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Antes de leer de continuar, les recomiendo escuchar mientras leen Azul - Zoé

La vida continuaba, y yo continúe, seguí sin pensar en Shiba. Mi vida iba a la normalidad pero eso casi no duró mucho.

Al año siguiente teníamos que elegir un tipo de taller, yo había agarrado el taller de música, mientras que Nagi, Cloe y Erica habían tomado ciencias humanas, incluso Shiba agarró ese taller, algo que me calmaba ya que no me lo iba a encontrar.

Los días transcurrieron tan rápido que se convirtieron en 3 meses desde que había estado en el taller, un día había llegado demasiado temprano para mi gusto pero todavía el salón no estaba abierto, así que me recosté en la pared a esperar a que más personas llegaran.

En unos minutos después llegó alguien, un chico de cabellos rubios muy ordenados, aura elegante, llevaba guantes, sus ojos azules era muy guapo seguramente alguien de clase alta.

Él me miró por unos minutos pero apartó la mirada y esperó también a que abrieran la puerta. Ese fue la primera vez que lo vi o mejor dicho que lo noté. Él estaba en el mismo salón mio pero jamás lo había notado.

Los días pasaron lo seguí notando, en los pasillos, en los lugares que frecuentaba e inconscientemente pensaba en él. Se llamaba Ray y era vampiro, me invadió el miedo al saber el sentimiento que tenía, ¿Acaso me había empezado a gusta? No lo conocía ni tan cerca para que me gustara, así que mientras tanto le puse una categoría al sentimiento de amor platónico ya que nunca lograría que alguien como él se fijara en mi. Flashbacks de mi confesión con Shiba aparecían en mi mente avisándome que era prohibido volver a cometer el mismo error y que apartara ese sentimiento.

Pasó un mes de vacaciones en el que pude olvidarme de la existencia de Ray, pero al volver llegó más fuerte, cada semana que pasaba era un agobio, sentía la necesidad de hablarle, él iba más avanzado que yo en el taller por ende en el próximo mes ya no tomaría el taller ya que lo habría terminado. Entré en pánico porque eso significaba que no lo vería tanto a pesar de estar en el mismo salón.

La única idea que se me ocurrió para poder hablarle había sido a través de cartas, en un acto impulsivo empecé a escribir la primera carta y al día siguiente la entregué en su silla del taller, lo recibió de buena manera. Las dos semanas pasaron y hablábamos seguido, nos llevábamos bien, me sentía feliz de que estuviera interactuando con él, nos conocimos en persona y seguíamos hablando felizmente, todos los descansos pasábamos juntos, y mi alegría aumentaba. Pero eso se esfumó pronto, él inmediatamente se dió cuenta de que le gustaba y tuve que decirle la verdad. Él me rechazó, otra persona también lo hacía.

Lloré mucho ese día, lo único diferente fue que a pesar de eso no dejamos de hablar, al contrario hablábamos mucho más que antes. Sus días en el taller terminaron, pero seguíamos hablando en los descansos. Su actitud había cambiado, me tenía más confianza y se expresaba mucho más, y miraba más interés sobre mí que no pude evitar ilusionarme que tal vez le estaba gustando.

Me expresaba lo que pensaba en mi, que me extrañaba y quería verme a través de cartas, eso hacia que mi corazón se sintiera feliz. Terminé el taller así que pude tener un poco más de tiempo libre para verlo.

En uno de esos días libres, hubo un evento en la escuela sobre el eclipse de sangre que se acercaba. Ese día Ray y yo nos escapamos de ese evento y nos fuimos al último edificio del campus, cuando entramos había solo un piano.

—Vaya, pensé que había algo más interesante en este edificio. —dije observando el lugar

—Pues ofendes al hermoso piano que esta aquí, mucho de los otros edificios no tienen esta edición, es muy especial. —caminó hacia el piano y se sentó. Hizo una seña para que yo me sentara con él.

Me senté a su lado y él empezó a tocar una pieza que habíamos aprendido en el taller, Ray tocaba de una manera hermosa, no por nada era uno de los dos mejores en ese taller.

Él me miró fijamente

—¿Qué pasa? —le pregunté mirándolo

Él no dijo nada, y solamente se acercó, y me besó.

Me alejé nerviosa, y pensé por un momento que había pasado, él me seguía viendo con una sonrisa tierna, y no pude evitar besarlo.

Se suponía que tal vez después de besarnos pasaría algo más, pero no sucedió nada.

Los días pasaron con normalidad, y así las vacaciones del fin del semestre llegaron.

Seguíamos hablando por cartas pero no tan seguido como cuando nos conocíamos. Extrañaba tanto esos tiempos.

En una de las visitas al pueblo me lo encontré hablando con algún amigo de él.

—Entonces esa chica, ______, ¿te gusta? —preguntó el amigo.

—Diría que sí, pero la verdad es que no, tal vez nomas me gusta saber que le gusto, pero nada más que eso.

Escuchar eso, me puso mal de una manera que nunca pensé sentirme. Estuve encerrada en mi cuarto, pasaron tantas noches que no dormí por llorar. Me llegaban cartas de Ray pero dejé de contestarle.

En mis ahora dos experiencias salí destrozada, siempre me lancé en hablarles, arriesgarme pero no lograba nada, tal vez yo estaba mendigando atención.

El sentimiento de odio hacia Ray llegó pero aún así lo amaba, no podía dejar de pensar en él, pensar en el día que nos besamos, los momentos que me hizo sentir que el me quería también.

Ahora solamente me tocaba sanar, y que el tiempo me ayudara a olvidarlo a él, tal vez no lo logre, tal vez si. Pero al menos estoy segura de que dejaré de buscar el amor en donde no hay para mi.






Holaaa, aquí les traje unos dos capítulos continuos y este es el último, espero que les haya gustado, perdonen las faltas de ortografía que pueda cometer prometo mejorar mucho. Cuídense mucho y que disfruten su fin de año. Feliz 2023 🌷

𝘌𝘱𝘩𝘦𝘮𝘦𝘳𝘢𝘭 𝘴𝘤𝘦𝘯𝘢𝘳𝘪𝘰𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora