yo en Boku no hero

cap 5

Ahora mismo se ve como yo estaba escalando un risco, pero no era cualquier risco, era exageradamente enorme maldita sea!, 20 metros caída abajo si me llegaba a tropezar cómo llegué a eso pues

Desde que el viejo decidió entrenarme han pasado dos años, tengo actualmente 12 años, y juro que no hay día que no me arrepienta de haberle pedido ser mi maestro, ese tipo es un demonio!

Cuando fuimos a esa cueva nos quedamos como 15 horas meditando, ya se habían dormido las piernas de tenerlas dobladas sin moverlas por 15 putas horas y a parte que mi mente ya estuvo mucho tiempo en blanco no pude evitar aburrirme, pero eso solo fue el comienzo

Desde ese día empezó mi duro entrenamiento, primero, levantarme a las tres de la mañana todos los días sin falta, empezar una rutina de calentamiento rápido de media hora, luego empezar con la tortura que el nombró ejercicios básicos

Primero me puso a correr no la cabaña, sino el bosque completo, tenía que dar 10 vueltas en todo el maldito bosque y esa madre era más grande que mi país natal, buenos tampoco tan grande, pero si era enorme, dar las 10 vueltas sin para literal me tardo todo el pinche día y lo peor es que cuando las termine estaba muerto del cansancio y tenía la idea de irme a dormir, pero no!, Ese maldito viejo me puso a hacer mi rutina diaria pero el doble de lo que hacía antes y si me detenía me las duplicaba más, eso fue el infierno

Pero eso no acabo ahí, ahora de mi rutina de día a día se volvió de semana en semana, una semana hacíamos puro entrenamiento físico sin descanso, la siguiente me entrenaba en artes marciales, considero que inicialmente consideraba esas semanas las más suaves de todas, la siguiente entrenábamos mis instintos y la última semana del mes entrenábamos mi quirk, ese era el que más me gustaba, bueno, más o menos, ahora les diré cuales eran los entrenamientos de cada semana

En la semana 1 del mes entrenamiento físico, todos los días me ponía a correr todo el bosque para obtener la mejor resistencia y por las noches entrenábamos más partes de mi cuerpo, osea que me ponía a levantar cosas pesadas para fortalecer mis brazos, me hacía nadar en el lago por tres horas, así para fortalecer mi piernas me hacía escalar árboles mucho más grandes y saltar entre ellos para mejorar mi agilidad y para fortalecer mi abdomen, bueno, me hacía cargar piedras grandes y me las amarraba en la cintura y tenía que hacer abdominales colgado de una rama, eso solo fue la primera semana del primer mes

La semana 2 del mes me entrenaba en artes marciales y dominio de armas, esa era la semana que si consideraba suave, pues inicialmente me enseñaba algunos movimientos de pelea y me hacía repetirlos las veces necesarias para aprender el movimiento, cuando lo aprendía pasábamos al siguiente eso era en los días, en las noches me enseñaba el dominio de armas, primero con el cuchillo, al igual que en el día me enseñaba un movimiento y me hacía repetirlos hasta que lo aprenda y eso pasaba en la segunda semana del primer mes

En la tercera semana mi entrenamiento consistía en entrenar mía sentidos, al inicio no entendí pero cuando empecé si supe lo que era bueno, pues resulta que el viejo estaba entrenando mi reacción y mis reflejos, aparte de mis sentidos del olfato y oído y mi vista, para entrenar mi reacción me ponía a perseguirlo y atraparlo mientras el me lanzaba cosas como piedras pequeñas, nunca logré ni siquiera acercarme un poco, esa semana, para entrenar mis reflejos el muy hijo de puta me arrojaba a lugares llenos de bestias salvajes para hacer que mis instintos de supervivencia se fortalecieran, era un hijo de puta, esta semana me lanzo a una manada de lobos, para entrenar mis sentidos era más suave y fácil, para el olfato me ponía una venda en mis ojos y me ponía a oler diferentes cosas y tenía que reconocerlas y si me equivocaba me daba un sape, para el oído, lo mismo, una venda en los ojos y me llevaba a lugares silenciosos y tenía que reconocer los que escuchaba y para mí vista, esa la entrenábamos en la noche, me llevaba a un lugar súper oscuro y me dejaba ahí para que yo solo encontrará la salida, quería hacer que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad y me adaptara a ella y eso hacíamos en la tercera semana del primer mes