Capitulo 2

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⚜ El descenso a el infierno no es fácil ⚜

[Editado: 20/06/23]

Pov. Mia

—Clary—. La llamó por última vez el rubio.

Clary nos miraba de manera intensa, como si intentara descifrar que hacer en realidad; su cien estaba arrugada, con sus rosados labios rectos en una línea. Parecía consternada, más que nada.

La chica parpadeo un par de veces más y finalmente se giró hacia su amigo, que parecía transpirar en grandes cantidades. —Yo...—. Comenzó a balbucear.

—Clary. Vamos, tenemos que irnos—. Volvió a insistir el castaño.

Rodé los ojos y me paré enfrente de la chica.

—Andando—. Le dije entre dientes.

Clary asintió algo aturdida y se giró hacia el morocho de lentes.

—Simon—. Lo llamó suavemente. —Creo que pueden ayudarnos.

El chico parecía sorprendido por la respuesta de su amiga, como si creyera, dentro de aparente arrogancia, saber todo de ella y finalmente descubriera que no era así.

—¿Qué?—. Preguntó Simon con la voz cortada, tratando de procesar las palabras de la chica.

Jace se giró hacia la puerta del instituto y yo le pasé el cuchillo serafín que me había prestado, el rubio lo tomó ágilmente en el aire y lo guardo en el cinturón de armas. Miré ambos lados del edificio con una extraña sensación en la boca del estómago.

—Vamos—. Le pidió Clary al mundano con los ojos brillosos.

—¿Cómo sabemos que este hombre parecido a Mick Jagger nos puede ayudar?—. Gruñó Simon totalmente alterado. Jace y yo nos miramos impacientes, teníamos que entran al instituto cuanto antes.

—Mundano, no tenemos tiempo—. Gruñó Jace en respuesta.

Simon se estremeció por unos segundos. Tomé el brazo de Jace y tiré de él en dirección a la entrada cuando me di cuenta de su postura amenazante.

—Vamos Simon, ven conmigo—. Le seguía insistiendo Clary a su amigo detrás de nosotros. El castaño pareció aceptar, dejando que la pelirroja lo guiara por los escalones donde Jace y yo los estábamos esperando.

Los cuatro nos adentramos al instituto; las personas no parecían tomarle importancia a nuestra presencia, y no los culpaba, desde la revuelta del círculo los Shadowhunters que quedaban eran escasos, y los pocos que quedábamos estábamos lo suficientemente ocupados como para preocuparnos por los demás. Estaba segura de que a este punto las hermanas de hierro nos superaban en número.

The Morgensterns (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora