Capítulo 14 - Iker Leggio

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Y como no olvidar esa apariencia tan descuidada y esos ojos con ojeras acompañada con su sonrisa calmada pero a la vez, te trasmitía un aterrador escalofrío como si supiera todo con solo verte.

—Hola de nuevo Alice ¿nos sentamos? Aún falta media hora para que llegue el tren.

Estiró su mano señalando una de las bancas del lugar y con ello, ambos nos sentamos.

— ¿Qué es lo que quieres Keylor?

Era lo que más quería saber, mi instinto me advertía del peligro.

—Tranquila, tranquila Alice... ¿No quieres saber cómo llegué a este lugar antes que tú? Se que tienes muchas preguntas así que no me importaría respondértelas.

Y rápidamente acortó la distancia hasta que estuvimos pegados el uno del otro para luego levantar su mano y acariciar mi mejilla.

—Aléjate.

Inmediatamente ya había apartado su mano a lo que él solo sonrió traviesamente.

—Solo responde la pregunta que te hice.

Mientras más rápido se largue, mejor. Era bueno que en situaciones como estas, mis nervios sean de acero.

—Eres realmente mala Alice, quería pasar más tiempo contigo...

Al terminar esas palabras puso una mueca de tristeza, pero solo me causaba asco.

—Volviendo al tema, solo pasaba para que me confirmes algo...

Estiró su mano y sacó su teléfono para mostrarme la foto de alguien que hizo que mis pupilas se ensancharan, en ese momento sentí todos los nervios de aquel día.

— ¿Es este el chico del que hablabas?

La foto mostraba a un adolescente pálido con rasgos faciales muy destacables, era sencillamente guapo y a la vez esa persona se llamaba Iker si mi memoria no me falla.

—Si, lo es ¿cómo es posible que ya lo hallas encontrado?

Keylor solo sonrío satisfecho y guardó el teléfono.

—Pues de la misma manera como los encontré a ustedes.

— ¿Tienes pensado hacer que forme parte del equipo?

Y cuando dije esas palabras la sonrisa confiada en su rostro, desapareció.

— ¿Eres idiota? ¿Sabes siquiera hijo de quién es?

Su mirada ahora llevaba algo de desprecio en sus ojos, aunque no me gustaba la manera en que me miraba solamente me callé y esperé a que siguiera.

—Iker Leggio, viene siendo hijo de Venedict Leggio... considerado uno de los mafiosos más grandes de los doce distritos.

Cuando el nombre de Venedict Leggio fue mencionado, fue como si el aire se hubiera cortado. ¿Quién no lo conoce? Prácticamente todos evitan cruzarse con él pues tiene la fama de ser un hombre completamente sanguinario... llegó al distrito 1 siendo apenas un niño quien fue vendido como esclavo pero pudo alzarse en el subterráneo y hacerse reconocido por todos.

—Nunca pensé que estuvieran relacionados... en el informe que me entregó mi superior solo decía su nombre, al principio me pareció extraño pero no pregunté.

Keylor ya se estaba levantando para irse y antes de hacerlo dijo:

—Alice, no hay que involucrarse con esa gente ya que es por nuestro propio bien. Solo quería confirmar su identidad y ahora que lo sé, no haré nada y no hace falta que incluyas su informe en los documentos que nos mandarás porque Agnis seguramente se obsesionaría con tener un enfrentamiento con él.

Dejando esas palabras atrás, se marchó en la misma dirección de donde vino y poco después se escuchaba al tren llegar.

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Llegué tarde a casa donde solo vivía con mi hermana menor y mi madre. Ella se encontraba acostada en uno de los muebles descansando y para no molestarla pasé sin hacer mucho ruido y comencé a subir las escaleras pero antes de subir dos escalones...

—Alice ¿qué tal te fue?

La dulce voz de mi madre llegó y me di media vuelta para sentarme en otro mueble. Al frente se encontraba recostada con una manta, su cabello castaño ya estaba desprendiendo pequeños mechones blanco pero se veía tan hermosa...

—Pues todo bien mamá y no tienes por qué preocuparte, deberías descansar más.

Sin darme cuenta una suave sonrisa se formó en mis labios al ver a mi dulce madre.

—Estoy bien, he dormido lo suficiente y sería mejor que prepare la cena.

Poco después ya se había levantado y se encontraba en la cocina.

Supongo que no se puede evitar...

— ¿Esther dónde está?

Supuestamente debería estar en la casa acompañando a mamá...

—Ella ha salido con sus amigas al cine hace tres horas así que debería volver en unos minutos.

—Pronto serán a las 9 p.m. mamá, deberías controlar más sus horarios.

Aunque parezca sobreprotectora, ella aún es una niña.

—Lo sé cariño, pero ya sabes cómo son a su edad, se enojan si los controlas demasiados y si no los conscientes entran en esa etapa de la depresión...

—Hehehe pero no creo que Esther sea ese tipo de chica pero como dije, trata de que no esté muy tarde en la calle.

Y justo cuando estaba tomando asiento para cenar, la puerta se abre.

—Ya estoy en casa.

Mi pequeña hermana había llegado, vestía una minifalda roja con una sudadera azul y un bolso del mismo color.

— ¿Qué tal te fue hija?

Preguntó mamá mientras ponía los platos en la mesa mientras que Esther se sentaba en la silla de al lado.

—Se podría decir que fue divertido, fueron muchos compañeros de la escuela.

Ambas tuvieron una tranquila conversación y yo simplemente escuché hasta que la comida al fin estuvo servida.

—Oh Alice no te había notado ¿podrías pasarme la salsa?

Dice eso; sin embargo, sigue en el teléfono sin siquiera verme.

—Claro, ten.

Nunca supe como nuestra relación se volvió tan extraña. Recuerdo vívidamente años atrás como solíamos jugar casi todos los días, eran días realmente felices.

La cena siguió sin mucha platica aparte de alguna o que otra pequeña charla.

Luego de media hora ya había vuelto a mi habitación y me tiré a mi cama completamente cansada.

—En dos días es su cumpleaños... cumplirá quince años.

Debo comprar un buen regalo incluso si ella no pasa el día con nosotros.

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