PECADOS PATERNOS (ADAPTACIÓN STONY)

Capitulo 1

-D-Disculpa?-tartamudeó Tony.

Sus hermosos ojos castaños se abrieron como platos mientras miraba al Alfa que tenía enfrente, sentado ante el lujoso escritorio de roble. Seguramente no había oído bien. Bajo ningún concepto.

-Ya me has oído-murmuró. Su intensa mirada azul se clavó en la suya
con expresión inquietante. -No lo diré dos veces.

Tony lo miró boquiabierto, demasiado aturdido para hablar. No podía creer lo que estaba oyendo, no podía creer que ese alfa, Steve Rogers, estuviese
sugiriendo mejor dicho, exigiendo
semejante cosa. En cualquier otra
situación su respuesta habría sido "si".
Bajo estas circunstancias su orgullo solo le permitía decir...

-No, No me utilizarás de esa manera, Steve.-Sacudió la cabeza tragando bruscamente al mirarlo.-No puedo creer que te atrevas siquiera a sugerirlo- susurró.

Steve arqueó las cejas, pero, por lo demás, permaneció tranquilo e impasible. Su mirada arrogante recorrió todo el cuerpo del omega de arriba a abajo, desnudándolo.

Tony apretó los dientes con fuerza pensando qué el muy bastardo probablemente estaría disfrutando un montón con su incomodidad.

¿Pero, acaso podía culparlo? Si las circunstancias fueran a la inversa, pensó, no sabía como lo trataría.

Steve suspiró.

El Alfa que había protagonizado sus más sueños húmedos durante su adolescencia de los que podría recordar, finalmente se había fijado en él como su pareja.

Tenía treinta años y había esperado mucho tiempo para que este momento se hiciese realidad. Pero ahora que había llegado, pensó malhumoradamente, tenía que rechazarlo. Se percató de la ironía.

A los cuarenta estaba quizás aún más guapo que la primera vez que le había puesto la vista encima con trece años.

Se habían enamorado instantáneamente del alfa de veintitrés años, pero no había necesitado una gran experiencia social para darse cuenta de qué está atracción era y sería siempre unilateral.

Los Alfas con el aspecto de Steve no se conformaban con omegas como Tony ni siquiera si este era el hijo del hombre más poderoso y rico.

Tony creía que se conservaba bastante bien. Tenía una cara bonita, ojos castaños con pestañas largas y tupidas, los labios llenos y una sonrisa alegre y traviesa. Pero también era cierto que nunca había sido sumamente delgado y alto.

Si había una cosa que Tony había aprendido relacionándose desde niño con la crème de la crème de la sociedad era que los alfas atractivos y poderosos deseaban esposas omegas trofeo; hermosas, altas y esqueléticas.

Deseaban omegas que solo comieran ensalada y bebieran agua mineral y que se creyesen que eso era una comida, no un omega que comiera hamburguesas, donas y refrescos con azúcar, el gozaba de todo esto sin el más mínimo remordimiento.

El omega suspiró. Estaba claro que nunca sería exquisitamente atractivo para un alfa.

-Haz lo que tengas que hacer -dijo el omega en voz baja mientras se levantaba
de la silla.

Sus palmas sudorosas se deslizaron
nerviosamente por la parte delantera
de sus vaqueros de marca mientras sus ojos rehuían su mirada. No sería el amante de ningún hombre-ni siquiera del único que siempre había deseado realmente.

-Y yo haré también lo que tenga que hacer -dijo con más seguridad de la que sentía. -Creo que ahora debo irme.

Tony caminó hacia la puerta de la oficina, y después se paró a medio camino. Volteó la cabeza, mirándolo por encima del hombro.

-Independientemente de lo que decidas hacer -dijo suavemente- quiero que sepas que estoy y he estado siempre en contra de lo que te hizo mi padre. -Le dio la impresión de que su mirada tensa se relajaba levemente pero no podría asegurarlo.-Y no hablo por hablar.

De hecho, él había sido el principal
defensor de Steve cuando su padre
le dio la espalda a su joven protegido,
echándolo como si fuese un trasto viejo sólo para ganar un dinero fácil, se murió de verguenza.

Pasaron muchos años antes de que
pudiera perdonarlo y relacionarse con él como se supone que deben hacerlo padre e hijo. Y aún así, habían pasado algunos años más antes de que la tensión entre ellos se relajase.