Capitulo 25 "Besos"

36 3 0
                                    

Acaso mi vida estaba destinada a recibir besos a cada rato, - me parecía que si – justo ahora necesitaba una amiga, necesitaba a Emily a mi lado, pero algo imposible justo en estos momentos. No podía llamar a Alex, porque era otro de mis problemas, necesitaba una amiga, pensé en mi madre pero había recordado que había salido con la madre de Zack. No soportaba estar en mi casa encerrada, tenía todo un dia para divertirme, y decidí llamar a la única opción que me quedaba “Zack”.

-¿Aló?, se encuentra Zack – pregunte.
-Soy yo, espera… ¿Jadiss? – pregunto incrédulo.
-Sí, soy yo. – reí tímidamente, como una niña de cinco.
-¿Por qué llamas? – Hablo con voz ronca - ¿algo pasa?
-No… - dude de mis propias palabras – solo quiero divertirme un dia contigo, y olvidar todo lo que paso. – arroje las palabras rápidamente.
-¿Quieres divertirte conmigo? – dudo.
-Solo te pido un dia – rogué – como amigos.
-Está bien – dio un respingón de aire – acepto.
-¿Nos encontramos en la plaza? – pregunte.
-Dentro de media hora. – concluyo la llamada colgando esta.

No sabía si estaba haciendo lo correcto, decirle a mi ex enamorado que pase un dia conmigo de diversión – me suena completamente raro – y después de una declaración de un “me gustas” y un “no te he olvidado”, creo que he cometido un error.

Me vestí sencillamente, llevaba un polo color turquesa a rayas y un pantalón jeans que me impedían la respiración y la circulación de la sangre hacia mis piernas – mejor dicho pitillo – me puse los zapatos de taco, que mi mamá me había obligado a ponerme hacia ya un tiempo, no llevaba ni un maquíllame en la cara, mis cabellos oscuros caían en ondeadas naturales sobre mi espalda.
Camine lentamente arrepintiéndome sobre el gran problema en que me había metido y también por los zapatos para no evitarme caerme de cara – reí para mis adentros – hasta que me pare en seco.

-Hola – dijo intentando hablar normalmente.
-Zack…hola – salude.

Trate de no hiperventilar al momento que lo vi, se había arreglado para ese simple salida, pues la respuesta es “SI”. Llevaba puesta una camiseta color blanca ajustada a su figura, un pantalón negro que recalcaban sus piernas y sus zapatillas negras al igual que el pantalón.

-¿Estás bien? – pregunto sacándome de mis alucinaciones.
-Si – camine invitándolo a él - ¿Caminamos?, no quiero estar parada – dirigí mis ojos a los zapatos negros.
-Oh, claro…tacones – rio.

Desde el primer momento que lo había conocido había amado su sonrisa, y parecía que el sentimiento aun seguía en mí.

-¿Te puedo besar? – pregunto repentinamente.
-¿Besar?
-Sé que es repentino, pero acabo de recordar el primer beso que te di – se ¿ruborizo?
-Si me acuerdo – sonreí – fue mi primer beso, fuiste mi primera ilusión – susurre.
-Me gustaría darte uno más, pero esta vez que sea de verdad.
-¿Uno de verdad? – Reí - ¿creer que se puede hacer uno de esos con nosotros?
-Tal vez. – rio.

Recordaba claramente como había sido mi primer beso, fue mágico como lo dice toda niña a esa edad, hubieron chispas, fuegos artificiales y varias cosas más; recordaba que al tan solo el contacto de sus labios sobre los míos mi tranquilidad desaparecía completamente, en esos momentos esa sensación me perturbaba continuamente.

-Seria más original, si me los robaras – reí en forma de broma.
-Tienes razón –

Y así fue me robo un beso, pero este no fue impulsivo fue tranquilo, sereno, completamente maravilloso. Sus labios me invitaban a seguirlos en el juego y yo accedía instantáneamente, sin ningún reproche o cuestión. Aun no me podía creer que lo estuviera besando después de tantas cosas que habían pasado.

Pero algo era obvio, aun no lo había olvidado. 

En otoño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora