Capítulo 2

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- Adiós, Steve - susurró, continuando su camino hacia la puerta. Suspiró.

Desearía que las cosas hubieran resultado de otra manera. Y sobretodo desearía haber podido cumplir sus fantasías de acostarse con Steve. Sin que esto fuera el resultado de un sacrificio por su familia.

Pero a los ojos de Steve Rogers, estaba
seguro, uno de los Stark tenía que
pagar por los pecados paternos. Y
puesto que su padre estaba muerto
y ahora era él el dueño de Industrias Stark, francamente, sólo había un hombre que pudiese pagar por ellos.

Llegó hasta la gran puerta doble de la elegante oficina y se dispuso a abrirla.
De repente, una brusca palmada sonó
contra la viga de madera justo encima
de su cabeza e hizo que se detuviese.

Tragó saliva con nerviosismo, al sentir
el calor irradiado por el cuerpo enorme que se apretaba contra su espalda.

Juraría que estaba excitado. Por el
como omega o por el poder que ejercía sobre él -o por ambas razones-no sabría decirlo.

-Piensa bien lo que haces Tony -
murmuró.- Tu madre confía en que tomes la mejor decisión para todos.

Se debatió entre la excitación y la
cólera. Excitación porque era la primera vez que lo escuchaba llamarlo familiarmente "Tony" en lugar de "Joven Stark". Cólera porque acababa de dar por hecho que su madre era tan codiciosa como su padre. Y venció la cólera.

-Mi madre - dijo con voz agria- nunca me perdonaría que me dejase utilizar como una puta común.

Ya veo - gruñó Steve junto a su oreja. Podía sentir sus ojos intensos e inteligentes taladrando su cráneo. Analizando. Evaluando. Calculando.
Eso era lo que mejor se le daba. Ese
era el motivo de que, a diferencia del
montón de ex-empleados que su padre había engañado, Steve Rogers se las hubiese arreglado para abrirse paso hasta la cima. Ahora el estaba a su merced.

- ¿Pero qué crees tú que es lo mejor?, querido Tony.- Posó una mano sobre su hombro, frotándolo,acariciándolo. - ¿Cuál es la mejor decisión ejecutiva que puedes tomar, la mejor para ti? Tu familia tiene tanto que perder. Es decir -concluyó- puedo enterrar el pasado, así tu familia, corrupta o no, podrá continuar con el ritmo de vida al que se ha acostumbrado. El cuerpo de Tony se tensó.

-Quieres que sea tu amante  -dijo en voz baja- Independientemente de lo que pienses de mi familia, me educaron para algo mejor que eso.

-Eras el niño de papá, murmuró contra su oído. Se apretó más contra el, su gruesa erección presionando, contra su espalda-No tengo ninguna duda de que Howard te educó para que fueses todo lo que él no pudo ser.

Lo que hacía aún más dulce su venganza contra la familia Stark, pensó el sombríamente. A los ojos de Steve, el era dulce e inocente, un auténtico omega de la alta sociedad.

Y, en todos los sentidos de la palabra, un auténtico chivo expiatorio.

Su columna vertebral se tensó. De repente, todo cobró sentido. Súbitamente, entendió por qué un hombre que lo tenía todo, un alfa que podría poseer a cualquier omega que se le antojase, quería tenerlo como amante...

Porque él no era en absoluto como su
padre. Y porque tenía la esperanza de
que Howard Stark, el hombre que lo había traicionado, se enterase desde la tumba de qué Steve Rogers había conseguido convertir a su querido Tony en el mismo tipo de persona que Howard había sido en vida, una vulgar puta que haría cualquier cosa por dinero.

-¿Qué quieres de mí? -masculló Tony -¿Sex0? ¿Cuántas veces? ¿Y hasta
cuando? -Tony giró sobre los talones, clavando sus ojos ardientes en los suyos.

Con más de metro ochenta de estatura, era más alto que él, así que tuvo que empujarlo un poco hacia atrás para poder mirarlo a los ojos, pero en ese momento estaba demasiado enfadado como para sentirse intimidado por eso.

-¿Cuántas cosas te tendría que aguantar?-escupió Tony.

Steve sonrió, un gesto arrogante diseñado para enfurecerlo aún más. Y lo consiguió.

-¿Bien?-chilló-¡Continúa con tus, exigencias! No puedo dejar a mi familia en la calle cuando está en mis manos evitarlo y tú lo sabes condenadamente bien. Dime tan solo qué diablos quieres de mi, -gritó con furia- y lo tendrás.

Él se rió entre dientes y sus intensos ojos azules recorrieron hasta el último rincón de su cuerpo.

-Quiero mucho más de ti que sexo, Tony.-dijo suavemente.- Lo quiero todo.

Él omega tragó con un nudo en la garganta.

-¿Que quieres decir exactamente?
-dijo casi sin fuerzas.-No estoy de humor para acertijos Rogers.

Él arqueó las cejas, pero no dijo nada. Metió las manos en los bolsillos de su exclusivo traje italiano y lo miró fijamente.

-Todo,-murmuró -significa exactamente eso. -Su mandíbula se endureció-El sexo no es suficiente, cariño. Ni por asomo es suficiente.

El se ruborizó, sintiéndose como un tonto pues durante un momento había pensado que Steve quería acostarse con él. Qué idea más ridícula, concedió. Se mordió el labio.

Podría tener a cualquier omega que deseara. Ya tenia que estar muy necesitado para tirarse a alguien tan corriente como él.

-Oh, no pienses que te has librado - gruñó, creyendo que la mirada que le había dirigido era de alivio. -Te follaré cuando y como me dé la gana. Pero el sexo sólo es una mínima parte de tu penitencia, querido.

Vaciló y la preocupación ensombreció
sus rasgos de nuevo.

- Qué quieres decir exactamente?-murmuró. - Ahora sí que no te entiendo.

- Quiero ser tu dueño, tu alfa- dijo simplemente, sin andarse por las ramas. Sus ojos se clavaron en los suyos, su expresión de nuevo perturbadora. - Casarme contigo, marcarte, dejarte preñado,tener todo el control sobre tu cuerpo.

Sus ojos castaños se abriéron de par en par. Era lo último que había esperado oír. ¿Casarse con él? No necesitaba casarse para asumir el control de Industrias Stark.

-Con la coyuntura actual, sólo tengo que decirle una palabra al banco y a la junta directiva y la empresa será toda tuya. Y Howard se enterará desde la tumba que no sólo he tenido éxito colándome en su preciosa compañía sino también en su jodida línea sanguinea.

Tony lo miró sin comprender, demasiado atontado como para reaccionar. El magnífico plan de Steve estaba más allá de cualquier cosa que él se hubiese imaginado.

-¿Estás loco?- susurró- No puedes desear realmente casarte conmigo. ¿Por que ibas a condenarnos a ambos a una eternidad de…

-El momento de las preguntas y las respuestas ha terminado- anunció con arrogancia.- Tienes dos opciones, querido. Sé de mi propiedad y yo dejaré en paz a tu familia. O rechaza la oportunidad que te estoy ofreciendo de salvarlos y perderás todo en el proceso. Eres tú quien tiene que tomar la decisión.

Su mirada recorrió su cuerpo, luego retrocedió hasta su cara. “Tómala y hazlo rápido.”

Parpadeó, incapaz de formular un pensamiento coherente y aún menos de tomar una decisión que cambiaría su vida para siempre.

-¿Por qué hablas de propiedad?- dijo débilmente -El matrimonio no es exactamente propiedad.

-El mío lo será.- El mío. No el nuestro. Había captado perfectamente el uso del posesivo.

Los ojos calculadores de Steve bajaron de nuevo, devorando su cuerpo, buceando en su sexo cubierto por el pantalón.

-Me follarás cuando y como yo quiera. Complacerás cada uno de mis caprichos y satisfarás mis más perversas fantasías - Su cuerpo reaccionó a sus palabras, excitándose en contra de su voluntad. - Me darás tantos hijos como yo te diga. Harás lo que te mande. Nunca mirarás ni tocarás sexualmente a otro alfa...

Sus ojos penetrantes se clavaron en los de Tony

- Seré tu dueño - murmuró. - Por completo. - Él tragó con dificultad, los ojos abiertos de par en par. - Hazme saber tu decisión, Stark.- Su mandíbula estaba tensa, la mirada dura.-El tiempo comienza a contar, y ya comienzo a impacientarme.

PECADOS PATERNOS (ADAPTACIÓN STONY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora