— Me lo tenías que haber dicho —susurró.
— ¿El qué?
— Que era tu primera vez.
— Ah, eso —respondió, encogiéndose de hombros—. No tiene mucha importancia, alguna vez tenia que pasar.Alfonso se apartó de ella como sí quemase y la miró con los ojos entornados. Ella no le había querido dar mucha importancia, aunque en realidad le había parecido maravilloso empezar en ese mundo con él.
— ¿Cómo que no tiene importancia? Si lo hubiese sabido...
— ¿No habría ocurrido?
— No —la miró fijamente—. No sé. Pero seguramente hubiese sido más cuidadoso.
— A mi me ha gustado —se acercó más a él—. Mucho, ¿a tí no?
— Cariño, llevaba más de cuatro años sin hacerlo, creo que gustarme es poco.Anahí abrió los ojos sorprendida aunque, cuando estaba a punto de preguntar, se le cerraron casi sin poder hacer nada.
Alfonso se había tirado cerca de una hora mirándola y recordando las palabras de Fernanda una y otra vez. Lo que había hecho no estaba bien pero había sido inevitable. Cuando había visto cómo ese fantasma de André la había besado se había vuelto completamente loco y, como había sido el aniversario de la muerte de Matteo estaba especialmente sensible. Así que, en cuanto la había tenido cerca no había podido controlarse y la había arrastrado a la cama tan pronto como había podido.
Viendo la cara angelical que Anahí tenía mientras dormía, Matteo se le había vuelto a meter en la cabeza, dormido, quieto y seguro en los brazos de Alfonso. Pero Anahí no estaba segura en su brazos y jamás lo estaría porque él no podía proteger a nadie y tampoco quería hacerlo. Tendría que explicar a Anahí que si iban a seguir acostándose, sería solo sexo. No es que desde la muerte de Matteo se hubiese jurado no acostarse con nadie más, pero jamás había sentido que su libido despertaba lo más mínimo con ninguna de las mujeres que había visto y se había acostumbrado a la soledad pero, después de la experiencia con Emma se había dado cuenta que no era un buen marido y que, seguramente, jamás sería un buen padre. Porque tampoco quería volver a serlo. Él ya tenía un hijo y estaba muerto.
Anahí se movió un poco en ese momento, rozando parte de su cuerpo con el de él y despertando de nuevo a su miembro, que empezó a endurecerse rápidamente. Se movió un poco, intentando no despertarla, pero cuando vio que abría los ojos y lo miraba con determinación, la puso sobre él y la penetró en una rápida y fuerte estocada. Esa vez no gimió de dolor, sino de placer y, en un abrir y cerrar de ojos, comenzó a moverse lentamente, volviéndolo loco hasta que clavó ambas manos en su cadera y profundizó los movimientos tanto como le fue posible. Estaba hermosa con ese rubor que le cubría parte del cuerpo, tenía los labios hinchados y rojos por mordérselos intentando no gemir más y algunos mechones se le habían pegado al cuerpo del sudor. Bajó la cabeza inconscientemente y se llevó uno de sus pezones a la boca, haciendo que se arquease y pidiese más. Cuando le indicó cómo moverse, llevó una de sus manos hasta su núcleo y presionó con delicadeza su clítoris hasta que vio cómo Anahí se liberaba. Entonces se dejó ir, se olvidó de todo lo que les rodeaba y se vació en su interior.
Ya era tarde por la mañana cuando Anahí abrió los ojos y se encontró sola en la cama revuelta. La realidad le había ganado a la ficción una vez más y había disfrutado del mejor sexo de su vida, y el único. Alfonso parecía insaciable pero, después de estar seis veces unida a él, ella también hubiese sido insaciable si hubiese estado cuatro años sin nada. Se levantó a regañadientes de la cama y se metió en el baño sin siquiera vestirse. Cuando se vio en el espejo se quedó impresionada. Tenía marcas rojas en las caderas, seguramente de cuando Alfonso la había agarrado de ahí para marcar su ritmo y pequeños arañazos por todo el cuerpo, seguramente de su barba incipiente que ayer le hacía cosquillas. Pero ninguna de esas marcas le dolían, sino que le recordaban a la mejor noche de su vida y no podía esperar a ver que le deparaba la siguiente.
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Segunda oportunidad
FanfictionHace cuatro años Alfonso perdió a su esposa embarazada de nueve meses y a su hijo. Desde entonces no busca estar con nadie, pero cuando Anahí empieza a trabajar para él, siente como su cuerpo reacciona a cada uno de sus movimientos. Sus actos traer...