Capitulo 4

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POV's: Nirvana

— Será mejor que te sientes Ana — Sugiere mi padre — Esta será una larga conversación.

Estoy tratando con todas mis fuerzas no salir corriendo de la sala.

Hay tanta tensión en el ambiente que se puede  cortar con un cuchillo.

— ¡Hablen! — Grito, sobresaltándolos. — Estoy impaciente ya.

— Está bien. — Mi madre suelta un suspiro. — Como ya sabrás, tu padre y yo hemos estado juntos casi que toda la vida. — Asiento. — Llegó un momento en donde nos sentimos preparados para tener hijos. Lo intentamos por muchos años Ana. — Ay no, ahora pienso en mis padres teniendo relaciones, iug. — Probamos con todo, hasta remedios naturales de tu abuela Luz. — Suelta una risa. — Un día decidimos hacernos un examen de fertilidad. Tu padre es estéril. — Hace una pausa esperando mi reacción.

Entonces, de verdad mi padre no es mi padre.

Que fuerte como la vida te puede cambiar con una sola frase.

— ¿Ana? — Debo haberme quedado callada por un buen rato. — ¿Estás bien?

— Si, si. Continúa.

— Bien. Luego de enterarnos de la desagradable noticia, paramos por un tiempo de intentarlo. — Mi padre sigue en silencio. —  Queríamos tener un bebé tan desesperadamente que tuvimos que recurrir al último método, buscar un donante.

— Lo siento. — Ese fue mi padre, levantándose de la silla. — Voy al baño, ya vuelvo.

— Este siempre ha sido un tema delicado pata tu padre, discúlpalo por eso.

— No te preocupes. — Trato de darle una sonrisa reconfortante, creo que es más para mí misma que para ella. — Continúa.  

— Bueno, conseguimos a un donante perfecto, Bruce Gallagher. — Sonríe ligeramente. — Tenías que haberlo visto. Era tan guapo, supe que si mis hijos no podían tener los genes del amor de mi vida, querría que tuvieran los genes de ese hombre. Te pareces un poco a él la verdad, esos hoyuelos no salieron de mí.

— ¿Por qué nunca lo conocí?

— Si lo llegaste a conocer, solo que no lo recuerdas. — Mira sus manos con nerviosismo. — El estuvo al día siguiente de tu nacimiento. Se sentía muy emocionado ya que eras su primera hija, lo veía en sus ojos, cosa que a tu padre no le gustaba, ya sabes lo celoso que es. El no quería que Bruce supiera de ti, suficiente tenía el con saber de que no eras su hija biológicamente. Así que planeaba alguna que otro encuentro con él para que te viera. — Su voz iba bajando cada vez más, hasta casi convertirse en un susurro

— Okey ya va. — Esto es mucho para procesar. — ¿Por qué hiciste todo esto?

— El tenía sus motivos personales para hacer lo que hizo, unos muy buenos y que según, te beneficiarían a ti. —  Dice. — Creía que él se había olvidado completamente de ti hija, luego de dos años nunca supe mas nada de él, y yo dejé de enviarle información acerca de ti, y ahora resulta que está muerto.

— Si, claro que se olvidó de mí. — Digo soltando un bufido. — Olvidaste la parte en la que me dices que tengo dos hermanas más.

— ¡Cierto! — Lleva sus manos a su cabeza. — El día que conocí a Bruce había dos mujeres mas, tampoco supe mas nada de ellas.

— Ahora, la pregunta del millón. — Cruzo las piernas. — ¿Por qué no me lo contaste?

Se queda un momento en silencio. — Yo quería decírtelo desde el principio, tu padre no. En un punto de tu niñez lo convencí para hacerlo, pero Bruce no se puso en contacto con nosotros de nuevo. Prometimos que si volvíamos a saber de él te lo diríamos todo, pero luego pasaron los años y simplemente no lo creímos necesario. — Suspira. — Quiero que sepas que Connor, a pesar de no ser tu verdadero padre, te ama como si lo fuera, me consta y a ti también.

An Unexpected MeetingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora