Capitulo 13 (Part. 1)

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⚜ La estrella del alba ⚜

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⚜ La estrella del alba ⚜

Pov. Mia

Alec me ayudó a quitarme el vestido. El cierre se había atorado y sinceramente, me estaba poniendo de los nervios.

Me metí en mi vestidor con apenas unas prendas que había tomado antes de mudarme de habitación, y comencé a colocarme unos jeans cualquiera.

— Te mudaste —. La voz de Alec hizo eco en la habitación.

— Si, creo que iba a ser extraño que siguiera durmiendo con Jace —. Dije sarcásticamente. Justo ahora, mi sarcasmo era todo lo que me quedaba.

— Lo siento —. Apenas se oyó su disculpa.

Salí del vestidor con una playera ya puesta; ahora solo faltaba la chaqueta, y por supuesto, los guantes que jamás no encontraba.

— Donde estarán —. Susurré para mi mientras revisaba los cajones vacíos.

— Toma —. Me aventó algo ligero.

Uno de los guantes que andaba buscando estaba tendido en la cama.

— ¿Cómo...?

— Jace me los dió —. Se encogió de hombros, pareciendo más alto. — Me dijo que no te dijera que había sido el.

Me crucé senté al borde de la cama y comencé a colocarme los calcetines. Alec ya estaba vestido con ropa negra y botas de combate; su traje blanco y peinado elegante habían quedado atrás. Puede que sonara inapropiado, pero esta versión; con pantalones y mucho cuero, se sentía más real en él que el maquillaje y los zapatos lustrados.

— Pues, que inteligente de su parte —. Volví a ser sarcástica.

— Lo sé. Jace es el que siempre se encarga de acarrear tus cosas, sería obvio que fue él quien los envió —. El moreno rodó ambos ojos.

Me levanté con las botas ya puestas, y lo miré con una ceja alzada.

— Me refería a los dos —. Le quité el otro guante de la mano y me lo coloqué. — Chismoso...

Alec volvió rodó ambos ojos y se levantó de la sillita de madera frente a la cama, donde había estado sentado.

— Tu y Jace parecen un matrimonio en proceso de divorcio —. Se cruzó de brazos.

Lo miré mal.

— No nos llames así —. Me coloqué la chaqueta bruscamente. — Somos hermanos, ahora todo suena raro.

Alec hizo una mueca cansada. Esta situación a todos nos parecía estúpida.

Desde que nos habíamos enterado de las aventuras de mi padre, todo el ambiente siempre estaba tenso e incómodo.

— Así que... Magnus —. Lo miré coquetamente, tratando de aligerar el ambiente.

Las mejillas de Alec adquirieron un sutil rubor rojizo al igual que las puntas de sus orejas.

The Morgensterns (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora