Capitulo 4

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-Te puedes dar la vuelta? -Pidió tímidamente, bajando la cabeza avergonzado.-¿Por favor?.

-No. -Steve tomó su brandy y se arrellanó en el asiento. Tony alzó la mirada, sorprendido por la obvia excitación de su voz. Luego volvió a
bajarla inmediatamente, observando el bulto prominente en sus pantalones.

-Quiero mirar a mi esposo, no la trasera del jodido avión - dijo con voz pastosa.

El se mordió el labio. El recuerdo de su padre diciéndole que necesitaba perder peso, que era demasiado gordo y desagradable, inundaba su memoria.

- No tienes mucho que mirar- susurró. -No estoy intentando retractarme de nuestro acuerdo, pero yo...

-Creo que tengo mucho que mirar - interrumpió él, sorprendiéndolo. - Ahora demuéstramelo. Estos pezones ahora son míos... y ese trasero sólo me pertenece a mí. Quiero verlos.

Inspiró profundamente intentando tranquilizarse. No deseaba sentirse atraído por él, vistas las circunstancias de su matrimonio, pero lo estaba. Era difícil no sentirse atraído por un alfa tan atractivo que, conscientemente o no, conseguía que se sintiese hermoso.

Tony inclinó la cabeza y comenzó a quitarse la ropa lentamente. Evitó cuidadosamente mirarlo, pero podía sentir como su mirada intensa devoraba sus pezones mientras se quitaba la camisa blanca. Toco sus pezones con las manos y usó los pulgares para restregarlos.

-Preciosos- murmuró con voz densa -Tienes unos pezones perfectos para chupar.

Tony apretó los muslos con fuerza y expulsó el aliento. Su boca estaba tan cerca que podía sentir su aliento cálido en los pezones.

- G-Gracias.

Comenzó a lamerlo sin piedad, sorprendiéndolo, y obligándolo a jadear. Fue turnándose entre sus pezones, lamiendo lentamente la aureola de cada pezón para luego chupar la punta con toda la boca. Tony lloriqueó, sentía debilidad en las piernas, como si fuesen de mantequilla. Él endureció la lengua alrededor de su pezón izquierdo y lo atrajo al calor de su boca. Su omega gimió suavemente cuando sus labios lo apresaron, y cuando comenzó a succionar no pudo evitar hundir instintivamente las manos en su pelo.

Steve levantó la cabeza de su pecho, con los párpados entornados.

-Ahora el resto- murmuró posesivamente. - Enséñame ese maravilloso cuerpo, ahora me pertenece.

Jadeando y con los pezones hinchados y doloridos, Tony obedeció. Retrocedió un paso y con manos temblorosas alcanzó la cremallera del pantalón.

-Ahora quítate lo demás- dijo Steve roncamente cuando el pantalón calló al suelo.

Ahora estaba completamente desnudo y oyó como Steve suspiraba, no estaba muy seguro de cómo interpretar ese sonido. Se mordió el labio inferior, sintiéndose de nuevo avergonzado e inseguro de su cuerpo. ¿Estaba excitado o irritado? No sabría decirlo. No debería importarle.

- Demuéstrame como te gusta- ordenó con voz arrogante y posesiva. -Siéntate, separa las piernas, y demuéstrame cuánto te gusta tocarte.

-Steve...

- Demuéstramelo- lo cortó, interrumpiendo su protesta. -Tu sexo ahora me pertenece,Tony. De ahora en adelante, lo usarás sólo para complacer a tu marido y alfa, no para ti mismo.

Luchó por recuperar el aliento. Este alfa tenía el don de la palabra. Tony sabía que ésta iba a ser la masturbación más corta de su vida pues ya estaba apunto de correrse, su omega se estaba derritiendo por él.

-De acuerdo - susurró.

Sentado enfrente de él, Tony abrió las piernas de par en par. Podía sentir su mirada penetrante clavada descaradamente en su sexo expuesto, en su entrada ya lubricada, una mirada que lo marcaba como hierro candente.

-Tócate -dijo con voz pastosa. Él se desabrochó los pantalones y liberó su erección de la prisión en que se encontraba. Era larga y gruesa, con una vena que se marcaba en el medio, de la
raíz a la cabeza.

- Juega con tu cuerpo para mí.

Tony deslizó los dedos hacia abajo y se acarició. Se mordió el labio al ver como lo contemplaba con la mirada entornada.

Cerró los ojos y comenzó a masturbarse, hasta que su respiración se fue volviendo más y más pesada.

-Muy bien, buen chico- dijo con tono grave- Sigue así, solo para mi. De ahora en adelante tendrás que pedirme permiso antes de acariciarte. ¿Lo entiendes Tony?

En algún recóndito lugar de su mente febril encontró las fuerzas necesarias para asentir.

PECADOS PATERNOS (ADAPTACIÓN STONY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora