FANFIC ILEMMA [EDITANDO]

Tentación

Manas eso como que se volvió un vicio y le he dado muchas vueltas, además teniendo en cuenta que las otras escritoras nada que actualizan este pedacito de tentación, pues decidí hacer uno a ver que tal me sale.

ADVERTENCIA FANFIC: Habrá Trio y Lactancia

Único 

La pelinegra se removió levemente ante un sonido lejano, estaba sobre una superficie cálida. El ruido se hizo cada vez más fuerte y entre la bruma del sueño logró reconocer que era el llanto de su bebe, se levanta sobresaltada y con pasos torpes baja de la inmensa cama rebuscando entre el desorden del suelo su pijama (un short y una pequeña camisa). Medio peina sus cabellos y se frota la cara buscando espantar los ratos de sueño, el ruso quedó boca abajo sobre el cómodo colchón dormitando un rato más.

Traspasa una puerta pequeña y llega a la habitación de su pequeño príncipe, el cual hasta ahora es una viva copia del hombre que tiene por padre. El chiquito no pasa de los seis meses y patalea rojo de la ira por la falta de atención, la cara la tiene rojita y la barbilla le tiembla. El azul de sus ojos está empañado por las lágrimas que se deslizan a lo largo de su tierna carita. Suspira y sonríe con resignación ante el pataleo del pequeño, que se intensifica al reconocerla de pie frente a su cuna.

-Ya mi amor, tranquilo-lo acuna contra su pecho buscando transmitir tranquilidad, los leves gimoteos del pequeño le hacen saber que aún está algo alterado. Lo mece un poco más entre sus brazos logrando calmarlo del todo y el apretón que recibe sobre su pecho izquierdo le hace saber que desea el pequeño bebe que tiene por hijo.

Lo retira de su pecho y le mira fijamente a la cara recibiendo a cambio una sonrisa desdentada que le hace latir el corazón cada vez más rápido. Ríe con alegría y se sienta en la silla mecedora, al estar solamente los dos no se quita la camisa dejando sus pechos al aire, no pasan 2 minutos antes de tener una pequeña boquita prendido de su pezón alimentándose de leche materna, el otro esta libre e hinchado por la acumulación de leche, es realmente doloroso. Ambos azules se encuentran mirándose fijamente otra vez y la pequeña manito de su bebe se pasea agarrando los mechones de su largo cabello o estirándose tanto como puede queriendo agarrar su rostro, no puede evitar sonreír enternecida.

La atmósfera se evapora cuando la menor de las James nota la alta silueta apoyada en una de las paredes de la habitación, no sabe cuándo llegó ni qué demonios hace ahí. Pero alza la camisa con prisa para tapar su pecho libre una vez nota la mirando fija en dicha zona. Los colores se le suben al rostro y se remueve apenada, le incomoda mucho la extraña manera en que el coronel la mira, parece recorrerla con ese gris tormenta, se siente a punto de ser devorada y se avergüenza consigo misma al notar el calor que se va alojando entre sus piernas.

- ¿Qué haces aquí? -pregunta cuando por fin encuentra su voz, la mirada de su cuñado ahora está fija en la piel blanca y tersa del pecho que chupa el bebe.

-Vine por la lora y Owen- responde cuando cree que solo la miraria con fastidio y se largara por donde vino. Ayer los mellizos Morgan se quedaron a dormir, puesto que Milenka y Amelie decidieron hacer una pijamada y Owen siendo el único niño no le quedó más que aceptar. Emma les ayudó organizando "su fuerte", acomodando los dulces de su interés y viendo 3 películas con ellos, miraron Cars, Enredados y Encanto. Las canciones las gritaron con todas sus fuerzas e improvisaron pasos de baile. A eso de las 11 pm los niños no dieron para más y se quedaron dormidos, por lo que la pelinegra regresó a su cuarto, donde encontró a su sexy marido esperándola desnudo sobre su cama y con un anillo vibrador en la base de su pene, estimulándose.

-Oh, están en el cuarto de Amelie-voltea a mirar el reloj animado sobre la mesita de noche-no falta mucho para que se despierten-comentó con una sonrisa bailando en su pequeña boquita, el coronel Morgan solo asintió apretando los puños, tratando de controlar el impulso de tomarla y empotrarla contra uno de los tocadores, marcando esa tersa piel y chupando con hambre voraz esos pequeños pechos. La llegada del ruso lo despierta de su fantasía y observa como este se acerca a la pequeña ninfa que lo espera con los ojos brillantes, se nota lo enamorada que está del ruso y no tiene muy claro el porque eso le afecta.