Capítulo 5

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Tony jadeó y la pasión se, arremolinó en su interior formando un nudo en su vientre. Continuó restregando los dedos sobre su entrada lubricada, su sexo palpitaba clamando por la culminación.

Oyó entrar al ayudante personal de Steve y, por un momento, acarició la idea de parar. Pero sabía que eso no le gustaría a su marido. Continuó masturbándose, más allá del límite en que podría importarle si alguien lo miraba.

Se acarició más fuerte y un quejido suave escapó de sus labios.

Espléndido - murmuró Steve con voz excitada.-Exquisito.

Se corrió con un gemido ruidoso, sintiendo como la sangre encendía su cara. Los pezones dilatados e hinchados. Su aliento entrecortado y jadeante.

-Eso será todo por ahora - oyó que Steve murmuraba a Tom, su auxiliar.

Abrió los ojos y observó como su marido aceptaba una copa de brandy.

- No necesitaremos más de sus servicios hasta que el avión aterrice.

-Por supuesto, Sr. Rogers.

Tom se retiró con expresión impasible pero el bulto de sus pantalones contaba otra historia. Steve entrecerró los ojos y miró a su omega, diciéndole sin palabras que no consentiría que mirase la ingle de su ayudante.

¿Entonces por qué permitió que su ayudante mirase como se masturbaba? se preguntó vacilante. Sin embargo, se dio cuenta de que ya sabia la respuesta.

Steve probablemente había querido exhibir su posesión ante un alfa inferior otra muestra de dominación sobre él. No sabía si sentirse insultado o adulado por el hecho de que él lo encontrase digno de exhibición.

- No vuelvas a mirar nunca el pene de otro alfa - dijo su marido con desaprobación.-No me gusta como me hace sentir.

Tony abrió los ojos de par en par, sorprendido por el hecho de que él hubiese confesado tanto. Se despejó la garganta y desvió la mirada.

- Lo siento - murmuró. - ¿Ya puedo cerrar las piernas?.

-No- Se arrellanó en su asiento y acercó el brandy a los labios- Estoy gozando de la vista -dijo descaradamente.

Tony se ruborizó.

-¿Por qué permitiste que Tom entrase aquí y me mirase si no querías que me fijase en su reacción?- Lo observó con atención. -¿Cómo esperabas que reaccionase?

Él sonrió levemente.

-¿Sinceramente?- El omega asintió con lentitud.- La verdad es que no me di cuenta de que había entrado hasta que era demasiado tarde. Cuando se excitó...- Su voz se fue apagando y su mandíbula se endureció. - No me gustó. Y cuando notaste su erección -murmuró, - me puse celoso. No provoques mis celos otra vez, por favor.

Tony sintió que el corazón se le salía del pecho. ¿Por que era tan sincero con él? Y sobre todo, se preguntaba, ¿por qué estaba celoso?.
Dadas las circunstancias, lo lógico sería pensar que Steve habría gozado al avergonzarlo delante de cualquiera. Este hombre era un enigma que tardaría mucho tiempo en descifrar.

Tony expulsó el aliento. Le había sorprendido que Steve hubiese admitido una debilidad dos veces en cinco minutos. Nunca habría esperado que se mostrase vulnerable tan pronto, o nunca.

-Gracias por contestar a mi pregunta- susurró, desviando la mirada, confundido.

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El lo abarcó en toda su longitud, empujando glotonamente el glande hasta casi tocar el fondo de su garganta, profundamente, con movimientos expertos. Gimió contra su pene hinchado, gozando del poder que sintió cuando sus dedos se tensaron más en su pelo y él comenzó a gemir totalmente descontrolado.

- Bébetelo - gimió, mientras todo su cuerpo se estremecía - Trágatelo todo, hasta el fondo.

Steve se corrió con un fuerte bramido, y este gruñido atronador retumbó por toda la cabina del aeroplano. Con movimientos regulares, Tony mantuvo el ritmo con la cabeza, y sus labios extrajeron hasta la última gota de semen que pudieron obtener. Implacable en su succión, mantuvo el ritmo febril hasta que lo drenó del todo, hasta dejarlo completamente agotado y saciado.

Resollando, Steve se derrumbó en su asiento porque ya no pòdía sostenerse más tiempo de pie.

Tony le dio todo lo que quiso, ordeñándolo una vez más hasta que se derrumbó por completo y cayó dormido.

Permaneció arrodillado a sus pies mientras él dormía, besando suavemente sus testículos agotados. Intuyó que eso era lo que deseaba Steve. También intuyó que, por alguna razón, Steve necesitaba tener esa intimidad con
él , se diese cuenta o no.

El alfa durmió tranquilamente durante lo que quedaba de viaje hasta la isla privada. Despertaba de vez en cuando, como si temiese que lo hubiera abandonado, sin embargo lo agarraba con satisfacción por la nuca y se volvía a dormir tan pronto como sentía sus labios abrazando sus huevos, mimándolo.

Tony se preguntó inútilmente por qué seguía arrodillado delante de él, con sus pelotas en la boca. Se consoló pensando que no tenía otra elección, pues no quería enfrentar la realidad: había deseado a Steve Rogers tan desesperadamente como, por alguna extraña razón, Steve lo deseaba a él.

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El oasis privado de Steve era aún más
hermoso de lo que Tony se había imaginado. Exuberantes palmeras lo invadían todo, el sonido de pájaros exóticos y otros animales flotaba en el aire mientras los criados se afanaban en supervisar las tierras y los arrendatarios.

Lá hacienda Rogers era incluso más
magnífica que Chez Ma Coeur, el gran oasis particular en las islas Virgen que había pertenecido a la familia Stark durante casi un siglo. La mansión isleña de Joeera colosal, de mármol rosado, un claro ejemplo de influencia
española.

Tony había imaginado que se sentiría terriblemente avergonzado al tener que exhibirse desnudo delante de tanta gente, sin embargo, a pesar de sus temores, lo estaba llevando bastante bien. Aunque aún estaba enfadado. Steve le había prohibido ponerse la ropa cuando el avión aterrizó, así que había viajado desnudo todo el trayecto en limusina desde la pista de aterrizaje a la mansión. Sólo con pensar en cómo lo había ofendido, le
rechinaban los dientes.

PECADOS PATERNOS (ADAPTACIÓN STONY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora