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Así es como terminamos cambiando nuestra rutina por el otro. Me había adueñado de los turnos de noche y de ese sector en concreto. La gente sabía que era mi preferido, pero cuando hice el cambio de turnos y observaron que todos los días estaba ella, trabajando en el mismo sector al mismo turno, empezaron a sospechar de qué algo pasaba. Unos decían que era simplemente comodidad de su capitana, otros pensaban que era por ser su sector favorito, pero también existía cierto 20% de la pandilla que pensaba que me reunía con alguien.
Había aprendido con el paso del tiempo, a saber, con eran mis queridos soldados y para mi desgracia eran muy de lo romántico. Muy de esas típicas escenas que salen cuando hay un amor imposible y se reúnen en x lugar... Pues de esas. Ellos empezaron a contar su teoría llegando al punto de que le pusieran un nombre "The Shadow King of the Wolves" cada vez que lo decían en las reuniones me aguantaba la risa. Era estúpido para qué mentir, pero lo peor es que en cierto modo era verdad. Me reunía con Kakucho a escondidas, sí, pero no estábamos en una relación.
De igual manera Kakucho me dijo que algo parecido pasaba en su pandilla. Su jefe lo había interrogado más de dos veces para intentar sacarle la verdad sobre a donde iba todas las noches. También me comentó que entre sus compañeros de trabajo existía el rumor de que él salía con una chica la cual llamaban "Presa". Sinceramente no entendía el porqué, pero cuando le preguntaba a mi fiel amigo, simplemente se rascaba la nuca y me decía que era difícil de explicar y que en un futuro me lo contaría.
Él seguía con su rara costumbre de besar mi mano al saludarme, ya no me daba asco, solo me acostumbre y le dedicaba una sonrisa amble.
- Mi bella dama, ¿qué le apetece hacer hoy? - Estaba tumbada en el suelo, escuchando música hasta que escuche esa voz grave que me daba causaba risa a veces.
- Ays que respetuoso Sr. Kaku. - Le respondí aguantándome la risa mientras él se tiraba a mi lado.
- ¿Qué pasa? ¿Te parece gracioso que te trate como se debería de tratar a cualquier mujer?
Entonces no aguante más y me reía a carcajada limpia
- ES QUE SUENA MUY CARAMELOSO. - Paré la música y me giré a verle frenando mi risa y viendo un lindo sonrojo que le había causado. - Ays~ que tierno te ves Kaku. - Dije para tomar sus mejillas y estirarlas haciendo mueca y que el sonrojo del pelinegro subiera.
- Ya... No me avergüences más. - Dijo a lo que le deje las mejillas en paz y bese su frente. - Y luego me dices a mi carameloso. - Comentó quejándose para ponerse en pie y de seguido cogerme en brazos provocando un grito. - Ssssh o van a venir tus soldados asustados por que su capitana está en peligro.
- Es que lo estoy. - Inflé mis mejillas. - Una enormemente bestia me está secuestrando. - Pronuncié dramatizando, provocándole una risa. - Al final sí voy a ser la presa de la que tus compis hablan - Dije mirándolos sonriendo.
- Si pequeña, y yo seré tu rey. - Ambos estallamos en risas.
Entonces me bajé y empecé a correr siendo seguida por Kaku. Si bien teníamos los dos una edad bastante adulta, cuando cogimos confianza ya no existía esas edades para nosotros, nos convertimos en adolescentes o niños pequeños incluso, que jugaban a la luz de la luna.
