Capitulo 31 "Encuentro"

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Faltar un día al colegio no mata a nadie, decidí caminar todo un día completo poder ver las calles, ir de compras, consentirme después de que todo lo que había pasado; mi madre trabajaba y yo me encontraba en tremenda cabeza para mi sola, no pensaba en hacer una fiesta ni nada por estilo, preferí ver una película y comer un pote de helado de vainilla con chispas de chocolate.
Un sonido me llamo la atención, era un carro de mudanza, alguien se mudaba a la casa de al frente, una pequeña idea cruzo por mi cabeza y si se trataba de “Isabela”, pero mi calma volvió al recordar aquellas palabras de Alex “la conozco desde hace ya un tiempo, vive cerca de mi casa”. Recordé aquellas palabras con calma y un poco de rabia, un respiro profundo hizo que volviera a olvidar de ellas. 
No moví ni una pequeña parte de mi cuerpo, miraba fijamente a la ventana a ver quiénes eran mis nuevos vecinos primero pude ver a lo lejos a un señor de cabellera marrón y de tez blanca, tal vez sería uno o dos años mayor que mi madre, espera a ver como seria su esposa pero no había ninguna mujer mayor por algún lado.
Otro sonido me hizo despegar la mirada de mi ventana, era mi timbre.

-Hola, este disculpa tienes tijeras que me puedas prestar – hablo una chica mayor que yo, acompañada de un niño.
-Hola, claro déjame buscarlas – sonreí y me adentre a mi casa a buscar las famosas tijeras.
-Las encontré – grite desde el segundo piso.

Escuche una pequeña risa, supuse que era de aquel niño. 

-Toma – le entregue la tijera. – disculpa, ¿Cómo te llamas? – pregunte con curiosidad.
-Me llamo Alice y ¿tu? - rio
- Me llamo Jadiss
-Wow, lindo nombre no lo había escuchado.
-Si es medio raro.
-Yo me llamo Tom y tengo 4 años.- sonrió el pequeñín formando el numero 4 con sus deditos.
-Hola Tom, que lindo conocerte. – le sonreí.
-Bueno tengo que llevarle las tijeras a mi padre, nos vemos luego. – se despidió con un pequeño movimiento de mano.

Realmente me pregunte que hacia metida acá, si podría ayudar y dar una buena imagen de vecinas con los nuevos vecinos. Me puse algo cómodo y me hice una cola de cabello a ayudar a mis nuevos vecinos.

-Disculpe, soy Jadiss, su vecina de al frente – salude.
- Oh, encantado, me llamo Robert Stuart, ya conociste a mis hijos ¿verdad?
-Si, a Alice y Tom. – Sonríe - ¿Le ayudo en algo?
-Claro, gracias.

Cogí una pequeña caja y me adentre la casa de los Stuart’s.

-Jadiss – me llamo el pequeño tom, desde el comedor.
-Hola, Tom – deje la caja encima de una repisa.
-Jadiss – se volvió a escuchar mi nombre pero esta vez desde la voz de Alice. - ¿nos viniste ayudar?
-No tengo nada que hacer – reí.

Y así me pase casi todo mi día en la casa de los Stuart, tal vez las compras podrían ser otro día. El pequeño tom era todo un encanto, hasta íbamos caminado a comprarle una pequeño caramelo. Hasta que tropecé con alguien.

-Tarada – grito ya en el suelo.
-Disculpa, fue de casualidad. 
- Mi celular, mi celular – repetía chillonamente. – Hay Alex, mi amor me he tropezado con una idiota.
-Perdón – reí sarcásticamente. – Pero yo no soy la única tarada aquí, que te quede claro.
- Mira idiota, yo tengo nombre ya, y es Isabela si sabes, no tengo como nombre tarada, me entiendes.
-¿Isabela? 
-Sí, así es. – Hizo una mueca, que no pude reconocer – oh, mi collar – recogió el collar del suelo.

Era una en forma de corazón con alas, no eran los de me tipo, pero admito que era lindo. Entonces ahí fue cuando mi mente armo todo el rompecabezas que había; ella era Isabela la novia de Alex mi mejor amigo; y el destino no tarde en encontrarme con ella. 

En otoño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora