El bienestar de los alumnos de la UA se ve en peligro cuando un nuevo grupo llamado "La liga de Villanos" ataca sin compasión a los alumnos de la clase 1-A. El festival deportivo está a la vuelta de la esquina y Nedzu sabe que solo un hombre es capa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Estoy haciendo todo esto por amor."
Gracias al desastre que provocaron Midoriya y Todoroki, todos tenían un descanso en lo que el cuadrilátero era arreglado por el profesor Cementoss. Algunos aprovecharon en ir por bocados, otros se quedaron en sus asientos esperando, Ryuu realmente no tenía nada que hacer luego de llevar a Midoriya a la enfermería. Él estaba volviendo cuando sintió su teléfono vibrar en su trasero. Tomó este para ver la pantalla iluminar aquel mensaje que le llegó.
(2) mensajes recibidos.
Shoto
Pa' Te necesito.
Fue un rayo al ir de una punta a otra solo porque su pequeño se lo pidió. Ni siquiera necesitó pedirle ubicación porque sabía dónde encontrarlo gracias a su instinto paterno y la lógica. Entró a los vestidores masculinos, notando a su pequeño hijo encogido en unas bancas con el ceño fruncido mientras observaba su mano izquierda. Con tantos pensamientos en su mente.
Apenas escuchó el sonido de la puerta siendo abierta levantó su mirada para encontrarse con la pequeña figura de su padre. Aquel que le dio a luz. Sus ojos grises lo veían como el ser más importante del universo y eso le hizo sentir como un niño pequeño que quería correr a los brazos de su madre. Eso hizo. Con ojos cristalizados, Shoto corrió hacia los brazos de su padre para abrazarlo sobre los hombros y ocultar su rostro en la curva de su hombro y cuello. Al ser más alto no podía esconderse en su pecho, pero el sentir su cuerpo y aroma lograban calmar al bicolor que se soltó a llorar libremente.
—Lo siento... Rompí mí promesa, yo-
—Shh, tranquilo bebé. — su voz sirvió de arrullo para él. Eso sumado a las suaves acaricias que iba dejando con su mano en su espalda. — Papá está aquí... ¿Qué atormenta a esa cabecita tuya?
—Lo usé. Se sintió bien y y-yo, por un momento no pensé en el viejo, ni en ti, pensé en mí y en lo fuerte que quería ser para ser un héroe. — confiesa rápidamente, tomando por sorpresa al pelinegro que luego se separó para tomar el rostro de su hijo entre sus manos para que vea su orgullosa sonrisa. — ¿P-por qué no te ves enojado? ¡Usé el fuego!
—Y ese fuego quemó aquellas cadenas que te tenían retenido. —ahora el sorprendido era el menor. — Mí pequeño Shoto, es lo que trataba de decirte. Ese poder no es mío ni de tu padre; es tuyo. Tu harás el bien con ambos lados, solo hacía falta dar ese salto de fe para encontrar el equilibrio entre ambas partes.
—No entiendo...
—Se tú mismo y no una versión de nosotros. Tu eres tú, nosotros tuvimos nuestro momento de gloria y ahora te toca a ti. — soltó el rostro de su hijo para clavar su índice en su corazón con una sonrisa orgullosa en su rostro. — No estás solo, hijo. Nosotros te apoyamos, tus hermanos te apoyan. Hasta el arbusto parlanchín lo hace.
