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⚜ Malec ⚜
Pov. Mia
Apenas cruzamos el portal, Magnus con su magia, nos subió los cierres de las chaquetas hasta el tope. El lugar estaba helado, pero aún así parecía parcialmente soleado. Quizá era por algún encantamiento o algo así, aún tenía mucho que aprender.
Había tanto verde en el panorama que casi parecía el claro Seelie. Una guarida digna de un gran brujo.
— La casa de Ragnor Fell está cruzando estos campos —. Nos gritó Magnus por el ruidoso viento que no dejaba de despeinarnos.
Lo más gracioso era que de la cabeza del brujo no paraban de salir brillitos azulados, casi como escarcha.
— Hagamos esto rápido —. Indicó Jace mientras comenzaba a caminar apresuradamente. — Hablemos con el y llevemoslo al instituto, antes de que alguien note que no estamos.
Clarissa a mi lado rodó ambos ojos y se quitó el cabello de la cara.
— ¿Va a estar así lo que resta de nuestras vidas, verdad? —. Me preguntó mientras seguíamos al rubio.
— Espero que no —. Le susurré de vuelta. — No nos quiere ver enojadas.
Clary me miró de reojo. Nuestro pequeño secreto.
— Pueden dejar de charlar y concentrarse en la misión —. Pidió bastante exasperado Jace, mientras se acercaba a nosotras.
— Es la primera cosa políticamente correcta que te escucho decir —. Lo encaré.
Jace pareció flaquear un momento.
— Entonces... Ustedes, son hermanos... —. Entró en la conversación el brujo.
La mirada severa de Jace volvió y retomó el paso acelerado. Yo miré mal a Magnus, que solo se encogió de hombros con una resplandeciente sonrisa.
— Magnus, no es momento para bromas —. Clary retomó el paso y se acercó al rubio a unos metros ya, de nosotros.
— Aish —. Se quejó Magnus.
Volví a rodar ambos ojos. Con cuidado sostuve mi estela por los guantes y trazé mi runa de velocidad, y en un instante ya estaba junto a mis hermanos.
— ¿En serio vamos a seguir fingiendo que solo somos compañeros de trabajo? —. Le pregunté a Jace, el cual estaba peleando con Clarissa.
Jace se giró hacia mí y me miró aún mas molesto.
— No quiero hablar de eso. Por favor, ya paren de hablar de eso —. Gruñó entre dientes.
— ¿Entonces... Sólo vamos a seguir ignorando la enorme bomba que nos calló? —. Preguntó Clarissa.
— Si, eso es exactamente lo que vamos hacer —. Rectificó el rubio.
— Eso suena como un buen plan —. Susurré con sarcasmo. Ya habíamos avanzado un buen tramo.
