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El castaño saludo a toda la gente que le aplaudía por ganarse la liga del novio, sonrió con nerviosismo para luego volver a su lugar al lado de la chica.

— Vaya, no sabía que te gustaba la idea de participar en una boda —bromo ella en cuanto el tomo asiento.

— Me gustaría casarme y tener una familia, aunque aún no he encontrado a la mujer ideal —mintió, obviamente no le diría "Oye cásate conmigo y tengamos muchos hijos".

— Oh, pues suerte con tu búsqueda —sonrió divertida.

Siguieron su platica con tranquilidad, no obstante a los minutos se escuchó el llamado para el brindis, la gente tomó sus bebidas dispuestos a participar, ambos jóvenes no fueron la excepción.

— Creo que te toca —le susurro Tom viendo a su compañera.

Ella se sobresaltó y asintió repetidas veces para caminar a la pista con su copa, donde la esperaba el maestro de ceremonias que le dio un micrófono.

— Buenas noches a todos, espero y se la estén pasando muy bien —saludo de manera nerviosa— no sabia que me tocaría dar un discurso y por eso no practiqué nada, lo lamento.

El novio rio levemente recordando que en efecto, se le había olvidado decirle a la mujer sobre el discurso que debía decir, pero quería ver a donde llegaba todo esto, sacó su teléfono para grabar las palabras improvisadas de su amiga.

— Conozco a Damián desde hace algunos años, se ha vuelto mi mejor amigo y mi mamá —todos rieron— me regaña, me quita las cosas, me cuida de más y aveces molesta. Cuando conoció a Olivia se volvió más insoportable, no me lo tomen a mal, es solo que tener a un chico suspirando, sonriendo como bobo, balbuceando y dibujando todo el tiempo enfadaba.

El azabache estaba más que avergonzado por las palabras de la chica, tomaría venganza eso era seguro.

— Aunque al final valió la pena, ambos hacen una pareja muy linda con sus fanatismos combinados, el amor que se tienen es muy lindo y espero tener algo como ustedes algún dia, solo me queda decir muchas felicidades.

Los invitados aplaudieron por el mini discurso de la mujer, el azabache se levantó de su lugar para abrazar con fuerza a su mejor amiga, le conmovió la selección de palabras de ella.

— Gracias ___, te agradezco por estar aquí conmigo —le susurro.

— No es nada, Dami —se separaron— hazla feliz y si le haces algo te mato.

El sonrió para después asentir, ella regresó a su lugar con Holland y por otro lado los novios comenzaron con su primer vals como marido y mujer.

— Que lindos —sonrió viendo con atención a la pareja.

El de cabellos castaños posó su atención en la muchacha que por inercia tomo las manos de ella y volver a mirar a los protagonistas. La mujer volteó para ver a su compañero un poco sorprendida por su acción pero no se quejó en lo absoluto y entrelazó sus dedos con los de el.

El miro a su compañera que le sonreía con cariño, el imito su acción con el mismo cariño que ella reflejaba.

— Pedimos que por favor los padrinos pasen a la pista y acompañen a los novios —pidió el presentador.

Sin apartar la mirada del contrario caminaron de la mano hacia los novios, que veían a la pareja con diversión.

Ambas parejas comenzaron a bailar, claramente los padrinos se veían con cara de embobados mientras danzaban con delicadeza y gracia.

— Siempre terminamos así ¿no? —río levemente viéndolo.

— Es el destino, querida —bromeó el, aunque tal vez no era broma.

— ¿Te habían dicho que eres lindo? —soltó ella tomándolo por sorpresa— ¿lo dije en voz alta? Dime que no.

Una pequeña carcajada salió de los labios del hombre castaño que admiraba la cara avergonzada de la mujer, tenía mucha suerte de tener a aquella chica a su lado.
Eso pensaba y sentía el actor.

— Se que lo soy, pero nada comparado a lo preciosa que eres tú —sonrió.

Ambos estaban nerviosos por los halagos del contrario, era de esperarse por la cercanía que tenían y el contacto físico, al acabar la canción la chica se dirigía a su mesa.

El muchacho sujeto de el brazo a la chica impidiéndole que siguiera caminado, alejo a la mujer del resto de las personas con un objetivo.

— ¿A donde vamos? —preguntó curiosa viendo cómo caminaban por el salón.

— No lo se —se sinceró— pero vamos a un lugar en donde podamos estar solos sin nadie a nuestro alrededor.

Ella prefiero no decir nada y se limito a seguirlo por los oscuros pasillos iluminados por leves tonos violetas y azules, llegaron a lo que parecía ser el segundo recibidor que se veía solo.

Soltó el brazo de la mujer con delicadeza, ella miró confundida al muchacho sin saber que hacía.

— Te seré muy honesto ____ —con esas palabras asusto a la chica.

— Si eres un asesino en serie, te pido por favor que me dejes ir —suplico rápidamente.

El muchacho rio levemente por la imaginación tan creativa de ella, su expresión volvió a hacer sería con un pequeño toque de nerviosismo.

— Me gustas.

Los ojos de ella casi salen de su órbita ante la confesión tan directa del chico, estaba por gritar pero no quería asustar al castaño que la veía con una media sonrisa, ella no musitaba ninguna palabra.

— Te había soñado a lo largo de mi vida, no sabía que eras tú y menos cuando te vi por primera vez, pero sentía que eras alguien que no podía perder y mucho menos olvidar.

Tomó las manos de la chica con lentitud para después mirar directo a sus ojos con un pequeño pero visible brillo en sus ojos que fue compartido por ella, las mejillas color carmesí de la mujer era un signo de esperanza para el.

— Lo que quiero decir es que quiero tenerte aunque sea solo un momento y si me dejas tal vez todos los días.

Dicho esto se acercó con lentitud hacia los labios de la chica y al instante estamparlos con los de el, uniéndose en un beso cálido y lleno de deseo, no pasó mucho tiempo para que la chica saliera del shock en el que estaba y siguiera con la muestra de amor.

Soltaron sus manos para acomodarlas en forma de profundizar el beso, el tomo las mejillas de la chica y ella sujeto los brazos de el muchacho.

— ¿Ese es un si? ¿Oh estás practicando para la próxima película? —sonrió de lado con diversión.

— Si, te daré el privilegio de ser mi pareja —sonrió nerviosa.

— ¿Me estás pidiendo ser tú novio?

Ella parpadeó unas cuantas veces, no había puesto atención en sus palabras.

— Bueno, rompamos rutinas ¿no? —bromeó, ambos rieron.

— Aceptó, rompamos rutinas.

Ahora ella tomó la iniciativa de regresar el beso, el correspondió con mucho gusto su acción.

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LAMENTO EL RETRASO </3

[CANCELADA] Mi Vecino -&gt; Tom Holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora