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—Mi amor, tus labios tienen un sabor muy dulce—habló Luzu con cariño.

Ambos amantes se encontraban recostados sobre la cómoda manta que habían llevado. Se besaban y mimaban sin descanso mientras compartían charlas y escuchaban los bonitos sonidos de la naturaleza.

—Se debe a las fresas—Respondió Auron con el mismo cariño, acariciando las rosadas mejillas del contrario—. Tienes los ojos más bellos que jamás han existido—susurró de repente, completamente hipnotizado con aquella mirada que era solo para él.

El castaño sonrió encantado, sus ojos se hicieron más pequeños y su rostro más rojo. Recostó su cabeza sobre el pecho de su amoroso novio y lo abrazó con fuerza. Se había quedado completamente sin palabras.

—¿Puedo confesarte algo?—preguntó con timidez luego de algunos segundos de un cálido silencio.

—Por supuesto, cielo.

—Cuando era pequeño soñaba con formar una familia ideal... ya sabes, tener una bonita esposa y pequeños merodeando alrededor—. Auron le brindó una divertida risa a modo de interrupción. Vaya definición de familia ideal—. Pero comencé a crecer y noté que las mujeres no eran lo mío—. Y en ese momento fue él quien rio—. Cuando me volví un adulto, y luego de algunas decepciones amorosas, creí que jamás podría encontrar a un hombre que despierte los sentimientos más hermosos en mí—. El castaño levantó su rostro para observar con extremo cuidado a su amante—. Lo que quiero decir es que puedo asegurar con todo mi ser que eres la persona con quien pretendo pasar el resto de mi vida... lo siento, me equivoco—. Tomó una bocanada de aire con bastante nerviosismo para continuar—. Tú absolutamente eres mi alma gemela y estaremos juntos por la eternidad.

Los suaves sollozos del moreno no tardaron en llegar, sus ojitos estaban húmedos a más no poder y sus manos se aferraban con fuerza a la camisa de su adorable novio. Luzu sonrió con ternura ante tal escena y decidió sentarse, lo sostuvo de la cintura para ayudarlo a levantarse y lo colocó a horcajadas sobre su regazo. Auron se acurrucó en su cuello debido a la timidez que lo invadía.

—Tranquilo, cielo—murmuró el castaño sobre su oído a medida que acariciaba todo su cuerpo con amor.

—Tú... ¿Por qué dices esas cosas tan de repente? Mi corazón es muy sensible cuando se trata de ti—respondió apenas pudo hablar—. Eres tan charlatán que sueltas un sinfín de palabras importantes sin siquiera notarlo... y créeme cuando digo que no puedo amarlo más—. Separó su rostro del cuerpo ajeno y lo observó con ojitos brillantes—¿Sabes algo?—murmuró sobre sus labios, ante la atenta y expectante mirada de Luzu.

—¿Q-qué?—preguntó con nerviosismo, sintiendo su corazón latir sin control alguno.

—Eres el amor de mi vida... y el amor para mi vida—respondió, comenzando a llorar nuevamente. Y esta vez sus lágrimas fueron acompañadas por las de su amante.

En ese cálido y amoroso ambiente se abrazaron entre risas divertidas. Ambos se sentían extremadamente calmados tras escuchar las palabras del otro, pero aún tenían una pequeña espina molestando por ahí.

—Realmente te has encargado de hacerme la persona más feliz del universo, mi pequeño ángel—confesó el moreno.

—Desearía que este momento durara para siempre—musitó Luzu. Separó a su pareja con cuidado y tomó su rostro entre sus manos: encajaba a la perfección—. Eres mío, ¿Lo sabes? Solo mío—preguntó con una sonrisa.

—Desde el primer momento en que te vi—. Le sonrió de vuelta—. Y tú eres mío—afirmó.

Finalmente unieron sus labios con ansias. Conocían tan bien la boca del otro que parecía casi irreal la forma perfecta en la que se movían. Luzu soltaba castos y adorables gemidos a medida que Auron subía el tono de la situación, sus lenguas chocaban de forma lasciva provocando un erótico sonido.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2022 ⏰

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8 noches [Luzuplay +18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora