Capítulo 12

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—Recuerdo que alguien hace tiempo dijo que me enseñaría a preparar mochis.

—¿En serio? Espero que lo haya cumplido, porque es malo no respetar las promesas...

Diana lo miró con una ceja alzada y una mueca de desaprobación, se encontraba sentada sobre la cama del joven. Mientras que el otro iba acomodando su repisa donde tenía toda su colección de recetarios de postres y gastronomía internacional.

Había pasado casi ya una semana desde aquel encuentro. Ambos conversaron con mayor tranquilidad sobre todo lo que había sucedido en este tiempo que no se vieron, como los proyectos que tuvieron en mente, pero en ambos concordaron: hacerse socios. Se lo había propuesto de jóvenes y aún mantenían esa idea.

—Realmente me gustaría concretar esa idea.

—Entonces... ¿qué nos detiene? Podemos empezar como un negocio delivery y de ahí nos vamos expandiendo.

Tendou rio por el entusiasmo con el que decía su idea.

—Créeme, saldrá bien —comentó mientras se acercaba a él—. Bueno, si no sale bien, nos quedará la experiencia.

—Me encanta que seas tan entregada. —Pasó una de sus manos por la mejilla ajena, haciendo un poco de presión la acercó a su rostro, juntando sus labios en un dulce y tierno beso que duró unos segundos—. Y me gustas tanto...

El ambiente continuó sintiéndose bien, sin embargo, se podía percibir la tensión entre ambos. Ya no eran adolescentes que se contenían aquellos deseos por explorar al otro, dos adultos jóvenes dejándose llevar por sus sentimientos. Solo ellos saben hasta donde llegaron esa tarde.

***

Los días pasaron y ambos se volvían cada vez más unidos. Hasta ahora todo se centraba en simples reencuentros, no habían formalizado su relación; de igual forma sus amigos ya tenían conocimiento por que camino iba todo esto. Por parte de ellos, querían mantener las cosas a su paso, quizás se comportaban como una pareja y eso les parecía emocionante. Era hora de hacer las cosas correctamente.

Ahora cada quién está en lo suyo. Diana estaba reunida con sus amigas, pasando todo el tiempo posible, antes de que dos de ellas deban volver a su país.

—Vivir aquí parece un sueño...

—Pero puedes lograrlo. Quédate este año para experimentar.

Ambas ajenas se quedaron mirando. El sueño de todos siempre es poder viajar y poder superarse; en ellas ese sueño no era imposible, pero tenían miedo que algo pueda salir mal y hayan invertido en vano. De los errores se aprenden, no había qué restringirse.

—Tendría que pensarlo bien...

—Liz, si esto es lo que quieres, inténtalo —animó Diana, le dio un cálido abrazo para hacerle notar su apoyo.

—Tiene razón. Estaremos aquí para ti, si necesitas algo, nosotras te lo daremos —comentaste.

Así fue como también te uniste en el abrazo. La unión entre las tres parecía que se hacía cada vez más fuerte cuanto más pasaba el tiempo.

—¿Qué harás, Diana? —cuestionó Liz con un tono de voz suave, mostraba preocupación—. También estaría genial que te quedaras.

La mencionada se quedó pensando, puesto que ya había sido tema de conversación con Tendou. Habían acordado en abrir su propio negocio, sin saber en qué lugar iniciar, eso aún estaba al pendiente.

—Aún no lo sé. Solo sigue tu sueño, aquí te apoyamos.

Dijo sin más, se echó en el pasto verde y frío del parque, viendo el cielo, las aves pasar y pensó sobre la pregunta. La insistencia que le ponían a querer saber lo que pasaría en el futuro. Si este es incierto, ¿por qué preguntar tanto? La necesidad de la gente por adelantarse e ir quemando etapas era totalmente abrumadora. Las otras dos se echaron a su lado, manteniendo la mira fija en el cielo dijo:

Dulce encuentro || Tendou Satori x (Fem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora