Dulce encuentro || Tendou Satori x (Fem)

Introducción

Unos días después de recibir la invitación de su amiga, ambas chicas compraron sus pasajes para ir a Japón, de vuelta. Volver sin duda no sería ninguna discusión, en aquella época de su primer viaje, se enamoraron por completo de todo lo que les rodeaba, como turistas era todo perfecto, nada que quejar.

Ahora ya tenían mayor manejo del idioma. Si bien tuvieron problemas con comunicarse al principio, sus amigos les enseñaron frases que serían necesarias para pedir ayuda, lo básico; además, las personas con las que podía hablar en inglés les ayudaban, facilitando de esta manera su interpretación.

—Esta vez creo que ya no necesitaremos andar detrás de los otros para salir —dijo Liz.

Pero Diana estaba absorta en su totalidad, recordando a aquel joven que conoció en su estadía en el país asiático.

Liz sacudió su diestra delante del rostro de su amiga.

—Préstame atención, oe.

—¿Decías? —respondió volteando su mirada.

—Ya nada.

Recostó su espaldar en el asiento del avión, ya sabía, pues era muy obvio, en lo que la otra iba pensando tanto: el chico pelirrojo, pero tampoco se le hacía incómodo el ver a su amiga así de alegre nuevamente. En ese tiempo siempre estaba muy motivada, tenía salidas con ese joven a quien también parecía agradarle. Sin embargo, una vez que volvieron a Perú, la comunicación se volvió complicada, aun más cuando comenzaron a asistir cada quien al instituto; si bien lo intentaron, siempre había mensajes de disculpas en el chat. Liz siempre la escuchaba.

El viaje fue de mayor de un día, ya teniendo como experiencia anterior se compraron todo lo necesario para tener un vuelo ligero, también descargaron algunas apps para pasar el rato.

—¿Por qué ellos si pudieron durar?

—No entiendo, ¿a qué te refieres?

Se acomodó de lado.

—Escucha. Muchos dicen que las relaciones a distancia no funcionan, pero si ven a _____ con Tadashi, probablemente cambien su idea, en cambio, si ven mi caso van a seguir creyendo que es una tontería.

Terminó de decir y se volvió a su posición inicial. En respuesta Liz le dio un abrazo de costado, acariciando su cabeza.

—Puede que te lo encuentres, quién sabe.

«Eso es casi imposible» , pensó.

Luego de ello siguieron otras 12 horas de vuelo, la pasaron durmiendo.

Una vez el avión aterrizó, cada una tomó un bolso de mano que tenían, bajaron del avión y se encaminaron hacia la zona donde recogerían sus equipajes. Después Diana se quedó parada en la puerta del aeropuerto viendo toda la escena: la ciudad era tal cual la recordaba y según fotos de su amiga. Podía sentirse una adolescente nuevamente.

Liz volvió hacia ella y entrelazó sus brazos.

—Vamos. Al llegar al hotel ya te pones melancólica.

Se acercaron a un taxi, de los tantos que habían estacionados, y consultaron por la dirección del lugar donde iban a quedarse. El conductor se quedó sorprendido por ver a unas extranjeras que manejaban bien su idioma, una vez salido de sus pensamientos indicó conocer la zona, salió para ayudarles a abrir la maletera. Ya todos dentro del carro fueron al destino, conversando.

—Y si les puedo preguntar, ¿qué les trae por acá?

Era Liz quien respondía. Diana iba al lado izquierdo acurrucada.

—Vinimos porque una amiga nos invitó a un evento importante. Es lindo volver.

—¡Oh, así que ya estuvieron antes!

La joven asintió con la cabeza y comenzó a contarle su historia. La conversación seguía, si algo siempre le caracterizó es lo bien que se lleva con los adultos de manera rápida. Estando a unas 3 cuadras del lugar, Diana con la vista sonámbula logró ver una pastelería, no era donde conoció a aquel chico, pero sí le hizo recordar a él. Un par de minutos después llegaron al hotel. el taxista bajó y se dirigió a la maletera para pasarle sus cosas, también una tarjeta con su número, se les hizo extraño, pero igual aceptaron.

—¿Me acompañas a una tienda que está cerca?

N/A: ¡Hola! Es lindo volver a escribir y más con este personaje, lo amo mucho. Agradecerles también por estar dándome otra oportunidad si ya leyeron mis otras historias y bienvenidxs a las nuevas personas.