Capítulo 5

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—No puedo creer que en serio el jefe te haya dado una tarjeta dorada! Préstamela un día y tu padre se queda en banca rota—el joven estaba alzando los brazos y riendo de manera energética ya que el auto que habían elegido era el último modelo y además descapotable.

—ahora por tu culpa, mi padre me va a restregar a la cara que utilicé su puto dinero—se encontraba ansioso, apretaba el bolante con mucha fuerza y empezaba a divagar en temas que no venian al caso.

—puede que ahora tengas un mejor aspecto, pero sigues siendo el mismo perdedor de siempre Izuku ¡deja esa puta manía tuya! ¡Me pones mas ansioso!— ahora habían dos manojos de nervios, ambos chicos empezaron a temblar más de lo normal pensando en cuanto tiempo tendrían que trabajar para pagar todo lo que han gastado.

El mayor aparco el auto en el estacionamiento subterráneo y ambos se quedaron pasmados recordando todo lo que gastaron en menos de 9 horas
—Izuku, hagamos una promesa, el dinero no nos va a cambiar, repite conmigo. "El dinero es material y lo material no se va con nosotros luego de morir e ir al infierno"— ambos se tomaron de las manos, levantaron la cabeza, cerrando los ojos y empezaron a hacer el clásico "ammmmmm" de cuando alguien está meditando.

—mamá que están haciendo esos dos?— la voz de una niña los despertó del transe y abrieron los ojos sorprendidos.

—Dejalos cariño, las personas millonarias de hoy en día son cada vez más raras— hizo un gesto de repudio y subió la ventanilla de su auto.

Ambos chicos se miraron avergonzados y tomaron todas las cosas que habían comprado ese día de la cajuela.

—viendo el lado positivo, por lo menos viviremos bien hasta que tu padre nos mande a matar jajajaja— "trata de pensar en positivo Kaminari" caminaba de forma robótica carcajeando de vez en cuando.

—estas loco Kaminari JAJAJAJAJA— ríe Izuku, es lo único que te queda, un día cumplirás la promesa de hace años.

Habían caminado muy rápido y se dieron cuenta que ya estaban en la puerta de su departamento.

—no es lo mas lujoso pero, recordando como son tus gustos Izuku, te doy un 8— miraba algo sorprendido a sus alrededores, era un lugar con pocos colores pero parecía bastante elegante.

—gracias por el cumpli... do?— tenía un rostro que denotaba asombro, y sus mejillas se tiñeron levemente de rojizo.

—Izuku? Hey! Que te pasa?— el joven de cabello rubio giro la cabeza hacia donde el peli verde había dirigido la mirada.

wow ambos son bastante guapos, son tus vecinos?— lo decía en susurros.

ni siquiera te atrevas Kam, Katchan es mio— abrió mucho los ojos al enterarse que por fin conocería al chico que le gustaba a su mejor amigo.

Un tanto alto, con un lindo rostro y cabello alborotado y un poco puntiagudo. Ojos color sangre y con una expresión imponente y de pocos amigos. Tenia un buen físico ( parecia ejercitarse continuamente) aunque ese era el tipo de alpha con el que cualquier omega quisiera tener sexo, contradictoriamente no sentía ningún tipo de atracción ( aunque previamente ya se había acostado con alphas casi iguales).

Ahora su vista se dirigió al acompañante del de cabello cenizo, tenía el cabello rojo y puntiagudo, con una expresión un tanto seria y varonil pero a diferencia de "Kacchan" las vibras que transmitía eran mucho más gentiles. Era alto y un tanto corpulento, llevaba una chaqueta azul oscuro con unos jeans un poco sueltos. (Con el si quería tener sexo)

quien es el de cabello rojo?—se acercó al oído de su amigo y le habló bajito para que los otros dos no escuchacen nada.

hablas de Kirishima?— el opuesto levantó una ceja un tanto incredulo.

—Hola Izuku! Que tal te va? Nos volvemos a encontrar luego de esta mañana verdad?—el pelirrojo de acercó a ambos amigos y los saludo estrechandoles las manos.

—es un gusto verte de nuevo amigo— le Sonrió achicando los ojos—Te presento, el es Kaminari—

~

—que maldito traidor, le dije explícitamente que los ignorarla pero no me hizo caso, que jodido imbecil—apretó los dientes y frunció el seño. Ya había pasado cerca de 20 min luego de que Kirishima y el llegarán del trabajo  y ahora tenia que soportar las malditas carcajadas que se escuchan en el pasadizo.

No estaba nada celoso, claro que no, ya había olvidado y enterrado el nombre de Izuku Midoriya en lo más profundo de una fosa. No le tenía explícitamente odio, sino más bien se sentía incómodo por cómo terminaron las cosas hace años.

Pero solo eso.

—ese bastado olía a omega y está mucho más guapo que antes ¿será por su nuevo corte de cabello? — se acurrucó más en el mueble de la sala y cruzó lo brazos enojado—por mi mejor, espero que el energúmeno con complejo de tarado sea feliz con ese omega, no me importa— el recuerdo de la escena de la mañana paso de manera fugaz por su cabeza.

—Puag y yo que tenía planeado empezar a romper cosas—se levantó y tomó unas pastillas azules sobre la cocina y se encerró en su cuarto, se acostó en su cama y miró fijamente el techo de color azul. El día que pinto la habitación planeaba dejarlo todo blanco, pero se veía más vacío de lo normal así que optó por pintarlo de azul.

Puso su despertador a las 8 y 30 de la noche porque le tocaba turno nocturno ese día.

Cerro los ojos y se quedó dormído.

Cuatro paredes Blancas [Dekukatsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora