🌟 Capítulo 3 🌟

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Lunes 15 de Marzo, 2021

–Perdón, Sí. Se que dije que vendría el sábado pero me surgió un contratiempo.

El pelirrosa lo miró por un par de segundos regresando su vista a la televisión que transmitía una película de los 50s.

 –No puedes ignorarme de esa forma–regaño parándose frente al televisor.

Hyungwon ladeó su cabeza para ver un poco de lo que el cuerpo de Minhyuk no lograba cubrir; después de todo el pelinegro era delgado casi como él.

–Te traje las pinturas que prometí además de tu comida ¿y qué me gano? Tu indiferencia. No podrás estar todo el día ignorandome, tendrás que hablarme.

El menor enarcó una ceja. Se puso de pie en dirección a la cocina donde cogió una manzana volvió a la sala lanzándose en el sillón. Si su primo le iba a obstruir la vista de la televisión y a chantajearlo con la comida entonces él vería el techo, que viéndolo bien necesitaba unos cuantos retoques, también aprovecharía a degustar una rica manzana roja. Aunque era bueno para su salud comer frutas. así que lo vio como una buena decisión.

–Prefieres mirar al techo que a mí–corrió un poco las piernas del más alto para sentarse junto a él en el sofá–¿Le enviaste mensaje?

Despejando la vista del cielorraso, observó confundido al pelinegro. Sus mejillas se hacían más redonditas con cada bocado que daba a la fruta. Min se resistía de abrazarlo y estrujar sus cachetitos, tenía muy presente el problema de su primo con el contacto humano.

–El repartidor–habló distrayéndose de la imagen tierna–el que te dio su número. ¿Cómo es posible que lo olvides? Literal es el único, aparte de mi, que ha venido aquí en meses. Creo que es necesario que conozcas a más personas, Wonnie. Podría servirte...

Luchó por no demostrar el terror que le causaba estar rodeado de personas desconocidas. Personas que pudieran acercarse a él, tocarlo, hablarle...para Hyungwon ya era mucho trabajo ir una vez al mes a la universidad para entregar sus proyectos o hacer algún examen. Los profesores y directores eran conscientes de su condición por lo que estudiaba desde casa recibiendo tres veces por semana, en las tardes, clases en línea y el resto de la semana se dedicaba a hacer sus tareas. 

Desde los siete años hasta casi los diecisiete años recibió clases con profesores privados pero cada día era una lucha interna para acercarse a las maestras, sí, solo maestras pues los hombres mayores les daban miedo. Todos los días terminaba en el cuarto de baño llorando silenciosamente abrazándose a sí mismo sin poder hablar del miedo que le provocaba estar con más personas. Las pesadillas eran recurrentes, casi a diario. Una y otra vez se repetía esa horrible noche; cada momento lo vivía  de nuevo, los sentimientos eran los mismos, el miedo llenaba su pequeño cuerpecito, las lágrimas caían de sus hermosos ojos verdes. Odia ser bonito para los monstruos, para ese horrible monstruo que acabó con su felicidad, con su tranquilidad.

El dinero que sus padres le dejaron no comenzaba todo el sufrimiento, los traumas, los problemas con los que tenía que luchar a diario. Las únicas personas que estuvieron y siguen con él son Minhyuk y su madre. Aunque su tía se rindió hace un par de años, continuamente le enviaba dinero, pues ella manejaba las acciones de sus padres. No le guardaba rencor a ella por no venir a verlo de todas maneras no iba a poder acercarse a él; a excepción de Minhyuk, no soportaba estar cerca de otras personas por más de cinco minutos. A veces deseaba poder despertar y ser normal, poder salir a la calle, tener amigos, una pareja. Le gustaban los niños, los que cada mañana pasaban frente a su casa para ir a la escuela o los que reían jugando en la casa de a lado, ojalá él hubiera podido tener esa oportunidad, de reír, de ser feliz.

Los días a tu lado  🎇2 won 🎇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora