FANFIC ILEMMA [EDITANDO]

MINI FANFIC 3

Sorry nenes, ayer andaba de practicas y de cumple. Por eso me perdí tanto

Emma miraba fijamente su atuendo en el espejo, estaba algo nerviosa sobre la cita que tenía hoy. Había establecido contacto con un empresario polaco, todo había iniciado accidentalmente cuando siendo acompañada por Domi y Niurka le tocó hacer parte de sus funciones como Koroleva, negociando acuerdos con un grupo de empresarios y ricachones dispuestos a invertir en un riesgoso proyecto.

El moreno era el más joven de la mesa y si bien la charla fue algo tediosa no pararon de lanzarse una que otra miradita discreta, por supuesto no se asemejaba al ruso y era obvio que su presencia no le hacía sentir ni la cuarta parte de lo que el Boss de la Bratva lograba hacer en su sistema, pero si atraía su atención y se quemaría en el infierno por pecadora si no aceptaba eso.

Empezó con un roce "accidental" de dedos, una sonrisa velada y una mirada coqueta, no faltó mucho para tener su número en su poder y a cambio del regalo tan generoso que le hizo le dio su número de teléfono, para cualquier "emergencia". La pelirroja desaprobó su método, pero la apoyó en su decisión y le dijo que era un proceso que debía afrontar, pero eso sí, debía atenerse a las consecuencias que se iban a presentar.

Niurka por otro lado, acepto lo que hizo, alegando que entre más rápido superara su enamoramiento por el Boss, mucho mas sencillo seria dejarlo y menos herida saldría. Le hablaba desde la experiencia vivida con Pavel y teniendo en cuenta que la reputación del Boss en cuanto a esos temas era pésima, pues resultaba mucho más beneficioso prevenir y manejar la cabeza fría en todo momento, como si de un negocio se tratara.

Escuchando ambas versiones y a la pequeña voz en su cabeza, empezaron los mensajes y cuando se dio cuenta ya no podía parar, poco a poco se fue sintiendo especial y cómoda con Jarek, así se llamaba aquel alto polaco de cabello oscuro, le gustaba la disponibilidad que tenía para escucharla y darle palabras de aliento. Le había contado en una de sus tantas videollamadas, que estaba casada, pero que por desgracia su matrimonio iba a pique y no creía encontrar algo que lograra repáralo, le contó sus inseguridades, sus puntos de vista y le dio un ejemplo a gran escala de lo que se había convertido su vida, claro que omitiendo partes importantes o comprometedoras.

El en cambio le dio su visión de las cosas, le hizo conocer un panorama masculino que le hacía más sencillo entender una parte del motor, detrás de las decisiones de Ilenko. Desde un inicio aclaró su posición de amigos sin posibilidad a consolidar la relación o formar una pareja, pero si acepto la idea de que, si la situación surgía y ambos se dejaban llevar, no veían porque negarse, después de todo su esposo bien que disfrutaba de todas esas sumisas que, si eran "verdaderas hembras" y se acomodan a su gusto y demanda, con cuerpos curvilíneos y voluptuoso a los que ella no se parecía ni soñando.

Ella como mujer también tenía necesidades, como joven estaba predispuesta a etapas de excitación que, si bien no eran continuas ni exageradas, estaban ahí y no había nadie que las satisficiera, hasta ahora claro.

Se termino de alistar, a las James siempre les había quedado fenomenal el rojo, por lo que uso una sabia mezcla de varios tonos de rojo con un atuendo negro. Los labios estaban pulcramente pintados y el maquillaje natural sólo realzaba su belleza. La larga cabellera caía en cascada por su espalda con ondas naturales que resaltan aún más en el rojo brillante de su gabán.

Con un último visto bueno bajó y salió directo a la puerta, donde ya la esperaba un boyeviki. No se le antojaba ser hipócrita el día de hoy, no quería que nada dañara su magnífico día.

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Al llegar al hotel dio el nombre de su reservación y al llegar a la mesa se encontró con el polaco, quien vestía un pulcro traje y a su lado reposaba un ramo de rosas, acompañado de lo que se supone son chocolates y el estuche de alguna cosa.