Me dirigía hacia los dormitorios después de pasar el día con Erica, Nagi y Cloe. Ellos se habían ido hace unas horas, y yo me quedé un rato en la ciudad para buscar unas malteadas para mi.
Llegué hasta el portón del instituto y entré, pasando cerca del muelle miré una sombra. Pensé que había sido alguna confusión pero no. Una persona estaba parada en el muelle mirando el río, era una chica. Iba a seguir mi camino pero ella estaba sola.
Caminé hacia el muelle, un pasó fue suficiente para que la madera de esta emitiera un crujido haciendo que la chica girará su cabeza a mi dirección. Vi su rostro a través de la luz que brindaba la luna. Era muy linda, su cabello amarrado en un lindo listón rojo, iba vestida de negro. Me miró con mirada confusa.
—Eh... hola —le sonríe algo nervioso por la reacción que podría tener.
—Hola. —fue lo único que dijo con rostro neutral y miró nuevamente el río.
Estuve en un debate mental sobre quedarme o irme. Caminé unos pasos más hasta quedar al lado de ella mirando el río. Se veía lindo, el agua brillaba bajo la luz de la luna. Volteé a verla, tenía su mirada fija al paisaje. Iba a decir algo pero ella se adelantó.
—Se ve linda la luna ¿no? —volteó para verme.
Me quedé unos momentos viéndola antes de responder.
—Si, ¿Puedo hacerte una pregunta? —ella asintió.— ¿Qué haces tu sola aquí? Es algo tarde.
Ella suspiró.
—No sé, yo solo quería estar un momento tranquila lejos de mi habitación. —sonrió. —¿Y tú? ¿Qué haces aquí?
—Yo venía de la ciudad, de comprar unas malteadas y te vi sola —reí un poco. —¿Quieres una? —dije señalando la bolsa en la que llevaba las malteadas, ella asintió.
Nos sentamos cerca de la orilla, cada uno con su malteada en silencio con la mirada fija al río. Ella habló de repente.
— ¿De que salón eres? —me miró curiosa.
—Soy del salón A, del primer campus. —dije tomando un trago de la malteada.
—Oh vaya, la mayoría de las clases altas están en ese salón —río un poco.
—Si, he oído a varias personas querer estar en ese salón pero —hice una pausa para beber nuevamente la malteada. — no es tan divertido como piensan.
Ella me miró curiosa.
—¿Por qué?
—Son aburridos, si las personas con quien me junto no estuvieran creo que estaría solo. —bajé mi cabeza — suelen ser muy crueles con clases bajas, eso está mal.
—Es cierto. —nuevamente fijó su mirada al paisaje. —Creo que era de esperarse ¿no? Clases mezcladas no siempre puede ser bueno, espero que algún día cambien su pensar. —volteó para verme y sonreírme, su sonrisa era muy linda que inconscientemente me sonrojé un poco.
Hablamos, hablamos y hablamos, no sabia si el tiempo se había detenido porque no sentí que avanzará cuando hablaba con ella.
Puso su vaso en el que tomaba la malteada en el suelo.
—Vaya si que estaba muy bueno, muchas gracias por la malteada —se levantó y caminó para botar el vaso en el contenedor. Iba a regresar pero sonó el timbre para avisar que las puertas se iban a cerrar y que era hora de dormir. —Creo que tenemos que irnos.
Nos dirigimos a la entrada juntos, íbamos en silencio pero no era incómodo, nos detuvimos.
—Mi dormitorio esta por allá. —Señaló el pasillo. Se despidió con la mano y empezó a caminar.
Caminé hacia ella y agarré su mano.
—Soy Shiba —dije y ella me miró, estaba por decirme su nombre pero sonó el segundo timbre de advertencia. Soltó mi mano y me sonrió.
—Nos vemos, Shiba —la miré alejarse por el pasillo, luego me apresure para irme a mi habitación antes de que algún consejero me regañara.
Llegue a mi habitación, me acosté en mi cama mirando hacia el techo sin dejar de pensar en esa chica, si tan solo me hubiera dicho su nombre pero sabía que la volvería a ver.
¿Quién era esa chica? ¿En que salón estaba?
¿Como se llamaba? ¿Por qué estaba tan interesado en ella? Tantas preguntas vagando por su mente, sin darse cuenta quedó dormido..
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Me llegó la inspiración en la madrugada jaja, ¿que tal? Espero que les haya gustado el capítulo, prometo mejorar mi escritura.
No se olviden de dormir bien y comer adecuadamente ¡Cuídense! 💗