientos hacia Chuuya, se vio a si mismo muy vulnerable, al igual que el pelirrojo.

Además de aquella repentina separación del soukoku, Dazai dejó de ir tan seguido a la Agencia, estaba cansado y últimamente dedicaba más tiempo a nuevos métodos de suicidio y a crear nuevas heridas, resulta que habían muchas maneras de hacerse daño sin quemarse, cortarse o golpearse. Eso lo mantuvo entretenido durante 5 semanas consecutivas de 2 meses enteros.

Kunikida regañaba al castaño otra vez por haber faltado tanto tiempo, pero el dolor que sentía en sus brazos, torso y piernas era horrible, seguramente había abusado mucho de aquello. Kunikida dirigió su mano extendida hacia la espalda del castaño, quien detuvo aquel golpe rápidamente, con una mirada seria en su rostro. Aquello desconcertó a Kunikida quien alejó su mano lentamente.

— Haz tus informes. — seguido de esto se alejó y se sentó en su sitio, continuándo con sus trabajos.

Mientras tanto el resto de la agencia miraba sorprendidos a Dazai, quien siguió vagueando después de esa escena, todos menos Ranpo.

Repito. Ranpo, ¿qué sabes?

[ 1º mes. ]

Una llamada retumbó en la sala, justo en mitad de una reunión de la Mafia, Chuuya se disculpó y salió de allí para atenderla.

— ¿Sí? —

— Disculpe las molestias Nakahara-san, ¿sabe algo de Dazai? — dijo el rubio ex profesor.

El silencio duró unos segundos que se hicieron eterno, ¿por qué le preguntaban de Dazai? ¿Por qué a él?

— ¿Dazai? No sé nada, ¿está faltando otra vez? —

— Sí, lleva así 3 semanas ya. —

— Me pillasteis en una reunión. Lo buscaré y mandaré a patadas a trabajar. —

— Gracias y mis disculpas. Buen día. —

— Igualmente. —

Ambos colgaron y sin más que pensar, Chuuya se dirigió a la sala donde seguían hablando.

— ¿Quién era Chuuya-kun? — preguntó Mori con curiosidad.

— Solo publicidad. Disculpe la interrupción. —

Mal mentiroso.

[ ... ]

El pelirrojo se encontraba yendo al piso de Dazai, odiaba la idea de tener que hablar o tener contacto con él, pero tampoco le gustaba que Dazai faltara y que por eso el chico tigre tuviera trabajo extra.

— ¡Oi, Dazai! — dijo golpeando la puerta varias veces.

Nadie respondió, optó por derribar la puerta de nuevo, entrando sin permiso. Chuuya rezaba por no encontrar la escena de aquella última vez.

— Dazai responde maldita sea. — se empezaba a enojar.

Revisó por toda la casa, incluso en su cuarto, no había nada, ni signos de vida. Decidió llamar a Kunikida.

— ¿Dazai ha ido a trabajar? —

— Me temo que no, ¿por qué? —

— No está en su casa. —

"Mierda". Eso se repetía en la cabeza del más pequeño, ¿dónde estará? No, no debe preocuparse por él, seguro que está suicidándose en algún lugar con alguna bella dama.

Se retiró de la casa ajena asegurándose de que sus constructores privados arreglaran la puerta y se aseguraran que no quedaran pruebas de nada. Podría alertar a los vecinos.

Una vez el pelirrojo llegó a su casa, encendió su teléfono para revisar que no hubiera ninguna llamada perdida. Las 11:11, ¿tan temprano era? Según sus recuerdos, había escuchado a Anee-san hablar de aquellos números, "números angelicales", señales del destino y mensajes de tu ángel. Claro que Chuuya no creía en estas cosas pero tampoco haría daño buscar su significado. Se adentró a su navegador y buscó.

— 11:11 significado espiritual. — dijo en voz alta mientras escribía.

"La hora espejo 11:11 tiene un significado de advertencia, pues el Universo te envía el mensaje de que amas demasiado a alguien, pero corres el riesgo de sufrir."

Se le vino la imagen de Dazai a su mente. Pero no, no puede ser nada de eso, él mismo decidió acabar con su relación.

— Pff, tonterías. — tiró su teléfono a su cama y comenzó a desvestirse para así poder darse un merecido y largo baño.

Bonne Nuit, ChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora