TelaFlan, La Grandiosa Emperatriz que un Bolasecas no supo valorar

Capitulos 411 y 412

Convocaron urgentemente a Evelyn para curar a Sovieshu.

Ahora que estoy en mejores condiciones, será mejor que Evelyn se vaya lo mas pronto posible para curar a Sovieshu... 

Navier recordó al Sovieshu de sus sueños. Pero fue interrumpida por Evelyn.

"Quería quedarme con su Alteza por un tiempo más..."

Evelyn habló con calma. Hablo con calma pues no sabia la condición en la que estaba Sovieshu, porque ese tipo de información no es de conocimiento público. Y también había una probabilidad de que Sovieshu estuviera fingiendo estar herido.

"Habrá otra oportunidad. Ven a visitarme de vez en cuando".

"¿Usted no puede ir, su Majestad?"

"Puedo hacerlo, pero seria muy agotador por todos los deberes que tengo que realizar".

"Por favor... Yo la extraño seguido, Su Majestad..."

"Te visitaré a menudo".

Evelyn juntó las manos mientras movía los dedos de los pies.

Como parecía ser que Sovieshu necesitaba ayuda urgentemente, mande a Evelyn a un carruaje ya preparado. Ella tomó su equipaje y se dirigió hacia el Imperio del Este.

Incluso despues de ver a Evelyn irse; Seguía preocupándome. 

¿Va a estar bien?... Creo que mi magia de hielo no es ninguna bendición, sino que una maldición.

Navier estaba caminando por el parque lentamente, cuando se detuvo de repente por una voz.

"Su Majestad".

Era el Duque Kapmen, sentado en una silla de ruedas.

"Gran Duque Kapmen".

cuando lo llamé y sonreí dulcemente, la persona detrás de él acercó la silla.

"Por favor, hazte a un lado por un momento".

"Si".

El sirviente se hizo a un lado. Pero El Vizconde Langdel que acompañaba a Navier no lo hizo.

"Lo siento, pero no puedo. Disculpe mi preocupación por no poder dejarlos solos, Su Majestad".

Como el Vizconde Langdel no se quería apartar de mi lado; Kapmen y yo fuimos a una habitación para hablar a solas. Cerramos la puerta cuando nos aseguramos de quedarnos solos; Solo se podía escuchar el sonido del reloj.

En el pasado me hubiera sentido avergonzada y apenada por tener que quedarme con el Duque Kapmen en una habitación a solas, Porque conocía los efectos de la poción que lo atraían hacia mi.

Pero esta vez no me sentí de esa forma. Quizas todavia no habia escuchado una respuesta definitiva, pero aun así estaba totalmente convencida de que la poción de amor había dejado de hacer efecto.

"En primer lugar, déjame agradecerte mucho por salvarme la vida".

"Nos salvamos al mismo tiempo".

"No creo que sea cierto".

"Si la Emperatriz no hubiera retrasado la caída por un momento, podría haber muerto de inmediato".

"Esta bien, aceptare tus palabras..."

"Solo estoy bromeando, ¿Me escuchas, verdad?" Pensó Navier.

El Duque Kapmen sonrió y jugueteo con sus guantes. Sus guantes estaban cambiando de su mano a la otra, de diferentes formas.

"El efecto de la poción..."

"Se ha ido".

El Gran Duque Kapmen me respondió con firmeza antes de que terminara mi pregunta, luego se puso los guantes nerviosamente.