☾ CAPÍTULO 11 ☾

3 1 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Los siguientes días pasaron rápido. Mi tiempo se repartía entre el aprendizaje teórico del nuevo mundo en el que me acababan de insertar, que me enseñaban Archie y Circe, y luego el entrenamiento de lucha y habilidades, cortesía de Cael, que pensaba que necesitaría tener unas mínimas capacidades para pelear, o al menos saber defenderme.

Este último le ponía todo el esfuerzo para que yo entendiera, e incluso Irisha había intentado ayudarme con sus propias estrategias, pero no había ninguna mejora. Mi cuerpo era débil e "humano", y me era incapaz alcanzar siquiera las bases para defenderme de un ser sobrenatural.

Mi único alivio fue que se me dieran bien las clases teóricas. Al menos, si algo me atacaba, sabría decir que era, aunque no estaba muy seguro de que eso me fuera muy útil tras ser apuñalada, o descuartizada por no saber defenderme.

- Más rápido, Calíope, tienes que correr más ligera, no claves los pies en la tierra tanto, eso solo conseguirá hundirte y ralentizar tus movimientos- me gritó Cael desde la otra punta del campo en el que nos habíamos instalado para entrenar. Este se situaba frente a la casa de la bruja.

Del otro lado, Irisha cronometraba mi velocidad, y Circe y Phoebe recogían algunas plantas para sus pociones en el huerto, mientras nos echaban alguna que otra mirada. Las miré con envidia, deseando poder parar ese inútil entrenamiento y unirme a ellas.

- No te pares, muévete primor, de ese modo incluso una tortuga podría asesinarte- siguió Cael, algo desesperado

- Lo... ahh... intento...- dije con la poca respiración que pude reunir. Pero mi esfuerzo se vio detenido por mi torpeza. Caí de bruces al suelo, y al levantar la vista, adolorida, pude ver como Irisha, emocionada, me sonreía

- ¡Era una trampa! Para ver tus reflejos!- exclamó energética

-¡¿Y como mierdas pretendes que me fije en una trampa cuando no soy ni capaz de correr?! ¿Me queréis matar, verdad? Yo te mato, Irisha, eres una...- le dije yo agotada

- ¡¡Vocabulario!!- gritó Archie, que acababa de salir de la casita con una tablet en la mano

- Ha empezado ella!- gritamos las dos a la vez

Levanté mi cuerpo adolorido del suelo de hierba, y saqué las piedrecitas que habían quedado incrustadas en mis rodillas, para luego ver como un Cael resignado se acercaba hacia mi

- Bueno, no pasa nada, con el tiempo ya mejorarás- me repitió él

Con la ayuda de Irisha, que me seguía hablando ilusionada de las trampas que me haría en un futuro, nos dirigimos todos juntos a la casa, dejando a Circe y Phoebe en el huerto de la casita.

Tras una larga ducha, y algo de ropa limpia, ya me sentía mejor. Preparé te para todos, mientras analizaba la situación nuevamente. Últimamente, era muy recurrente que me empanara. Pero esta vez, ya no imaginaba una vida de ensueño, como cuando era una simple humana. Ahora, buscaba formas se soluciona mi problema.

LIBRAMENTUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora