Capítulo 15 - E.E

0 2 0
                                    

No recuerdo cuando fue la última vez que traté de socializar con alguien, recuerdo vagamente que en algún momento de mi vida quise hacer amigos como cualquiera.

¿Quizás fue cuando aún era un niño?

Probablemente, era muy ingenuo en ese entonces y buscaba compartir mis pensamientos con alguien a quien pudiera llamar 'amigo' pero mis expectativas hacia las personas nunca fueron cumplidas y en cambio, fui un marginado. Nunca pedí ser excluido de los demás, ellos lo decidieron.

Es realmente gracioso si te pones a pensar que incluso desde niños, las personas comienzan a abusar de otros simplemente porque no encajan.

Y eso no se detuvo, aún cuando pude ver los colores de la gente, quería un amigo. No, tal vez deseaba uno.

El primer año de secundaria quería empezar una amistad con alguien o eso era mi intención; sin embargo, otra vez mis expectativas fueron aplastadas. Los abusadores de antes no dejaron de seguir abusando y tampoco trataron de redimir sus acciones.

Un criminal será un criminal incluso si dice estar arrepentido.

Eso fue lo que escuché de la boca de mi padre aún cuando él era peor que un criminal.

Al final entendí que no hay que tener expectativas de nadie y tampoco esperar algo de alguien.

Así fue como mi vida cambió y mi padre comenzó con mi duro entrenamiento, nunca me dio un motivo del porque, simplemente me dijo: una persona débil nunca consigue lo que quiere, ¿Qué es lo que quieres tú?

Estuve un buen tiempo pensando en eso que me dijo, día y noche pensando que era lo que quería hasta que al final logré saber que deseaba.

No quería nada, absolutamente nada.

No había nada que alguien como yo merezca tener, no merezco tener una amistad y mucho menos ser amado por alguien.

La indiferencia por todo fue lo que me sumergió.

Y así vivo mis días, en este momento matando el tiempo jugando al ajedrez online.

En este momento me encontraba jugando una última partida antes de dormir, después de todo mañana tengo que salir con alguien.

Mi oponente jugaba como cualquier amateur, sus jugadas eran algo básicas y me preguntaba como alguien así podía emparejarse conmigo, después de todo este ajedrez online tenía un buen matchmaking.

Dejé de jugar, no había caso jugar con alguien de ese nivel.

—Que extraño...

El tiempo de mi turno se agotaba poco a poco hasta que la partida llegó a su fin y me dieron la derrota automática.

—Mejor me voy a dormir.

Justo cuando iba a cerrar la laptop, el sonido de una notificación sonó.

Miré de nuevo la pantalla y un mensaje me había llegado. Era el chat online del sitio web de donde jugaba ajedrez.

Normalmente nunca usaría el chat online, luego de cada partida siempre abandonaría rápidamente y buscaría otro enfrentamiento.

Por curiosidad abrí el chat y el mensaje era el siguiente:

< ¡Buena partida!

— ¿Qué demonios?

Nadie diría eso de su rival ¿no? Lo normal es mandarle un mensaje como: ¡Sigue practicando! ¿tal vez?

—Definitivamente un amateur.

Moviendo mis manos, respondí el mensaje por cordialidad:

> Igualmente

—Ahora si a dormir.

Y justo cuando ya iba a cerrar la pantalla, un nuevo mensaje llega.

< ¡Gracias! ¡Juguemos de nuevo!

—Que molesto...

> No gracias.

< ¿Por qué? No importa si no eres tan bueno jugando, no abusaré de ti así que ¡juguemos!

> No puedo, tengo que dormir.

< ¿Dormir? ¡Apenas son a las 8 p.m.!

> Esta vez debo dormir temprano, tengo que salir mañana y probablemente sea en la mañana.

< ¿Con quien vas a salir? ¿Tu pareja? ¿Amigos?

> No tengo pareja y eso, no debería importarte.

< Entonces saldrás con amigos ¿no?

Amigos eh...

> No tengo amigos.

Y no me hace falta

< Entiendo, entiendo ¿Eres una persona solitaria también?

> Si, se podría decir y ¿cómo es eso de también?

< ¡Wooahh! ¡Yo también soy una persona solitaria!

> No parece que la pases mal.

< Pues no es que siempre esté sola, aún creo que puedo hacerme de algunos amigos ¿no piensas lo mismo?

No, definitivamente no.

> ¿Cuál es tu edad?

< Tengo 17 años ¿Por qué la pregunta? ¿Cuántos tienes tú?

> Tengo la misma edad y solo preguntaba por curiosidad.

Si a tu edad no tienes algún amigo, simplemente no podrás conseguir alguno más adelante incluso si te esfuerzas.

< ¿Entonces jugamos otra partida?

> No, ya debo irme.

< ¡¿Ehhh?! ¡¿Tan de repente?!

> Diviértete haciendo amigos.

< ¡Espera ¡Espera! Dame tu número, así podemos hablar por mensajes de textos ¿no?

> No gracias.

< ¿Por qué? ¡Ya sé! ¡Mejor escríbeme tú! Este es mi número: ----------

> Incluso si me lo das, no te voy a escribir...

< ¡Solo hazlo!

El jugador E.E ha abandonado el chat.

Luego de eso el chat se eliminó automáticamente, aunque solo le di un ligero vistazo a su número de contacto, fue suficiente para memorizarlo.

¿Debería agregar a esa persona?

Me preguntaba, cerré la laptop y me lancé a mi cama e inconscientemente agarré mi teléfono que estaba al lado y había dos mensajes que me habían llegado que decían lo siguiente:

< Mañana será la cita organizada y ya reservamos el local así que no te preocupes de encontrarte con alguien. La cita está programada para 12 a.m hasta la hora que se aburran, trata de ir bien vestido y diviértete.

< Ubicación: ------

Simplemente respondí con un: entendido y dejé el celular de lado.

No era la primera vez que salía con una chica pero en esas ocasiones nunca llegamos tan lejos. A lo mucho solo conocía lo básico como lo que le gusta y cosas simples pero nunca se llegó a profundizar ya que eran desaparecidas lo más rápido posible después de cada encuentro.

—Realmente odio esto pero supongo que esta vez es diferente que antes... alguien con quien compartir mi vida... patético ¿quién querría estar a mi lado?

Poco después me quedé dormido, no sin antes mandarle un mensaje a la persona que conocí en el chat online. Era la segunda persona agendada aparte del número de mi padre.

DemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora